Un diálogo sobre la religión, la espiritualidad, la convivencia y la sociedad. Entrevista con Max Godet, gran rabino de la comunidad israelita en Uruguay.
Conversamos con el gran rabino Max Godet, quien nació en Brasil y se formó durante más de diez años en varios seminarios rabínicos en Israel y Estados Unidos. Además, complementó su formación rabínica con estudios académicos de psicología, especializándose en terapia cognitiva.
Durante los últimos quince años se dedicó también al estudio de la cábala (tradición mística judía) y su relación con las neurociencias aplicadas a la vida moderna.
Sirvió como rabino comunitario durante cuatro años en la comunidad judía de Río de Janeiro, y posteriormente lo hizo por tres años en Ecuador. Desde el año 2107 vive en Montevideo junto a su esposa y sus cuatro hijos. Actualmente es el principal rabino de la comunidad israelita del Uruguay.
¿Qué significa ser gran rabino?
El gran rabino de la comunidad israelita es la persona encargada de la estructura del judaísmo en el país. Está relacionado con toda la supervisión, con atender el Cementerio Israelita, en lo que tiene que ver a la Ley y a la tradición y también se encarga de los temas religioso-legales.
¿Qué significa la presencia del rabino para una comunidad judía?
La función del rabino ha cambiado muchísimo y cambia constantemente. En tiempos en que se respetaba más la religión dentro de la comunidad, el rabino era la autoridad de la ley. Por ejemplo, guía sobre los alimentos que se pueden comer, sobre cómo practicar la tradición y los rituales, la liturgia…; es decir, todo lo que está relacionado al cumplimiento de la ley judía. El rabino está ahí para instruir y enseñar.
¿Han cambiado las funciones a lo largo de la historia?
Con el tiempo, gran parte del pueblo judío ha dejado de ser observante, la mayoría son tradicionales. En mi caso, soy un rabino observante, tradicional y ortodoxo pero, en general, la comunidad no lo es. De esta manera el rabino pasa a tener otro rol, que ya no es la ley sino enseñar valores universales de la tradición, enseñar la tradición misma, enseñar cómo el judaísmo puede ser útil en sus vidas, cómo puede responder a preguntas existenciales. Es estar presente, ser un amigo, un consejero, un mediador; no deja de ser una figura de autoridad. Debe representar a la comunidad, afuera, y traer la paz.
¿Cuáles son en concreto esas funciones?
El rabino está para hacer las ceremonias de casamiento, de circuncisión; la idea es mantener el vínculo de la comunidad con su tradición, fortalecer la relación y aportar algo que sea de valor para sus vidas, también a los que no son creyentes. Se trata de traer la sabiduría milenaria a los días de hoy. El desafío es hablar en un lenguaje que se pueda entender para que sea accesible y aplicable a la vida moderna.
¿Es un desafío conservar, fomentar y alimentar esta tradición en este mundo ‘líquido’?
Es un desafío, es algo global, es una generación en la que todo se cuestiona. Las nuevas generaciones se cuestionan el modelo de economía, el modelo político, se cuestionan las instituciones milenarias como la familia, el matrimonio; y la religión no queda afuera del debate, no queda afuera de la discusión.
Es un gran desafío hablar a personas que están sedientas de algo nuevo. Durante siglos, el mundo estuvo encerrado en ideas que muchas veces eran impuestas y hoy, gracias a la libertad de expresión y de conocimiento son cuestionadas. Es un desafío tanto para los líderes espirituales judíos como de otras religiones, traer valor a este mundo.
¿Cuáles serían las estrategias de acercamiento?
Muy humildemente, diría que la manera de generar esta cercanía de lo antiguo con lo nuevo es resignificando la tradición. Hay una frase del primer gran rabino del Estado de Israel, Isaac Kook, que decía: «Lo antiguo tiene que ser renovado y lo nuevo tiene que ser santificado». Yo diría que este es el gran trabajo, es la gran misión del líder espiritual. No cerrar los ojos a la tradición, a las fuentes del pasado, a lo que nos enseñaron nuestros ancestros, los sabios de siglos atrás, pero hay que resignificar todo eso. Hay que entender cuándo fue dicho, en qué contexto y traer estas enseñanzas al contexto histórico y sociológico actual y santificar lo nuevo; no cerrar los ojos a lo nuevo, sino acercarlo a Dios. Hay que traerlo al mundo y llevar el mundo a Dios.
¿Qué reflexión puede hacer sobre la situación de la religión en estos tiempos?
A menudo me preguntan cómo veo el descenso de la religión en el mundo judío: la religión está perdiendo fuerza, se está deshaciendo, se está muriendo y mi respuesta es: sí, la religión sí, la espiritualidad no. El desafío es convertir la religión, sacarla del dogma y traerla a un lugar de espiritualidad, de trascendencia.
Es cambiar la manera de lidiar con la religión. Hoy en día a poca gente le interesa la idea de la religión. Personalmente, no me interesa la idea de una religión dogmática que te dice qué tienes que creer, me interesa un camino que sea un camino de crecimiento.
Si puedo utilizar la sabiduría milenaria que hay en la religión para que ilumine este camino de despertar y crecimiento, ¿por qué no? Hay mucho trabajo por hacer, pero si no hacemos nada esto seguro se va a caer, es cuestión de una o dos generaciones más. El mundo ya no está abierto a la exclusión, a la intolerancia, al dogma. Es el deber de la religión saber hablar a esta nueva realidad, a estas nuevas generaciones.
Hay una frase en la Torá que dice: «recuerda los días del pasado, entiendan los cambios de cada generación». Tienes que estar atento a la nueva realidad, a la nueva manera de ver el mundo sin olvidarse los días del pasado. Hay que entender cuál es la esencia, el espíritu de la ley, siendo conscientes que no estamos en la Edad Media. La esencia es la esencia, el espíritu es el espíritu y no se toca.
La psicología, ¿es antagónica a lo religioso?
La palabra ‘alma’, en su origen griego, era psyché: alma y mente era lo mismo. Nunca hubo una separación entre uno y otro. Cuando hablamos de la mente, de lo neurológico y psicológico, es el santuario del alma, de la conciencia. Hay una fusión entre conciencia y alma.
Para mí la psicología es un estudio de la espiritualidad. Todo lo que vaya a quedar imbuido en tu conciencia es lo que vas a llevar de este mundo, es parte de tí, es la conciencia inmortal y está fusionada con el cerebro, no se puede separar una cosa de la otra.
El 95% de nuestros pensamientos vienen del subconsciente. ¿Cómo puedo ser un ser libre y trascender si estoy atado a mi subconsciente? Es importante entender la psicología, porque cuanto más entiendes tus limitaciones más puedes trascender.
¿Cómo amalgama su ser rabino, psicólogo, padre y esposo?
Me lo pregunto todos los días. Es la gran pregunta, todas las noches antes de dormir digo cómo puedo hacer para mejorar en esto, para mantener este equilibrio.
No me gusta definirme como un líder religioso sino como un líder espiritual. Es mi misión guiarme y tratar de guiar a otros en el camino de la evolución espiritual. Para mí, la mejor manera de hacerlo es cuando también tienes tus desafíos como ser humano. Al ser también padre, esposo y liderar mi comunidad en temas administrativos, soy consciente de la realidad humana de todos. Soy padre como cualquier otro, soy esposo como cualquier otro, también soy hijo y tengo padres con quien hablar y me parece que este es el camino, por más difícil que sea pero, esa es la manera de que estés imbuido de la realidad. Saber lo que es el mundo real y disfrutarlo. No me interesa solamente enseñar, sino que también me interesa crecer, aprender. Si uno puede enseñar desde sus propios desafíos, mejor.
2 Comments
Totalmente de acuerdo con el rabino ,espero poder conocerlo soy de argentina
Vi sus videos y estoy agradecida por sus enseñanzas
Estoy feliz de conocer al Rabino Max Godet a través de estas publicaciones . El mundo necesita seres espirituales como el , y que se expanda esta sabiduría