La parroquia San Antonino, ubicada en Jacinto Vera, genera vínculos fuertes con sus fieles y vecinos.
Cuando una persona entra a la parroquia San Antonino es saludada por el padre Pablo Bonavía (75) o el diácono Miguel Martínez (71). Si alguno de ellos no está, son los laicos quienes reciben a quien llega. No importa si la persona es la primera vez que ingresa al templo o ya integra la comunidad hace años. Todos son bienvenidos.
La misa dominical es el encuentro central de la comunidad. Las celebraciones en San Antonino tienen algunas particularidades. Por ejemplo, las oraciones de los fieles son pronunciadas de forma espontánea por los laicos. «El ida y vuelta es fundamental. No hay que hacer de la misa un espectáculo del sacerdote», declara el P. Bonavía. A pesar de que la pandemia parece un hecho del pasado, las eucaristías se transmiten todavía por Zoom para aquellos que no pueden asistir presencialmente.
La parroquia fue fundada en 1938 y pasó por distintos ciclos. En la primera época, hasta la década del setenta, fue atendida por los sacerdotes palotinos. Después, pasó a ser administrada por el clero diocesano. Posteriormente, llegaron los padres dehonianos que permanecieron hasta la década del noventa. Después nuevamente pasó a ser administrada por el clero diocesano y tuvo como párroco al P. Marcelo Arcos (58). El P. Bonavía está al frente de la parroquia desde 2018. «Lo que le ha dado sostén, continuidad e identidad es la comunidad de laicos. Los fieles se han acostumbrado a distintos tipos de sacerdotes», dice.
Un lugar de encuentro
“Históricamente, la parroquia siempre intentó abrirse al barrio. En algunas etapas lo hizo más y en otras menos. Siempre hubo un esfuerzo, sobre todo en épocas difíciles como la crisis del 2002”, cuenta Magela (61). Durante ese tiempo funcionó en San Antonino el grupo «Jacinto Vera en asamblea». La parroquia prestó sus instalaciones para que la gente del barrio se pudiera reunir y llevar adelante iniciativas como un comedor vecinal y organizar movidas culturales. «La parroquia es una vecina más del barrio. No es solo la institución donde se viene a celebrar la misa y a tener actividades. Es el lugar donde tenemos contacto con el barrio y generadora de buena vecindad», expresa el Diác. Martínez.
«La parroquia siempre busca formar pequeñas comunidades”, señala el P. Bonavía. En estos espacios de encuentro «la gente se conoce, se apoya, se perdona, se impulsa» y se pretende «tender lazos». Los grupos están conformados por entre cinco y quince personas. «Nos reunimos para llevar adelante nuestra vida personal. De ahí sale una riqueza para cada uno… y se vierte de alguna manera a la vida parroquial», cuenta Dina (75).
En abril comenzará la catequesis de niños. El “boca a boca» y la entrega de volantes serán las formas de invitar a los menores de la zona a participar. También hay dos adultos que se acercaron porque quieren iniciar un camino en la fe.

Toda la asamblea participa activamente de la santa misa. Fuente: R. Fernández
La voz de los laicos
María (72) es la coordinadora, hace cinco años, de la escuela-taller, un servicio que funciona en la parroquia de martes a viernes. Se ofrecen cursos de tejido, cocina, pintura e idiomas. Más allá de aprender y buscar intereses en común, la encargada expresa que el valor más grande que hay en los grupos es el de compartir. «Se ha formado una red de contención y hay un apoyo solidario entre los grupos», indica.
Estela (56) comenzó a integrar la parroquia hace dieciséis años. Fue invitada por la directora de la escuela-taller de aquel entonces, que era su vecina. Tomó la primera comunión hace unos años: «Me prepararon de forma especial. Tuve que esperar tres años porque no había catequista que acompañara a los adultos”. En ese proceso estuvo acompañada por el grupo de lectura de la Biblia, el cual integra hace diez años.
Carlos (72) llegó a la comunidad en 2015. Pasó por varias parroquias a lo largo de su vida. Al entrar a San Antonino descubrió que la comunidad era diferente a otras. Lo primero que hizo fue integrarse al Espacio de Encuentro, una actividad que está abierta al barrio y que se realiza un sábado al mes. El público que concurre es heterogéneo. «Se disfruta mucho. La gente se conoce, se integra y se divierte. Juega y comparte. Es un ambiente fraterno», manifiesta.
María José (48) nació en el barrio y dejó la comunidad en 1998 porque se fue a vivir a Paysandú. Regresó en 2019. «Esta parroquia es por y para los vecinos. Eso se mantiene», remarca. Antes de irse, integró el grupo de jóvenes y realizó acciones solidarias para las personas más necesitadas del barrio: «El espíritu sigue siendo el mismo».
Un brazo tendido
Hoy en día son dos las iniciativas solidarias que se promueven: recolección de útiles escolares y tejer una manta con el aporte de todos. Además, se apoya a la olla popular del barrio con alimentos. Por otro lado, la venta económica se realiza un martes de cada mes y se ayuda a las personas en situación de calle. Actualmente se apoyan entre quince y veinte familias de Jacinto Vera.
Al igual que sucede en otras parroquias, Alcohólicos Anónimos está presente en la comunidad. “Es un espacio de ayuda ejemplar. Es un espíritu fantástico. Ahí no corre la plata, ni los cargos. Sí corre el compartir las cosas que se viven y se sufren. Se da la colaboración entre iguales”, dice el P. Bonavía.
Por ser la parroquia que está ubicada en el barrio Jacinto Vera, se tiene programado para este año un ciclo de charlas sobre el próximo beato uruguayo a cargo del historiador Mario Cayota (86). Las puertas de la parroquia San Antonino están abiertas para todos. Todo aquel que llegue a la comunidad será recibido por el párroco, el diácono o los laicos.
Por: Fabián Caffa
Redacción Entre Todos
Un barrio que recuerda al padre de la Iglesia uruguaya
El barrio Jacinto Vera fue creado por Francisco Piria (1847-1933), quien loteó y remató lo que hasta entonces era un paraje de chacras, zanjas y barrancos. La elección del nombre fue un homenaje del empresario al primer obispo de Montevideo (1813-1881).
Se trata de una zona residencial de arquitectura baja, exceptuando algunos galpones donde en el pasado funcionaron industrias. Está ubicado entre los límites de bulevar Artigas, Garibaldi y General Flores..
El barrio hunde las raíces en uno de los momentos más destacados de la historia patria: en la entonces panadería de Vidal —ubicada a la altura del cruce de las actuales calles Lorenzo Fernández, Pedernal, Yaguarí y Joaquín Requena— el 10 de septiembre de 1811 se realizó la primera asamblea oriental, en la que participaron más de cien hombres, entre ellos el presbítero Dámaso Antonio Larrañaga.
5 Comments
Supe conocer al Padre Bonavía en La Anunciación: por eso lo quiero mucho!!!
Gisela, esposa de Daniel, padres de Lucia, Pilar y Alejandro.
Una Parroquia a la que me gustaria estar mas ligado. Desgraciadamente puedo caminar muy poco. Por suerte suelo recibir la informacion sobre la misa dominical. Cosa que agradezco mucho.
alli fui bautizado quiero sacar el acta de bautizmo
Desde que mis 4 abuelos llegaron de Italia y se instalaron en Jacinto Vera mi familia estuvo integrada a la parroquia de San Antonino mi madre Su vez fue catequista muchos años dando los cursos de adultos , tanto mis 3 hermanos como yo fuimos bautizados y tomamos la comunión en esta preciosa iglesia asimismo mi hija fue bautizada y tomo su primera comunión . Recuerdo también que mi padre contaba que fue a la escuela por los años 40 era una escuela de chicos con una comunidad Polaka.
Muchas personas que asistirán a la iglesia en épocas que lo hacian mis padres como Teresita Outerelo que fue nuestra catequista . Recuerdo al padre Curto ell padre Rugiero. El padre Dibar el padre Pasadore el padre Monzón . En fin años recuerdos de la vida entera en Jacinto Vera
Buen día quisiera pedir un cura a domicilio ya que mi padre quiere confesarse y no tiene medios para caminar ni movilizarse espero respuesta ya que quiero saber cómo puedo hacer para que venga a domicilio les agradecería mucho es muy importante para el