Puentes de Solidaridad es un proyecto de la Iglesia que quiere ser una respuesta para los venezolanos que deben dejar su tierra para buscar un futuro mejor. En abril cumplió un año en Uruguay y ha dado sus primeros pasos.
Para contar esta experiencia, el programa Hoy quiero hablarte, que conduce el P. Fabián Rovere por Radio Oriental 770 AM, recibió a la Mag. Gabriela Gómez, coordinadora de Puentes de Solidaridad en Uruguay. Gómez junto al Lic. Camilo Genta, trabaja en la organización diaria del proyecto, liderados en la Conferencia Episcopal del Uruguay por el actual Obispo de Maldonado, Mons. Milton Tróccoli.
La integración del hermano migrante como objetivo
Gabriela Gómez explicó en la alocución que el objetivo principal del proyecto en Uruguay es promover una mejor vinculación entre los migrantes venezolanos y la población local. “Esto también involucra a hermanos migrantes provenientes de otros países de la región. Pero esta integración no significa que los recién llegados dejen su cultura, su costumbres, su historia atrás; muy por el contrario, se busca una verdadera integración entre quienes acogen y quienes llegan a nuestro país. Aquello que el Papa Francisco nos pedía como actitud hacia los hermanos migrantes; esos verbos tan significativos de ‘acoger, promover e integrar’”, expresó.
Desde un primer momento, el proyecto buscó atender a la población migrante, especialmente aquella en situación de vulnerabilidad, a través de lugares que brindaran una primera asistencia, información y orientación; con personas preparadas para cumplir este servicio de forma eficaz. En definitiva, que pudieran tener una derivación pronta y oportuna, y así integrar al migrante lo más rápidamente posible a la sociedad uruguaya.
Para realizar este trabajo, Puentes de Solidaridad cuenta actualmente con tres centros de atención: uno en Montevideo, en la Parroquia de la Aguada; otro en Rivera, en la Parroquia Sagrado Corazón; y un tercero en Maldonado, en la oficina de Cáritas, junto a la Catedral fernandina.
Pero la atención en las oficinas no fue la única acción que Puentes de Solidaridad ha realizado en este año de trabajo. En mayo de 2019, a la vez que se presentaba en distintos medios de comunicación el proyecto, se lanzaba una Campaña del abrigo y del alimento no perecedero (que duró hasta noviembre de 2019 y fue reeditada en febrero de este año). Esto permitió no solo colaborar con las personas que llegaban a los centros con necesidades insatisfechas, sino también entregar a varias familias una canasta navideña a fines de 2019, en la sede de la CEU. “Fue mucha la felicidad al ver la respuesta de las comunidades parroquiales, supermercados, grandes superficies y gente de buena voluntad que nos ayudó con esta campaña”, comentó Gómez.
Hora de crear redes
Otros de los trabajos realizados por las personas que llevan adelante el proyecto en Uruguay fueron las reuniones y los encuentros con distintos actores e instituciones gubernamentales y organismos internacionales. Se realizaron encuentros con el Secretario de Derechos Humanos de la Presidencia de la República y el Ministerio de Relaciones Exteriores. Estas instancias posibilitaron una jornada de capacitación organizada por Puentes de Solidaridad y el Ministerio de RREE, en la sala de reuniones del Club Católico, y que convocó a más de 30 personas de diferentes instituciones que trabajan con migrantes.
A vez, Puentes de Solidaridad tuvo reuniones de intercambio con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Posteriormente a estos encuentros,el proyecto fue invitado a participar de la Plataforma R4V, que trabaja con las distintas organizaciones que colaboran en la ayuda a personas migrantes sobre todo en este contexto de crisis en Venezuela, que es coordinada por OIM – ACNUR.
Recibir, ayudar, integrar y celebrar
Para Puentes de Solidaridad, relataba Gabriela Gómez durante la audición, fueron muy importantes las reuniones a las que convocó Mons. Pablo Jourdan, Obispo Auxiliar de Montevideo y encargado de la Pastoral Social de la Arquidiócesis, pues significaron los primeros pasos hacia una Pastoral de la Movilidad Humana en la iglesia local.
En este aspecto la celebración de la Santa Misa, en el marco de la 105° Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado y realizada en la Parroquia de los Padres Scalabrinianos el domingo 29 de setiembre, marca un hito en el camino de la integración total de los hermanos migrantes en las distintas comunidades parroquiales de la Arquidiócesis. También en la Diócesis de Tacuarembó se celebró la Jornada Mundial.
Sin dudas, otro paso significativo para Puentes de Solidaridad en este año fue la apertura de la casa del migrante “Paz y bien” en la localidad del Fortín de Santa Rosa, a 40 Km de la capital. El proyecto se lleva adelante con la Conferencia de Religiosos del Uruguay y la Arquidiócesis de Montevideo y actualmente da cobijo a cuatro familias venezolanas, por un plazo de tres meses.
Al día de hoy son casi 800 las personas que han pasado por las oficinas del proyecto durante este primer año de funcionamiento, compartía la Mag. Gabriela Goméz. Principalmente, se trató de migrantes cubanos y venezolanos, pero en total se contaron 10 nacionalidades diferentes (incluidos algunos compatriotas). Los principales temas de preocupación con los que se acercaron a las oficinas cambiaron con el paso del tiempo, y se pasó de la búsqueda de información y trabajo en 2019, a la ayuda para vivienda y comestibles en 2020, sobre todo luego de que comenzara a afectar el estado de emergencia causado por la pandemia de Coronavirus.
Acciones proyectadas
Para este año, Puentes de Solidaridad buscará fortalecer la acogida de migrantes en la casa “Paz y bien” de La Floresta. La idea es poder llegar a la capacidad máxima de las instalaciones, que es de unas 30 personas, siempre y cuando la situación sanitaria creada por la pandemia de COVID-19 lo permita. Además se busca poder financiar esta iniciativa en el mediano y largo plazo.
También se pretende retomar el contacto con autoridades del nuevo gobierno, a través de Ministerio de Exteriores y el Ministerio de Desarrollo Social, entre otros actores estatales clave.
Otro tema a trabajar por parte del proyecto es la coordinación del trabajo de voluntarios y con diferentes organizaciones de la sociedad civil. Por último, se busca por parte de Puentes de Solidaridad seguir estructurando una Pastoral de Movilidad Humana para trabajar la acogida a los migrantes a nivel nacional, arquidiocesano y parroquial.