La parroquia Santa Bernardita de Malvín promueve una serie de actividades que pretende acercar a más personas a la comunidad.
La historia comenzó a escribirse el 24 de mayo de 1958, fecha en la que el cardenal Antonio María Barbieri instituyó la parroquia Santa Bernardita. Ese mismo día se celebró el bautismo de Enrique Pérez, un bebé que tenía siete meses de vida. El primer párroco fue el padre Pedro Berasategui.
El antiguo templo era una casa antigua que estaba al borde de la vereda, donde hoy está la explanada. No se sabe hasta cuándo estuvo en pie esa edificación. El único dato que existe es que el último bautismo que se celebró en ese lugar fue el 17 de setiembre de 1970.
Es que la parroquia no dispone de información concreta de su historia. Ni siquiera cuenta con los planos originales del lugar. Los documentos y el archivo fotográfico lo han ido acercando integrantes de la comunidad. Se estima que el nuevo templo fue construido entre 1969 y 1970. Durante el tiempo de espera, las misas se celebraban en el colegio Sagrada Familia, de las Hermanas Ursulinas.
El templo actual fue inaugurado y bendecido el 10 de diciembre de 1972. Fue un pedido de los padres lateranenses, que administraron la parroquia desde su fundación hasta 1997. Cuando la congregación se retiró de Uruguay, la administración pastoral pasó a manos del clero secular. El sistema de construcción en cerámica del templo está inspirado en la técnica de Eladio Dieste.
El padre Omar França llegó a principios de 2017 y se encontró con una comunidad conformada en su mayoría por adultos. El sacerdote lamenta que una de las carencias sea la falta de grupo de jóvenes, pero al mismo tiempo agradece que hay un grupo de laicos comprometidos con la evangelización. También colaboran las religiosas María Virginia Zorzi y María Teresa Bertoli, que pertenecen a la congregación de las Hermanas Ursulinas.

El P. Omar França es el actual párroco de Santa Bernardita. Fuente: Romina Fernández
Salir al encuentro
La parroquia Santa Bernardita se define como “un puente vivo con el barrio de la alegría de Jesús”. Este es el lema que da unidad ideológica y pastoral a la comunidad desde hace cuatro años.
Uno de los originales proyectos evangelizadores de Santa Bernardita es la capilla rodante, que surgió en agosto de 2019. Es un pequeño camión especialmente acondicionado para tener un momento de paz, oración o meditación espiritual. En la parte de atrás hay dos sillones, libros de oraciones y biblias, música religiosa y un mensaje. Se ingresa por la parte trasera, subiendo una escalera y atravesando un cortinado.
Además, el sacerdote se ubica en la cabina del conductor para quienes quieran aprovechar para entrar, confesarse o tener un diálogo privado con él, y después continuar con sus compras.
El vehículo es trasladado tres veces por semana donde se producen concentraciones de personas. Los martes y jueves se lleva a dos ferias, mientras que los domingos se estaciona frente al shopping Plaza Italia. En cada ocasión, el párroco es acompañado por dos laicos que lo ayudan con la logística y reparten volantes a quienes pasan por el lugar.
Para el P. França la capilla rodante tiene un “efecto publicitario en sí misma porque pone a la Iglesia en un lugar de flujo de gente y le da visibilidad”. Según los cálculos del párroco, se suben entre siete y ocho personas por día.
El mismo día que se dio a conocer la capilla rodante se inauguró y bendijo el nuevo campanario, que se hizo con cuatro vías de los tranvías ocho y veinticuatro. Antiguamente este medio de transporte iba desde el Centro hasta Carrasco. En 2018 la Intendencia sacó las vías y las dejó en el cantero central. El párroco hizo una gestión en la comuna capitalina para que le regalara las vías y así sucedió. “El campanario es un monumento histórico porque es el único lugar donde la gente puede ver las vías del tranvía que datan de 1906”, señala el P. França.

El campanario de Santa Bernardita es un símbolo histórico de la parroquia y el barrio. Fuente: Romina Fernández
Variedad de actividades
En Santa Bernardita hay una gran variedad de propuestas que van desde encuentros formativos hasta retiros espirituales. Antes de la pandemia se realizó una serie de conferencias que trataban temas de interés público y social, que iban más allá de lo religioso. A modo de ejemplo, se hizo una exposición de hierbas medicinales y una charla de Charlotte Grünberg, protagonista de La niña que miraba los trenes partir, libro escrito por Ruperto Long. Este tipo de eventos han convocado a cientos de personas, incluso a varias que no pertenecen a la comunidad.
En el patio trasero de la parroquia se encuentra un jardín botánico. «En la Iglesia hay una tradición muy clara de conocer la naturaleza creada por Dios», indica el P. França. Hay cincuenta y tres especies identificadas, que tienen cada una su cartel informativo, su nombre científico y popular, y sus usos medicinales. Su lema es «Ciencia, religión y amor a la naturaleza». Apenas llegó el padre França, se plantó un brote de olivos.
Hay dos grupos de estudio y meditación bíblica, que es dirigido por la Hna. Zorzi. Para comenzar el encuentro se reza una oración al Espíritu Santo del beato Ceferino Agostini. Después, se lee y analiza un pasaje del evangelio.
Por otra parte, hay grupos de preparación y confirmación para adultos. El año pasado recibieron el sacramento cinco integrantes de la parroquia. No hay catequesis de niños. Hace unos años, el consejo parroquial realizó un estudio sociológico del barrio para conocer la realidad de la zona. Los resultados arrojaron que Malvín es un barrio poblado en su mayoría por adultos. Sin embargo la parroquia es visitada cada semana por los alumnos del colegio Sagrada Familia, quienes tienen un encuentro con el párroco y celebran la misa todos los miércoles.
La asistencia sacramental a enfermos es una tradición que se ha mantenido a lo largo de los años. Cada quince días se hace la visita sacramental a enfermos. Se va a una casa de salud y también a dos señoras mayores que integraban la parroquia. Hay un grupo permanente de ministros de la eucaristía integrado por tres personas que hacen ese servicio hace ya varios años.
En el año se realizan tres retiros espirituales: uno en Cuaresma, otro a mitad de año y otro en Adviento. Estas instancias son «una ocasión para tener un momento de silencio y recogimiento», dice el P. França.

La comunidad se reúne para celebrar la fe en la misa dominical. Fuente: Romina Fernández
Dar una mano
Desde enero de 2020, Santa Bernardita ofrece un servicio de ducha y barbería para transeúntes. Se trata de una obra de misericordia que busca dignificar a las personas en situación de calle. La iniciativa se realiza los martes y viernes, dos horas por día y diez laicos ayudan en distintas tareas.
Magddalena Armentano colaboró un tiempo cortando el pelo, pero tuvo que dejar por problemas de salud. “Fue duro ver varias realidades. Al principio era difícil entablar una conversación, pero al mismo tiempo yo me sentía bien al ver sus caras de felicidad. Era sacarlo un poco de la situación que estaban viviendo”, comparte.
Al ingresar, los usuarios tienen que pasar por el templo para tener un momento de oración y reflexión. «Muchos al pasar adentro se emocionan, se los ve conmovidos. Son gente que sufre mucho, tienen historias muy duras», cuenta el P. França.
La logística del proyecto es bastante compleja. Cada persona recibe ropa limpia y comida. Por este motivo es vital las donaciones de los fieles. Las prendas que no se utilizan se clasifican, se etiquetan y se envían a parroquias de bajos recursos de Montevideo.

El servicio de ducha y barbería para transeúntes forma parte de la Pastoral Social de la parroquia. Fuente: Federico Gutiérrez (archivo).
Momento de festejar
La parroquia, ubicada en el barrio Malvín, se está preparando para celebrar los cincuenta años del actual templo. El festejo será el próximo 10 de diciembre y contará con la presencia del padre provincial de los padres lateranenses. También asistirá Alina Dieste para hablar de la faceta católica de su abuelo.
Las puertas de la parroquia Santa Bernardita están abiertas para aquellos que quieran vivir en comunión con Cristo. La fe de la comunidad se vive dentro y fuera del templo. Sin dudas, esta parroquia ha tomado el llamado del papa Francisco a ser Iglesia en salida para llevar el mensaje del evangelio a todos los rincones del barrio.
1 Comment
Muy lindo todo lo q me enteré de esta parroquia que hoy están haciendo, pues ese predio era la casa de mi abuela y madre .
Me gustaría recorrer eses fondo q pertenencias a su quinta llena de árboles frutales