El Movimiento de los Focolares está en siete departamentos e involucra a unas 3.000 personas
Publicado en el Quincenario Entre Todos, n° 471
«Un nuevo pueblo nacido del Evangelio” fue como definió al Movimiento de los Focolares su fundadora Chiara Lubich (1920 – 2008), quien lo inició en 1943 en Trento (Italia) durante la Segunda Guerra Mundial. Reconocido por la Iglesia Católica en 1990, este Movimiento cuenta con aproximadamente dos millones de adherentes y simpatizantes en el mundo, y está presente en 182 países.
En Uruguay hay cerca de 3.000 personas involucradas en su espiritualidad y obras. La mayor parte de sus miembros se encuentran en Montevideo, pero también hay presencias en Tacuarembó, Rivera, Salto, Rodó, Las Piedras y Paysandú.
Fuego del hogar
La palabra “Focolar” procede del dialecto del norte de Italia y significa fuego del hogar. El término luego fue adoptado por los focolares para significar que, para mantener encendido el fuego de una estufa de leña en el hogar, hay que alimentarlo entrecruzando los troncos. Así también es la vida. “Para poder mantener el amor recíproco entre nosotros tenemos que estar unidos”, explica Santiago Mampel, uno de los referentes del Movimiento en Uruguay.
Las comunidades son llamadas Focolares y en ellas viven los miembros del Movimiento han hecho votos de castidad, pobreza y obediencia . Forman parte del focolar algunas personas casadas también que, fieles a su estado de vida y viviendo su vida familiar, comparten la elección radical de poner en práctica el amor evangélico y de vivir para realizar la unidad.
En el año 2000 en Uruguay, a petición del Arzobispo de Montevideo, los Focolares se hicieron cargo del Centro Nueva Vida, un local educativo ubicado en el barrio Borro. Sus programas están destinados a más de 200 niños, adolescentes y jóvenes, con un impacto de 250 familias. Se trabaja en red con otras organizaciones que prestan servicios en la zona. Además, desde 1980 los Focolares llevan adelante la revista Ciudad Nueva, donde sus artículos reflexionan, a la luz del paradigma de la fraternidad, sobre diferentes temáticas actuales como política, economía, educación, cultura, familia, y espiritualidad.

Palabra de vida
El gran objetivo del Movimiento es cooperar en la construcción de un mundo más unido, impulsado por la oración de Jesús al Padre “para que todos sean uno” (Jn 17,21). Para alcanzar esa meta se pone como prioridad el diálogo, el compromiso constante de construir puentes y relaciones de fraternidad entre las personas, los pueblos y los ámbitos culturales.
Una de las prácticas que se realiza desde los inicios del movimiento es la llamada “Palabra de vida”. Consiste en elegir cada 30 días una frase del evangelio que coincide con el 3er domingo de cada mes. Se traduce a unos 90 idiomas y alcanza, a través de los medios de comunicación, a algunos millones de personas en todo el mundo. A su vez, todos los días a las 12:00 horas se hace el llamado “Time out”, un momento de silencio o de oración por la paz, ideado por los jóvenes de los Focolares y ahora adoptado por todo el Movimiento.
«Dar lo mejor que Dios me dio» – Silvia Balduzzi
“Comencé a formar parte del Movimiento desde muy pequeña porque la primera que participó fue mi madre. Aprendí que Jesús era mi amigo, a quien yo podía amar en los que estaban a mi alrededor. Con esta convicción fui creciendo y poco a poco fui descubriendo el amor de Dios en mi vida y esto me hizo donarme en las distintas actividades que como jóvenes hacíamos por los más necesitados: misiones en barrios carenciados, el cottolengo, dar catequesis, etc. En un momento sentí que yo podía responder a ese amor de Dios donándome totalmente a Él, en el camino del Focolar. Esto significó dejar mi familia, mis proyectos personales y estar abierta a los proyectos que Dios tenía para mí. En estos años, esta elección me ha llevado a donarme en distintos lugares: Italia, México, Argentina y ahora aquí en Uruguay. En cada lugar es una ocasión para entrar en la cultura de cada pueblo y donar lo mejor que Dios me dio en la vida para ofrecer a manos llenas”.
«Llevar a Jesús a cada rincón» – Santiago Mampel
“Conecté con el Movimiento a través de una catequista de mi colegio que nos contaba que en el Evangelio Jesús había prometido que cuando dos o más personas estaban reunidas en su nombre Él estaba en medio de ellos, esta enseñanza que la llevábamos a la práctica en cada reunión me transformó. Después a través de mi parroquia, Santiago Apóstol, en Argentina, donde se vivía una frase del evangelio llamada “Palabra de Vida”, una vez al mes. Pero fueron otros jóvenes los que me conquistaron del todo para seguir a Jesús en este movimiento. Yo siento que es el camino que Dios tuvo pensado para mí, y en el que puedo realizarme junto con la comunidad de aquí, de la cual participo. Estuve mucho tiempo en Mendoza y en Rosario (Argentina) con muchas actividades juveniles, pero ahora en Uruguay se renueva este desafío de trabajar para la unidad, llevar a Jesús a cada rincón”.


2 Comments
BRAVO! ADELANTE!
Me gustaría saber más. Quizás integrarme