Dialogamos con José María Román Portas, director de Aceprensa, sobre comunicación y cultura en la sociedad global.
Hace algunas semanas estuvo en nuestra ciudad José María Román Portas, director general de Aceprensa —medio de comunicación cristiano especializado en temáticas de la cultura y la sociedad—. Con él hablamos sobre los desafíos del debate cultural y el papel de la prensa católica en el actual contexto global.
¿Cuándo y por qué razones surge Aceprensa?
Comenzó a funcionar hace unos cincuenta años, en Madrid, de la mano de una serie de periodistas movidos por el debate cultural comenzaba a abrirse en Europa, después de los años de la Revolución de Mayo de 1968.
Una vez que se produce esa confusión ideológica -que conmociona a Europa y a todo el mundo-, estos periodistas empiezan a preguntarse qué respuesta, o enfoque, se le podía dar desde una perspectiva cultural cristiana. Y es así como en el curso 1969-1970 comienza a funcionar Aceprensa.
¿Cuál es la idea que impulsa este multimedia?
Analizar la realidad social, cultural y política para entender mejor qué está pasando. No se propone ser un medio de noticias, de novedades, sino que quiere ser un medio de análisis, contexto y tendencias.
A finales del siglo pasado se hablaba mucho de la sociedad de la información. Hoy esto ha sido muy superado, porque la información es barata, global y accesible. De hecho, un gran problema es la abundancia de información y ya se habla de la sociedad del conocimiento, que significa también ser capaz de discernir en esta maraña de fake news, hate news y la marea informativa. En definitiva, la pregunta acerca de cómo entiendo lo que está pasando; Aceprensa pretende contribuir a este entendimiento.
Poner un contexto y hacer un análisis de toda esa información, para que el lector -con su propio criterio- tenga herramientas para pensar con más libertad. Este me parece que es un muy buen recurso para formar personas con criterio en una sociedad sumergida en una maraña informativa.
¿Quiénes hacen Aceprensa?
Esto nace de un impulso de san Josemaría Escrivá, que siempre estuvo interesado por los medios de comunicación, los veía como un espacio muy importante y algunos hijos espirituales suyos —que eran profesionales formados en periodismo en la Universidad de Navarra y en otras universidades— recogieron el guante. Es así que toman como tarea profesional propia este reto y nace Aceprensa. En definitiva, viene a traducir en la sociedad lo que más tarde dijo Juan Pablo II: una fe que no se hace cultura no es una fe plenamente vivida, plenamente asumida, plenamente humana.
Las personas tienen que tener un entendimiento cultural y social de la realidad del mundo, para que, con el trasfondo de la fe, tener un lugar de diálogo con los demás. Tiene que ser una propuesta con argumentos.
Nos damos cuenta que hay falta de formación y a veces, ante los retos sorprendentes de una sociedad que avanza, las personas no tienen argumentos y no saben enfrentar esa discusión pública, se quedan calladas. Y no sólo hablo del debate público con referencia al debate político, sino también en el debate de la calle, con los amigos, en los centros de estudio, en lugares cotidianos.
«Los medios de comunicación deben aportar respeto y consideración por el otro».
José María Román Portas
¿Cómo avanzó el proyecto con el paso del tiempo?
Podemos decir que en estos años Aceprensa ha avanzado en dos líneas. La primera es técnica: pasamos de unos dípticos -escritos en papel- a una plataforma multimedia que incluye una página web con artículos, podcast, videos; y todo con las facilidades que la tecnología permite hoy en día.
Además, porque no queríamos perder esa parte escrita, tenemos una revista que sale mensualmente.
Justamente, los distintos sistemas de suscripción son para acceder a los diferentes servicios. Por € 81 anuales —un poco menos de € 7, al mes— se puede acceder al contenido completo de la web. La otra opción es por € 131 anuales —un poco más de € 10, al mes—, además del contenido web, se incluye la revista mensual en formato papel.
La otra línea de evolución de Aceprensa ha sido la que corre en forma paralela a la línea ideológica de la sociedad. Entonces, a los que comenzaron siendo los temas de debates nucleares —vida, familia, educación—, hoy le sumamos temas que hacen al debate cultural como energía y medio ambiente, inmigración, feminismo, mujer, políticas inclusivas; que son los retos de la discusión en el debate público actual. Allí tenemos recursos como videos, artículos escritos, de audio, podcast, con la producción de analistas que conocen cada materia.
¿Cómo es la estructura que permite abarcar todas estas temáticas?
La estructura es muy pequeña, ya que estamos en un momento de crisis de los medios a nivel global. Es así que nuestra sede —que está en Madrid— cuenta con unas diez personas. Allí hay un director general, un director editorial, un redactor jefe, un director audiovisual y algunos redactores. Además, contamos con una red de unos ciento ochenta redactores en todo el mundo, en su mayoría en países de habla hispana. Tenemos colaboradores en África, Europa, Asia y América. Estos colaboradores son expertos de cada área, investigadores, científicos, profesores de universidad, abogados; a ellos acudimos y muchas veces son ellos los que sugieren temas. Hay una relación muy viva entre los colaboradores y la redacción a la hora de las temáticas a tratar. A partir de encuestas, sabemos que el 75% de nuestros seguidores tienen educación universitaria y el 85% evaluaban los artículos como de alta calidad.
¿Qué otros medios, dentro de la Iglesia, ven que están tocando estos temas?
Nosotros entendemos que Aceprensa es un medio original y singular, porque desde un punto de vista cultural y profesional no hay muchos medios alternativos. Y esta realidad se da tanto en Europa como en América.
Hoy la persona se encuentra ante una disyuntiva, o medios católicos o medios laicos. Pero desde una perspectiva cultural, profesional, con inspiración cristiana, no hay tanto. Hay sí ejemplos de buenos portales católicos de noticias, y también podemos encontrar revistas académicas. Pero una producción, que sea un medio de comunicación profesional, de cultura, de fácil acceso, no es simple de encontrar.
Nuestros lectores aprecian mucho la independencia de criterio y la ponderación de los temas. Tenemos acuerdos con universidades y colegios, que valoran mucho el contenido de Aceprensa.
¿Por dónde van los desafíos de la comunicación?
Uno de los desafíos para la comunicación, sobre todo católica, es la apuesta clara por la verdad y el respeto. La Iglesia tiene que ser mensajera de paz y de entendimiento, y asistimos a una etapa, a nivel global, de enfrentamiento y crispación en la sociedad.
Los medios de comunicación deben aportar respeto y consideración por el otro, por las demás personas. No es fácil respetar estas premisas, pero debemos hacerlo.
Estos tienen que ser nuestros principales aportes a la sociedad.