Mons. Milton Tróccoli sustituye a Mons. Rodolfo Wirz en la diócesis que comprende a Maldonado y Rocha
“Hace cerca de 33 años, siendo seminarista, me encontraba corriendo entre esta Catedral y la plaza preparando una ordenación episcopal. Era la ordenación de Mons. Wirz, que asumía como nuevo obispo de Maldonado y Rocha”. Así comenzó su homilía Mons. Milton Tróccoli el pasado domingo 8 en la Catedral de Maldonado, en la Misa donde asumió como Obispo titular de la diócesis que comprende a ese departamento y a Rocha.
El que fuera Obispo Auxiliar de Montevideo entre 2009 y 2018 fue designado por el Papa Francisco como sustituto de Mons. Rodolfo Wirz, en ese ministerio desde 1985, tras pedir el retiro por cumplir la edad establecida en el Derecho Canónico. “Gracias Mons. Rodolfo porque has estado estos más de 30 años aquí como el que sirve, sin perder tu disponibilidad, tu creatividad, y tu entrega pastoral. ¡Gracias!”, le dedicó.
La Catedral de San Fernando estaba colmada: los obispos del país, fieles de Maldonado, Rocha y Montevideo acompañaron al nuevo titular. No faltaron el intendente Enrique Antía, el jefe de Policía y otras personalidades de la zona. Al comienzo de la Misa, Mons. Wirz destacó que su sustituto era “un regalo” para las comunidades que lo reciben en esta nueva diócesis, que oficialmente se llama “Maldonado-Punta del Este” y que comprende los departamentos de Maldonado y Rocha (menos Lascano, Cebollatí y San Luis).
La animación musical estuvo a cargo del coro de la Catedral y de jóvenes del Seminario Interdiocesano Cristo Rey, del que Mons. Tróccoli fue rector. Las lecturas y oración de los fieles fueron realizadas por distintos actores de la comunidad.
Obispos de todo el país estuvieron en la ceremonia /F. Polvarini
Fue el Arzobispo de Montevideo, Card. Daniel Sturla, quien dio al nuevo obispo titular el báculo -bastón símbolo del pastor que guía al pueblo- y quien lo acompañó a la sede, la silla desde donde presidirá las ceremonias de aquí en adelante. Fue un momento por demás emotivo y completo. Apenas dos días antes, el viernes, Sturla y Tróccoli habían presidido juntos una Misa de despedida de Montevideo y ambos se habían dedicado palabras muy afectuosas.
Una nueva etapa
En su homilía, el ya nuevo Obispo de Maldonado señaló el comienzo de una nueva etapa en la diócesis. No se trata de empezar de cero porque hay mucha historia, entrega y tradición -destacó-, pero sí es “un nuevo paso que Jesús, Buen Pastor, invita a dar a todos”. “Vengo aquí también con espíritu de servicio, con deseos de entregarme todo y a todos, con la mirada y la confianza puestas en Jesús, el Señor, que guía a su Iglesia y da su vida por ella”, confió.
Asimismo, invitó a hacerse la misma pregunta que hizo Jesús al apóstol Pedro en el Evangelio del día: ¿me amas? “Es una pregunta que Dios nos hace, y que debemos hacérnosla continuamente a nosotros mismos (…). Solo el amor construye, construye con trabajo (…). Que todos y cada uno escuchemos en toda su fuerza la pregunta que Cristo hizo un día a Pedro: ¿Tú me amas? Que esa pregunta resuene y encuentre eco profundo en cada uno de nosotros”.
Durante la homilía /F. Polvarini
El Obispo invitó a todos a subirse a la barca de Pedro, la de la Iglesia diocesana, y a remar en la misma dirección. “Estamos llamados a ser fieles a Jesucristo ahora. Estamos llamados a vivir ahora la radicalidad del Evangelio: las bienaventuranzas y el amor, el desierto y la cruz, la pobreza y la oración, la búsqueda del Padre y el servicio a los hermanos”, recordó. Se refirió luego a la esperanza que se sustenta en Cristo y pidió la asistencia del Espíritu Santo para ser fiel en este nuevo encargo. Hacia el final, tuvo palabras llenas de afecto para las ovejas de su rebaño. “Bienvenidos a mi vida y a mi corazón. Desde hoy cada uno de ustedes son mi hermano, mi hermana, mi padre y mi madre. Mi nueva gran familia que el Señor me regaló, y a la que quiero servir con todas mis fuerzas y con todo mi amor de pastor”, culminó.
Puede leer la homilía completa aquí
La Misa continuó, presidida por el nuevo Obispo diocesano. Por ese mismo que, 33 años atrás, era maestro de ceremonia en Catedral de San Fernando, su iglesia principal.