Cuando en la tarde del 26 de octubre, en el aula Pablo VI, en la Ciudad del Vaticano, el Santo Padre pronunciaba el discurso conclusivo, dejaba claro que no era su intención publicar una exhortación apostólica postsinodal, porque en el documento final de la segunda sesión de la 16ª Asamblea General Ordinaria del Sínodo, ya había indicaciones muy concretas que pueden ser una guía para la misión de la Iglesia en cada rincón del orbe.
Ese documento —hasta ahora solo disponible en italiano, pero que próximamente estará disponible en varios idiomas— es el resultado de un largo proceso en el que la Iglesia de todo el mundo participó. El papa, los obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos y laicas; todos con la disposición de caminar juntos.
Se trató de un recorrido de tres años —y que de cierta manera no está terminado—, que comenzó en setiembre de 2021, en cada comunidad, en cada diócesis; luego tuvo su instancia a nivel de las diferentes conferencias episcopales, seguido de instancias regionales y continentales. La última etapa, que originalmente iba a concluir en 2023 en Roma, terminó consolidándose en la segunda sesión en el Vaticano en octubre de este año.
El camino de una Iglesia en misión
“El Documento sobre el que hemos expresado nuestro voto es un triple regalo: para mí, como Obispo de Roma; para todo el Pueblo de Dios y un regalo que no puede quedarse solo en nosotros”, así se expresó el papa Francisco sobre el producto de todas estas etapas. Y agregó: “Con el Documento Final hemos recogido el fruto de años, tres por lo menos, en los cuales nos hemos puesto a la escucha del Pueblo de Dios para comprender mejor cómo ser ‘Iglesia sinodal’ a la escucha del Espíritu Santo en el tiempo presente. Las referencias bíblicas que abren cada capítulo disponen el mensaje confrontándolo con los gestos y las palabras del Señor resucitado que nos llama a ser testigos de su Evangelio, antes con la vida que con las palabras”.
En su alocución, el Sumo Pontífice insistió en la escucha permanente con los obispos y las iglesias locales, aunque advirtió: “Esto no es un modo para postergar al infinito las decisiones. Es lo que corresponde al estilo sinodal con el que también el ministerio petrino se ejercita: escuchar, convocar, discernir, decidir y evaluar. Y en estos pasos son necesarias las pausas, los silencios, la oración. Es un estilo que estamos aprendiendo juntos, poco a poco. El Espíritu Santo nos llama y nos sostiene en este aprendizaje, que debemos comprender como proceso de conversión”.
Además, el Obispo de Roma llamó a llevar este texto a su concreción en cada contexto, encargando a los participantes en el sínodo para esta tarea. “Es obvio que no todos se pondrán a leerlo; serán sobre todo ustedes, junto con tantos otros, los que hagan accesible su contenido en las Iglesias locales. El texto, sin el testimonio de la experiencia realizada, perdería mucho de su valor”, expresó.
«La Iglesia sinodal para la misión necesita que las palabras compartidas vayan acompañadas de hechos»
Con sus palabras el papa Francisco animó a no dejar estas conclusiones encerradas solamente en el ambiente eclesial y aseguró: “El impulso que proviene de esta experiencia, de la cual el Documento es un reflejo, nos da la valentía de testimoniar que es posible caminar juntos en la diversidad”.
Sobre el final, el Santo Padre afirmó que “La Iglesia sinodal para la misión, ahora necesita que las palabras compartidas vayan acompañadas por hechos”. “Todo esto es don del Espíritu Santo, Él es quien crea la armonía, Él es la armonía”, concluyó.
Al igual que para la primera sesión de octubre de 2023, para esta segunda instancia que culminó el pasado 26 de octubre, fueron convocados tres uruguayos: el cardenal Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo, y miembro del consejo ordinario del sínodo; monseñor Milton Tróccoli, obispo de Maldonado-Punta del Este-Minas, y Leonardo Lima, laico vinculado con Comunidades de Vida Cristiana (CVX) y que integra el departamento de laicos de la Conferencia Episcopal del Uruguay.
A su regreso a nuestro país, los tres participantes dialogaron con ICM para un programa especial denominado Ecos del Sínodo que, desde el lunes, estará disponible a través del canal de YouTube de ICMtv.
En esa entrevista, lo primero que destacaron, como uruguayos, fue la oportunidad de compartir y vivenciar la universalidad de la Iglesia presente en este encuentro. Para Mons. Milton Tróccoli fue removedor encontrarse con iglesias que viven realidades tan disímiles. “Uno va viendo allí la Iglesia en distintos contextos: la Iglesia de Oriente, los obispos de Ucrania, que nos traían muy de cerca toda la experiencia de la guerra, así como los obispos del Líbano. Y también las formas variadas de vivir la fe en lugares distantes como África, y hasta en América Latina”.
Por su parte, Leonardo Lima, en su rol de experto facilitador en las mesas de trabajo, se mostró muy feliz por ser testigo de cómo los participantes del sínodo iban compartiendo lo que el Espíritu Santo suscitaba en ellos. También hubo lugar para la sorpresa en su experiencia: “A priori uno piensa que la diversidad que existe en la Iglesia de repente nos hace estar contrapuestos a los demás, pero se respiró en el sínodo una vivencia de búsqueda de la unidad, de búsqueda de la fraternidad”.
En tanto, el cardenal Daniel Sturla resaltó que esta unidad en la diversidad está dada por la figura del Papa, algo propio de la Iglesia desde sus orígenes. En cuanto a su aporte durante el sínodo, como miembro ordinario del consejo, destacó: “tuve la posibilidad de reflexionar sobre lo importante de pensar por uno mismo, tener la libertad de conciencia, de poder expresar, también con cierta audacia —parresía— lo que uno piensa en los distintos temas en general y en los temas concretos del sínodo”.
Contestando a la pregunta de cómo se instrumentan las conclusiones del sínodo en la Iglesia local, el arzobispo de Montevideo dijo: “tenemos, por ejemplo, las recomendaciones pastorales recién aprobadas. Preguntarnos cómo las llevamos a cabo, qué es lo que está haciendo ahora cada parroquia para vehiculizar estas recomendaciones… Ese es el modo de hacer sinodalidad en la misión, que es para lo que la Iglesia está”.
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