El sábado 19 de octubre se desarrolló un nuevo Encuentro Nacional de las Familias en el Colegio Seminario, organizado por la Comisión Nacional de Pastoral Familia y Vida, de la Conferencia Episcopal del Uruguay
“La vocación del matrimonio es entregarse y dar la vida por amor, sabiendo que solo seremos plenamente felices si nos dedicamos a Dios y a los demás. El matrimonio es la base de la familia, y se construye sobre el deseo de compartir y de querer hacer feliz al otro. Les invito a que valoren a la persona que tienen a su lado, a su esposo, a su esposa”.
Las palabras del padre Ignacio Amorós resuenan en el interior del Aula Magna del Colegio Seminario, principal punto de encuentro dentro de las actividades que organiza la Comisión Nacional de Pastoral Familia y Vida, ante la atenta mirada de cientos de personas de todas las edades.
“¡Vamos a hacer un ejercicio! Le voy a pedir a los matrimonios que se pongan de pie, y que los esposos se queden mirándose a los ojos. Si hay niños los pueden poner en el medio, ¿bien? Ahora le pedimos a Dios conocer la propia verdad y la verdad de esa otra persona, y nos quedamos quince segundos en silencio”. Precisamente, un silencio absoluto invade la sala, solamente interrumpido por alguna tímida risa de complicidad.
“¿Qué tonterías hicisteis el uno por el otro? ¿Cuántas cosas habéis vivido juntos? ¿Es esta la persona adecuada?” pregunta el P. Amorós, en su habitual acento madrileño, para luego indicar: “Le pedimos al Señor que nos muestre el camino y que ayude a fortalecer cada uno de estos matrimonios, para ser familias a la luz de su Palabra”.
Justamente, ese es el gran objetivo del encuentro: vivir en cada hogar según las enseñanzas de Cristo, inculcando a los más chicos su mensaje de amor. Y todas las actividades del día, de una u otra manera, fueron dirigidas hacia ese aspecto.
Actividades para todos
A las nueve de la mañana fue la bienvenida a los asistentes, con un saludo desde el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida en Roma. Media hora después ya inició el exigente itinerario de la organización, que se extendería hasta comenzada la noche.
La primera ponencia del día —titulada “La felicidad y el sentido de la vida”— estuvo a cargo de Miguel Pastorino, doctor en Filosofía. A las diez y treinta comenzaron algunos talleres que duraron aproximadamente dos horas, y dieron paso a la celebración eucarística presidida por Mons. Fabián Antúnez —obispo de la Diócesis de San José de Mayo y quien preside la Comisión Nacional de Pastoral Familia y Vida—.
Frase: “El objetivo es encontrarnos para seguir compartiendo la belleza de crear familias”
Mons. Fabián Antúnez
Posteriormente hubo un momento para almorzar, y a las dos y media de la tarde se retomó la agenda de eventos, que se extendió hasta las ocho de la noche. Primero se presentó la película Hay una puerta ahí, de la mano de Juan Ponce de León. Después fue el turno de la charla “¿Estamos en la misma página?” de la licenciada en psicología Marianella Ciompi, quien desarrolló las características de las familias resilientes. A las cuatro y media comenzó la ponencia del padre Roberto Almada llamada “Cuenta conmigo”, y una hora más tarde inició “Tres claves para un matrimonio feliz”, del padre Ignacio Amorós. Cerca del final de la jornada, a las seis y media, el Dr. Roberto Canessa expuso “El Dios que conocí en Los Andes”, y una hora después culminó el encuentro con un momento de oración a cargo del P. Juan Andrés Verde.
Dedicarnos al otro
“El objetivo es encontrarnos para seguir compartiendo la belleza de crear familias” explicó Mons. Fabián Antúnez durante el transcurso del encuentro. “Es fundamental agradecer de corazón a todos quienes trabajaron para hacerlo posible. Ha sido una oportunidad para estar juntos, para donarnos este tiempo, para crecer en profundidad y dar gracias por estos vínculos tan centrales que tenemos, que nos permiten construir raíces en estos tiempos tan individualistas que nos toca vivir”, agregó.
De acuerdo con el obispo de la Diócesis de San José de Mayo, fue una jornada de mucha gratitud: “Un agradecimiento muy grande a Dios y a todos los movimientos que se hicieron presente y que enriquecieron este Encuentro Nacional de las Familias. Este compartir también nos impulsa hacia adelante, para seguir anunciando y compartiendo su Palabra”.
También reflexionó sobre la actividad la psicóloga Marianella Ciompi, quien valoró la necesidad de mantener estos momentos de encuentro familiar. “Es clave para la conexión en el hogar, para que realmente el vínculo sea fuerte y auténtico, y para poder sortear nuestra vulnerabilidad y todas esas capas que nos impiden conocernos en lo más íntimo. Y la forma de lograrlo es darnos la atención necesaria. A veces podemos estar muy dispersos —no solo por el uso de las redes sociales o de los celulares— y precisamos dedicarnos tiempo, escuchar al otro, sostenernos y apoyarnos”, desarrolló.
¿Cuál es el vínculo entre un auto y una relación matrimonial? De acuerdo con el padre Roberto Almada, la asociación puede ser más sencilla de lo que parece: “Cuando uno está dentro del vehículo y va en un recorrido, en el tablero nos pueden aparecer algunas luces amarillas o señales de alerta. Estos avisos tienen que ver con el aburrimiento, con la falta de comunicación, con esas sombras que vienen cuando evitamos hablar ciertos temas porque no nos sentimos comprendidos, cuando se pierde la intimidad o la dinámica de la rutina nos lleva a vivir de manera paralela. Cuando identificamos estos problemas, ¡atención! Estamos a tiempo de parar el auto, de hablarlo con alguien”.
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