La historia del padre Raúl Díaz (55) coincide con la de muchos uruguayos. Cuando era niño fue bautizado por tradición, dado que su familia es creyente pero no practicante. Empezó a creer en Dios cuando tenía cinco años de edad tras conocer a Jesús a través de una película que vio durante una Semana Santa, de la cual no recuerda el título. 

“Recibí la primera comunión de una manera consciente”, reconoce el P. Díaz, quien concurrió a la escuela Nº 102, en el barrio Ituzaingó, que lleva el nombre de Juana de Ibarbourou (1892-1979). 

Su vocación, en un primer momento, iba a ir por el lado del arte. Soñó con ser pintor y escritor. Estudió dibujo y pintura, y llegó a cursar un año en la Escuela Nacional de Bellas Artes. 

En su juventud, el P. Díaz fue monaguillo, catequista y responsable laico en el santuario Nuestra Señora del Sagrado Corazón y Santa Rita (Ituzaingó), lugar donde descubrió su vocación sacerdotal. Renunció a sus dos pasiones y a un cargo que tenía en la Corte Electoral para ingresar al seminario Cristo Rey. 

P. Raúl Díaz. Fuente: Romina Fernández

El P. Díaz no se consideraba un ávido lector hasta que descubrió su llamado a la vida religiosa y empezó a leer sobre la vida de san Agustín. Antes solo leía la Biblia y las obras de Juana de Ibarbourou. Las vueltas de la vida lo llevaron a residir —primero como vicario parroquial y después como párroco— en la parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y San Alfonso (Tapes 966), lugar donde la poetisa uruguaya contrajo matrimonio con Lucas Ibarbourou el 28 de junio de 1921. 

Además de celebrar su boda, Juana de América acudía con frecuencia a misa y solía ofrendar en el templo el primer ejemplar de cada uno de sus libros. Antes de morir, donó un anillo, un colgante y un prendedor a la parroquia. Desde 2022, la sala cultural de la comunidad lleva su nombre. 

Por la parroquia de la calle Tapes pasaron varias figuras vinculadas al ámbito político y del arte como Francisco Bauzá (1849-1899) y Juan Zorrilla de San Martín (1855-1931). Incluso, Federico García Lorca (1898-1936), quien se consideraba ateo, concurrió al templo para conversar con Juana de Ibarbourou al finalizar la misa. 

Una parroquia más que centenaria 

El templo de la parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y San Alfonso comenzó a construirse en 1896, tras la colocación de la piedra fundamental, y fue inaugurado en junio de 1899. 

El edificio fue construido según los planos del arquitecto alemán Heinrich Wiethase (1833-1893), quien, además, construyó la iglesia de San Alfonso de la ciudad de Aquisgrán, en Alemania. La versión uruguaya tiene algunas variantes en relación a la original y fue construida bajo la dirección del arquitecto Arsenio Bonnet y su socio Santiago Ziegelman. 

El templo es de estilo neorrománico-bizantino y mide cuarenta y siete metros de largo por diecinueve metros de ancho. Sus torres, terminadas en punta, poseen una altura de cuarenta metros. La mayoría de los materiales que se utilizaron en la construcción fueron traídos directamente desde Alemania. 

Además, el templo se compone por tres naves sostenidas por ocho columnas de granito negro, y otras dos más pequeñas que apoyan el coro. Por otro lado, la decoración pictórica estuvo a cargo de Lambert Ophorst, quien trajo consigo a tres pintores ayudantes provenientes de Europa. 

Fachada del templo. Fuente: Romina Fernández

El órgano del templo fue construido en 1927 por la firma Walker. Es de estilo romántico-litúrgico alemán y está compuesto por un total de mil seiscientos veinticinco tubos y consta de veinte registros. 

La parroquia ubicada en la calle Tapes primero fue templo votivo y después santuario dedicado a la Virgen del Perpetuo Socorro. El primer sacerdote que estuvo al frente de la comunidad fue Víctor Loyodice (1836-1916), quien pertenecía a la Congregación Alemana de los Padres Redentoristas. Sus restos mortales reposan en el templo. Desde 2018, el parque de la parroquia lleva su nombre, donde se plantaron varios árboles y rosales. 

El P. Díaz señala que uno de los objetivos cumplidos fue abrir la parroquia al barrio y que el parque Loyodice potencie al santuario. El próximo 10 de noviembre, integrantes del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa) y del Programa de Medidas Socio Educativas Comunitarias (Promesec) mostrarán su trabajo y presentarán su proyecto de huertas que se realizará en el parque parroquial.

La contribución de los fieles 

Ana Virginia Piffaretti (67) forma parte de la parroquia desde que estaba en el vientre de su madre: "Ella llegó a esta comunidad cuando tenía ocho años. Participó de la catequesis y se casó”. 

Desde hace treinta años es la sacristana y, desde 2009, es la responsable laica: "Vivo mi servicio con alegría. También con sacrificio, a veces. Me encanta servir en el altar porque quiero que la gente tenga una celebración digna”. También ha sido catequista y la encargada de llevar la comunión a los enfermos. 

"La gente es solidaria cuando la convocas para algo puntual. Los puntos fuertes son la Semana Santa, la fiesta patronal —que se celebra el 27 de junio— y el ágape de fin de año”, agrega. 

Ana Virginia Piffaretti tiene múltiples tareas en la parroquia: es responsable laica, sacristana y encargada de la cripta de San Juan. Fuente: Romina Fernández

Piffaretti es, asimismo, la responsable de la cripta de San Juan, que fue inaugurada en 2009 por el entonces arzobispo de Montevideo, Mons. Nicolás Cotugno, mientras Mons. Antonio Bonzani estaba al frente de la comunidad y el P. Díaz era el vicario parroquial. 

La cripta de San Juan está debajo del altar mayor y tiene una capilla —donde se celebra la misa diaria durante el verano— y un columbario, donde se depositan las cenizas de los difuntos. Actualmente hay ciento siete urnas. “Es un lugar muy agradable y respetado. Las personas que traen los restos de sus familiares, además traen un rosedal en nombre de su ser querido. El sacerdote lo bendice y lo planta en el parque Loyodice”, dice Piffaretti. 

El lugar se amplió en 2018 y este año se terminó de reformar y mejorar,  gracias al aporte de los fieles que tienen urnas de sus familiares en el columbario. Este año, también se arregló la capilla San Alfonso, donde se celebra la misa diaria durante el invierno. 

Levantar el santuario 

El P. Díaz asumió como párroco el 1.° de abril de 2017. "Es una comunidad muy pequeña en número. En el último tiempo la cantidad de fieles se triplicó. Sin embargo, es baja la participación de los laicos”, dice. En tanto, Piffaretti expresa: "Somos pocos pero buenos. Es una comunidad que refleja al barrio. Es una zona donde vive mucha gente mayor porque estamos llenos de residenciales de ancianos”. 

Uno de los objetivos que propuso el párroco fue potenciar el santuario. Para ello, creó el MuMa Montevideo, un museo mariano que se inauguró el pasado 7 de octubre. La propuesta ofrece a los visitantes la posibilidad de tener un acercamiento a la Virgen María por medio del arte. 

La idea surgió cuando al P. Díaz un amigo le regaló una imagen de Santa Rita y otra de la Virgen de la Asunción: “Empecé a recolectar cuadros y otras piezas que, de algún modo, ayudan a mostrar y conectar con el arte, la historia y la espiritualidad”. 

El P. Díaz explica a los fieles el origen y significado de las imágenes que hay en MuMa Montevideo, el museo mariano. Fuente: Romina Fernández

No todas las imágenes son marianas, pero de igual forma hacen a la vida de la parroquia. En el espacio se homenajea a Salvador García Pintos (1891-1956), Manuel Patricio Abascal (1894-1929), Walter Chango (1921-1939) y a ‘Vicky’ Ayala (1981-1994), una joven que pertenecía a la parroquia y era devota de la Virgen del Perpetuo Socorro. 

Dado que MuMa fue recientemente inaugurado, está en su primera fase de crecimiento. "La idea es agrandar el espacio, agregar un piso más y tener exposiciones de forma transitoria", señala el párroco. Otro de los proyectos es incluir una tienda de recuerdos con el objetivo de sostener la obra. 

Casa de puertas abiertas 

Por su capacidad y su buena acústica, el templo es elegido por dos motivos: para celebrar bodas y para ofrecer conciertos musicales. Cada año hay entre doce y catorce casamientos en la parroquia, según la responsable laica. 

Además, el director de cine y productor español Juan Antonio Bayona eligió a la parroquia para algunas escenas de La sociedad de la nieve, película basada en el libro de Pablo Vierci sobre la tragedia de los Andes que se estrenará el 4 de enero de 2024 en Netflix. Antes de la grabación se celebró una misa para “orar por los actores, el éxito de la película y por quienes fueron los protagonistas de la historia real”, informa un folleto parroquial.   

Un lugar de encuentro y oración con el Señor. Fuente: Romina Fernández

El 2024 será un año especial para la parroquia dado que se cumplirán ciento veinticinco años de la fundación del templo. Los proyectos que tiene en mente el P. Díaz son varios, pero reconoce: “Hay que ir despacio porque somos pocos y tenemos bajos recursos económicos”. Una de sus metas es refaccionar el pasillo de la santidad, que conecta a los salones parroquiales con la capilla San Alfonso y es un espacio que homenajea a hombres y mujeres que llegaron al cielo.

Por: Fabián Caffa

Redacción Entre Todos