“Un formador tiene muchas responsabilidades, y vaya si lo cuida la Iglesia”. Esa fue una de las ideas centrales pronunciadas por el Arzobispo de Montevideo, el Cardenal Daniel Sturla, en la homilía celebrada en el Seminario Mayor Interdiocesano Cristo Rey con ocasión de la asunción del nuevo rector, el P. Luis Eduardo González.
González es sacerdote de la diócesis de Maldonado y se desempeñaba como formador en el seminario, donde actualmente 15 jóvenes se preparan para el sacerdocio. Releva en el cargo al Obispo Auxiliar de Montevideo, Mons. Milton Tróccoli, que desempeñó la función durante cuatro años exactos.
La asunción del nuevo rector tuvo lugar en el marco de una Misa celebrada en la capilla del seminario, donde estaban presentes el presidente de la Conferencia Episcopal del Uruguay y Obispo de Mercedes, Mons. Carlos Collazi, el Obispo de Minas Mons. Jaime Fuentes, el de San José Mons. Arturo Fajardo, el de Maldonado Mons. Rodolfo Wirz y el emérito de Florida, Mons. Raúl Scarrone. Estuvieron también los formadores del seminario, los P. Guillermo Buzzo y Daniel Bazzano, así como otros sacerdotes y diáconos.
Al comienzo de la Misa el Canciller de la Arquidiócesis, el P. Washington Hernández, leyó el decreto de nombramiento del nuevo rector, que hasta ahora se desempeñaba como formador.
En la homilía el Cardenal se refirió al rol de quienes acompañan a los futuros sacerdotes en su discernimiento. “Tienen que propiciar el encuentro de los seminaristas con Cristo, para que el Espíritu Santo vaya forjando su corazón sacerdotal (…). Un formador es un facilitador, un propiciador del encuentro con Cristo”, comentó. A modo de resumen, agregó que los formadores son un espejo donde los aspirantes al sacerdocio puedan verse a sí mismos y encontrar ahí la imagen de Dios.
Al momento de pedir algo para el nuevo rector, el Card. Sturla solicitó que transmita un amor ardiente como el de San Juan de la Cruz, cuya fiesta se celebró el día del juramento. También dijo que es muy importante que tenga “oídos atentos para escuchar al Espíritu Santo” y transmitir su mensaje a los jóvenes.
Luego el Cardenal tuvo unas palabras para el equipo de formadores, y se refirió a “la gran formadora”, la Virgen María. Ella es “la primera interesada en que un seminario sea una verdadera matriz donde se formen los apóstoles, los sacerdotes, a los que toma con especial protección porque fue un hijo sacerdote, Juan, aquél a quien la encomendó el Sumo Sacerdote, Jesús, cuando estaba en la cruz”.
Después de la homilía el candidato se puso de pie e hizo una profesión de fe. Se comprometió, además, a guardar de modo íntegro el depósito de la fe y transmitirla, a seguir la disciplina común de la Iglesia, a prestar obediencia a quienes corresponda, entre otras cosas.
A continuación firmó un documento, con lo que se convirtió de modo formal en el nuevo rector del Seminario Mayor Interdiocesano del país. Un abrazo apretado y cariñoso entre él y el Cardenal Sturla, acompañado de aplausos, fue el broche de una ceremonia que continuó con el resto de la Misa.
