Más de 4.000 peregrinos procedentes de distintos puntos del país se dieron cita ayer en la ciudad de Florida para homenajear a la Patrona de la Patria, la Virgen de los Treinta y Tres, en su Santuario.
La Misa fue en la plaza principal de la ciudad, con el altar ubicado en la escalinata del templo. De pie, en reposeras o en el suelo, miles de personas vivieron con emoción la celebración. Para todos fue el culmen de una peregrinación que, en su mayoría, hicieron en auto u ómnibus. Pero otros tantos llegaron a caballo o andando, después de dos o hasta cuatro días de camino.
La particularidad de la fiesta en este año residió en que los obispos encomendaron la peregrinación que realizarán a Roma y el encuentro que sostendrán con el Papa Francisco, que será el jueves 16 de noviembre. Durante la homilía los peregrinos respaldaron con un “sí” unánime a la exhortación a rezar por el Papa y a reiterar la invitación a que visite Uruguay.
La homilía estuvo a cargo del Obispo Auxiliar de Montevideo y Secretario General de la Conferencia Episcopal del Uruguay, Mons. Milton Tróccoli, quien destacó la alegría del encuentro para celebrar a la Madre y Patrona del Uruguay y presentarle “junto con nuestra gratitud de hijos, nuestro dolor y nuestras intenciones”. El Obispo recordó que “nuestro pueblo tiene un corazón mariano, que aparece en su geografía, pero sobre todo en sus santuarios y en su devoción”.
Al referirse al Evangelio de la fiesta de la Virgen, la Visitación de María a su prima Isabel, Mons. Tróccoli destacó que “es el encuentro de dos mujeres que llevan una vida en sus entrañas, llevan el don de Dios, y al encontrarse se reconocen mutuamente y exultan de alegría”. “Jesús viene a traer la alegría verdadera, la alegría de la salvación, la alegría de Dios con nosotros, la confianza de que no estamos solos en el camino de la vida”, puntualizó.
El Secretario General de la CEU resaltó que “cuando contemplamos el camino de María en el Evangelio, vemos como ella nos acompaña en el camino de la vida”. “Dios la hace colaboradora suya para el cumplimiento de sus promesas, y nos pide a nosotros ser colaboradores para que las promesas de Dios se cumplan hoy”, subrayó.
Ante la multitud de fieles reunidos en la plaza principal de Florida, Mons. Tróccoli recordó que María al visitar a su prima “es protagonista, sale, se compromete, actúa con diligencia”. En este sentido, destacó lo “lindo” que es “ver a tantos jóvenes de nuestras comunidades que no son espectadores, se comprometen, salen al encuentro, especialmente del más pobre y solo”.
Exhortó a no ser en el seno de las comunidades y las familias meros espectadores, “a veces quejosos”, de la vida y de los acontecimientos. Instó, asimismo, a entrar en diálogo, a actuar con espíritu de servicio “aportando la novedad de Jesús, la sal y la luz del Evangelio”.
El Obispo Auxiliar de Montevideo animó en su homilía a que “en la peregrinación de nuestra vida nunca nos falte la meta, que ella nos atraiga hacia la plenitud de la Vida y el Amor”.
Al dirigirse a las comunidades presentes en esta celebración, les recordó que la misión de la Iglesia nace de Pentecostés y es esencialmente misionera, “`Iglesia en salida´ como gusta decir el Papa Francisco”.
Súplicas a la Virgen
En el último tramo de su prédica Mons. Tróccoli se refirió a la peregrinación que los obispos uruguayos realizarán a partir del 14 de noviembre a las tumbas de los santos apóstoles Pedro y Pablo “a pedir su fuego para vivir la fe y anunciar a Jesús”.
Finalizó dirigiendo a la Virgen una plegaria pidiendo su intercesión por nuestras ciudades, los trabajadores, los adolescentes y jóvenes, los adultos mayores y las familias.
Antes de la bendición los obispos invitaron a ingresar al santuario para hacer una súplica final. Adentro del templo no cabía un alma, y afuera aún había cientos de personas que escucharon por altoparlante. El Obispo de Florida, Mons. Martín Pérez Scremini, y el Arzobispo de Montevideo, Cardenal Daniel Sturla, dirigieron una plegaria a la Virgen de los Treinta y Tres.
En la tarde las comunidades se reunieron en el Prado de Florida, junto a la Piedra Alta (lugar que evoca la Declaratoria de la Independencia), donde compartieron el almuerzo, disfrutaron de algunos espectáculos artísticos y, posteriormente, se hizo la procesión hacia el Santuario con una réplica de la imagen de la Virgen.