El miércoles 4 de diciembre, en la Parroquia Tierra Santa, se celebró la Misa de Adviento organizada por Iglesia Joven Montevideo. La celebración estuvo presidida por el Card. Daniel Sturla, lo acompañaban el P. Mathías Soiza, encargado de Iglesia Joven; el P. Ricardo Ramos, párroco de Tierra Santa; el P. Xavier Masdeu, capellán de la Universidad de Montevideo; el P. Carlos Varela y el P. Davi de Miranda. La Eucaristía fue por un grupo de jóvenes, guiados por Carlos Medina, responsable del ministerio de música.
Desde hace 2 años, durante los tiempos de Adviento y Cuaresma, Iglesia Joven Montevideo celebra la Misa para Universitarios. La celebración de la Eucaristía es presidida por un momento de Adoración al Santísimo Sacramento.
Salir, anunciar y proclamar
El Card. Daniel Sturla comenzó la homilía haciendo referencia a la obra “La catena aurea”, de santo Tomás de Aquino. Explicó que en esta obra, el gran filósofo y teólogo del siglo XIII iba tomando párrafos de los Evangelios y los comentarios que los Padres de la Iglesia hacían de cada uno de ellos. El Arzobispo tomó de la obra de santo Tomás de Aquino la glosa del Evangelio del día, del capítulo 10 de san Lucas, de los versículo 21 al 24. Para el teólogo los paralíticos son aquellos que no pueden andar en la vida, los ciegos aquellos que no saben ver la verdad, y los mudos los que no saben decir la palabra adecuada; «y así va dándole a cada una de esas enfermedades, a las cuales hace referencia el Evangelio, un sentido espiritual donde nosotros también nos podemos reflejar”, explicó.
Basándose en las glosas de santo Tomás, el Card. Daniel Sturla argumentó que “muchas veces nosotros podemos quedarnos inmóviles, quietos y que otro se ocupe. Pero siempre es mejor quedarnos en el rinconcito donde estamos y no molestar mucho a los demás. Muchas veces tenemos eso de no quedar pegado”. Pero a su entender “ser cristiano muchas veces es quedar pegado”.
Para el Arzobispo de Montevideo “muchas veces a los católicos uruguayos nos falta osadía, coraje, valentía, mostrarnos decididos”, más aún cuando “ser cristiano, católico, es ser luz encendida, sal de la tierra. Ser cristiano es salir, anunciar, proclamar».
Dar la cara por Jesús
Después, el Card. Daniel Sturla recordó a los jóvenes que la Iglesia es madre, y que por ese motivo nos deberíamos preguntar si la Iglesia en Uruguay está engendrando hijos. “Y no se trata solamente de niños bautizados, sino también de que otros se sientan iluminados por la luz de la fe, y se acerquen Jesús por el testimonio y la Palabra que nosotros somos capaces de dar”, reflexionó. Como Arzobispo de Montevideo pidió que cada uno de los presentes también interrogara sobre cuántos hermanos habían vuelto a la fe por su testimonio.
Más adelante, el Card. Daniel Sturla definió al Adviento como un tiempo propicio para dar testimonio de Jesús. “Es tiempo de ponernos en sintonía con Aquel que es capaz de destruir la muerte para siempre, como dice Isaías”, y añadió “la experiencia del Adviento es la de Dios que viene, que trae la salvación, que te salva y nos salva”.
“No estamos llamados a la derrota”
En la última parte de la homilía, el Arzobispo llamó a desterrar el pesimismo en nuestra Iglesia. “No estamos llamados a la derrota”, exclamó. “La Iglesia podrá ser más pequeña que antes, pero en la medida que sea una Iglesia viva será conquistadora almas” dijo, refiriéndose a un texto de 1970 del en ese momento sacerdote Joseph Ratzinger, más adelante Papa Benedicto XVI, titulado “¿Bajo que aspectos se presentará la Iglesia en el año 2000?”.
Sobre el final llamó a los jóvenes a poner la confianza en María, como lo hizo en su momento el Papa Juan Pablo II y recordó el Rosario de la Aurora que se estaba rezando en la preparación de la Navidad con Jesús, en 4 puntos diferentes de la ciudad.