El equipo sacerdotal de las parroquias de Sagrados Corazones y Nuestra Señora de Guadalupe, en la zona de San Lucas, trabaja incansablemente en los barrios de la periferia de la capital.
Nota publicada en el N° 494 del quincenario Entre Todos
La preocupación y el deseo por llevar el mensaje de Cristo es imperioso para la Iglesia, y hacerlo en las periferias de nuestra ciudad es tomado como una prioridad pastoral para la Arquidiócesis de Montevideo.
Hace ya algunos años, y para tener una idea más acaba de la situación, el Arzobispo Daniel Sturla encargó a Equipos Consultores una encuesta . Uno de los aspectos que reflejaba la encuesta era que el 38% de los montevideanos se dice católico —unas 550 mil personas—. De ese 38%, un 30% considera la religión muy importante, unos 150.000 católicos. Pero de esos 150.000, solo 40.000 participan activamente de la vida de la Iglesia y realizan práctica sacramental. Otro de los aspectos que marcaba era que en las zonas más alejadas del centro y la costa de Montevideo la participación y sentido de pertenencia a la Iglesia disminuía aún más.
Es por eso que el Card. Daniel Sturla envió una carta a los sacerdotes convocando a quienes desearan ofrecerse para el trabajo pastoral en la periferia. Al llamado del cardenal respondieron, entre otros, los sacerdotes Luis Ferrés y Pablo Coimbra, ambos con disposición a asumir esta tarea de forma inmediata.
Luego, el Arzobispo de Montevideo convocó a un grupo de sacerdotes para desarrollar una estrategia de evangelización de las periferias. Entre ellos estaba el P. Ferrés, quien presentó un proyecto denominado “las tres E” (estar, entrar y evangelizar), que empezaba a aplicar en su parroquia, Sagrados Corazones de Possolo.
El Señor me dio hermanos
En el año 2020, el P. Luis Ferrés asume como párroco de Possolo, en el barrio Las Acacias. Por su parte, en enero de este año, el P. Pablo Coimbra es encargado para administrar la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe —en la que asumió como párroco el pasado 16 de mayo—, en el barrio Borro.
En este contexto, el Arzobispo decide junto a los dos sacerdotes formar equipo sacerdotal que atienda toda la zona. Es así que el grupo que trabaja para estas comunidades está conformado por el P. Ferrés —como párroco moderador—, el P. Coimbra, el seminarista Rogelio Pampillón y el joven misionero José María Basso, quienes llevan adelante la propuesta de unir a las dos parroquias para la tarea de anunciar el mensaje de Cristo.
Es que en los Sagrados Corazones y Nuestra Señora de Guadalupe se trabaja todo el día, de sol a sol. “La idea es trabajar y apoyarnos en la tarea evangelizadora de ambos barrios. Residimos los cuatro en Possolo ”, cuenta P. Ferrés. Las tareas de recorrer los barrios las llevan adelante juntos.
Desde que el cardenal hizo el llamado para formar la comisión lo primero que se pensó era la forma de llevar y anunciar a Cristo en las parroquias de las periferias. “El P. Luis presentó un proyecto con tres etapas bien marcadas (estar, entrar y evangelizar). Nos animamos a llevarlo a la práctica. El proceso de entrar ya lo comenzamos. Visitamos familias, instituciones barriales, referentes”, afirma el P. Coimbra.

Los sacerdotes Luis Ferrés y Pablo Coimbra./ Fuente: F. Gutiérrez
Reflejos de la Luz
El proyecto del equipo sacerdotal se lleva adelante con coraje, alegría y entusiasmo evangélico. “Lo digo sin vanidad, en el tema del anuncio no le tememos a nada ni a nadie, sabemos que Dios nos guía; en esta tarea nos jugamos la existencia, la vida y todo”, sostiene el el P. Coimbra .
Mientras atienden pastoralmente dos parroquias y seis capillas, dos colegios, la Obra Banneux, el asilo de ancianas de las Hermanas de la Caridad de Madre Teresa, también piensan en el futuro. Hay por delante la idea de formar grupos de biblia y de oración carismática.
“Nuestros sueños, desvelos y pensamientos están abocados a anunciar a Cristo, para que cada corazón humano que vive en el barrio se encuentre con ese tesoro que tenemos y no podemos callar. Conociendo a Jesús se encuentra la verdadera liberación, la paz, y el sentido de la vida”, manifiesta párroco de Nuestra Señora de Guadalupe.
Si bien en la realidad de ambos barrios se viven muchas penurias, se ven signos esperanzadores; por eso, para este equipo, Dios debe ser el centro de todo.
El legado de un siervo de Dios
El P. Luis Ferrés es un sacerdote joven, y tiene el hermoso desafío de vivir su ministerio con la gente del barrio Las Acacias, allí donde vivió el siervo de Dios Padre Cacho. Justamente, es en la Parroquia Sagrados Corazones donde reposan los restos de Ruben Isidro Alonso, recordado como el “cura de los cantegriles”.
“Esta parroquia es emblemática. Dentro del templo están los restos de Cacho, es muy especial. Tiene más de 80 años de historia y está ubicada en el corazón de Montevideo; han pasado muchos curas por aquí, es una comunidad creciente”, afirma su párroco.
Actualmente se celebra la eucaristía, bautismos y funciona un grupo de jóvenes. Los viernes después de la misa se realizan encuentros de oración. También se reúne el grupo de alcohólicos anónimos dos veces a la semana; el P. Ferrés los acompaña en las reuniones especiales. “Es una gracia de Dios poder estar en Possolo, nunca me lo imaginé. Fue una grata sorpresa”, sostiene el sacerdote.
“Dios vino a los barrios y se hizo vecino”, reza el mural del muro del patio de la parroquia con la imagen del padre Cacho; allí juegan a la pelota niños de todas las edades. La figura del Padre Cacho se extiende por todos estos barrios. El equipo es uno más dentro de los más necesitados de la sociedad.
Sembrando esperanza
Si bien en la parroquia, como en todos lados hay actividades paralizadas —debido a la pandemia— no obstante, se desarrollan muchas tareas con la comunidad; ambos barrios presentan esa característica.
El día que se realizó este reportaje, ya entrada la noche, fieles y amigos de la Casa de la Palabra, se acercaron para vivir una jornada de alabanza animada por la Sociedad de San Juan. El equipo pastoral se sumó a los momentos de oración.
“Más allá de los peligros y de lo trabajosa que es esta tarea, aquí es campo fértil para la evangelización. La gente está sedienta y hambrienta de Cristo. Está muy abierta. Se acercan a la parroquia. Apenas queremos ser un reflejo de la Luz, que es Cristo”, cuenta el P. Pablo.
La pandemia, un tiempo de necesidad de Dios
Hace más de un año que el mundo se reinventó para hacerle frente a lo desconocido. Un virus cambió la vida de todos; algo que no podemos ver pero sí sentir. El párroco de Nuestra Señora de Guadalupe reflexionó sobre el tema.
“La situación que generó la pandemia es muy dura. Nos agarró de sorpresa, no tenemos antecedentes cercanos en el tiempo. Si bien hace un año y poco que estamos viviendo esto, tenemos que tratar de sacarle una oportunidad”, sostiene con firmeza.
“Si la Iglesia no tiene algo que decir en estas circunstancias, no tendrá para decirlo nunca. Es como cuando alguien muere, ¿quién puede decir algo ante lo insoslayable de la muerte?; para dar un mensaje de esperanza o de consuelo, siempre está la Iglesia”, analiza el P. Coimbra.
El exdirector de comunicación mira la situación con corazón de pastor y ve en la oscuridad signos de esperanza. Para él es una oportunidad para hablarle a la gente de la certeza de las cosas de Dios y de la esperanza en su encuentro. “Nos enfrentamos a los misterios que hacen brotar del corazón la pregunta más elemental: ¿qué sentido tiene mi vida?, desde allí surge, muchas veces, la necesidad de Dios. Estamos ante la debilidad, tenemos que tener conciencia de la fragilidad, la enfermedad y la muerte que nos tocan de cerca”.
3 Comments
No es comentario. solo una pregunta? esta parroquia es en elbarrio del Padre Chaco?. P. Lucho Ferres lo escucho cuando me llegan alguans veces en la Palabra en Vos. gracias me por ello , es que me ayuda mucho. dafne
El Señor los acompañe y guie en esta mision que llevan adelante. Se necesitan muchos sacerdotes como ustedes. Se que recogeran muchos frutos porque dan todo de si y lo hacen desde el corazon y con mucho amor. Los tengo en mi oracion diaria. Adelante con Fe que el Espiritu Santo los guiara en todo momento. Un abrazo
Tengo casi 85 años.Actue mucho con los enfermos y como Orientadora Familiar y….
Siendo y lo hago ahora a través de la oración y la Eucaristía y pido a Jesús y María por TODOS los sacerdotes, laicos, etc.para que les de verdadera vocación de servicio.Orar y Obrar como me enseñó Don Bosco.Que el Señor lo bendiga .