La Hna. Laura Guisado, directora nacional de Audec, reflexiona sobre el rol de nuestro país.
El 10 de setiembre se celebró el Día de la Educación Católica en nuestro país. Esta fecha, en el marco de este especial del Entre Todos sobre Educación, es una buena razón para compartir con ustedes el diálogo que tuvimos con la directora nacional de AUDEC, la Hna. Laura Guisado.
Cómo directora general de Audec, ¿qué desafíos encuentra la educación católica para hacer la trayectoria con los niños, jóvenes y adolescentes?
La educación católica se ocupa de una gran parte de la población estudiantil del país. Son unos 170 proyectos socioeducativos que se desarrollan tanto en Montevideo como en el interior del país. En ellos se atiende a unos 16.000 beneficiarios y quienes llevan adelante este acompañamiento son aproximadamente 3.000 trabajadores. En cuanto a educación formal, Audec agrupa más de 150 colegios en todo el país que atienden a diversas realidades socioeconómicas de aproximadamente 60.000 estudiantes. Quienes se ocupan de llevar adelante dicha tarea son unos 14.000 colaboradores.
Observando esto vemos cuántos niños, niñas y adolescentes están atravesados por nuestras propuestas. Para nosotros es de una gran responsabilidad, por eso entendemos que se debe hacer una revisión permanente de nuestro acompañamiento, prácticas, metodologías, propuestas y enfoques. El siglo XXI trajo infinitos cambios al ámbito educativo, a las familias, nuevas herramientas y abordajes, y eso debe de estar contemplado en el acompañamiento. Las realidades plurales y diversas, la relevancia de vivir en una sociedad secular, el acompañamiento afectivo (y celebramos la nueva ley de educación emocional), la multiplicidad de familias, la problemática en salud mental, las dificultades de aprendizaje, son algunos de los focos que hay que tener en cuenta en la trayectoria estudiantil para realizar un adecuado acompañamiento. Las instituciones siembran cercanía con las familias, saben cómo están integradas, realizan un seguimiento de su trayectoria, los conocen, hay un trato afectuoso. No son uno más, y ese acompañamiento personalizado realmente es algo que buscan las familias y nosotros lo capitalizamos como un valor.
¿Cómo impacta la baja de la tasa de natalidad a nivel de la matriculación?
La baja de la tasa de natalidad es un problema nacional que nos afecta a todos. De por sí nuestro país tiene muy baja natalidad, y en la educación hace varios años que se está observando y que venimos alertando sobre esta situación. En 30 años cayó a la mitad la cantidad de niños que nacen y nos preocupa por las consecuencias que genera a mediano y largo plazo. Por supuesto que las matrículas se han visto afectadas, pero no solo en la educación pública de gestión privada, sino en todo el país y así lo demuestra el censo nacional y los datos del monitor educativo de ANEP donde se proyecta un 27% de baja del alumnado de cara al 2030. En nuestro caso en particular, nuestro último censo evidencia una caída en las inscripciones del 3% anual.
En nuestros colegios, sin fines de lucro, donde la gran parte de los ingresos va hacia el pago de salarios y recursos, es complejo sostener la propuesta cuando el alumnado va disminuyendo. Para nosotros es importante generar espacios de acompañamiento y brindar herramientas que permitan tomar decisiones y gestionar de acuerdo a cada realidad contextualizada. En ese sentido es nuestro propósito ofrecer formaciones y talleres sobre diversas temáticas que acompañen la realidad de cada centro.
Recientemente hicimos talleres sobre claves para aumentar las entrevistas e inscripciones, realizamos una mesa de diálogo para reflexionar y hablar de esta problemática demográfica, realizamos mesas redondas con candidatos de cada partido político para hablar sobre sus propuestas en educación, considerando también esta situación, nos reunimos con los candidatos políticos, es decir, es algo que nos ocupa permanentemente ya que hay que pensar en cómo se pueden favorecer los procesos de aprendizaje y el acompañamiento en esta coyuntura.
¿Cómo impactan los cambios sociales a nivel de familia a la hora de la educación católica, formal y no formal?
Actualmente hay muchos modelos de familia (biparentales, monoparentales, compuestos, extendidos…) y eso hace que las organizaciones familiares sean muy diversas. También hay una baja en la religiosidad de la población, por lo que para la educación católica es un desafío poder acompañar adaptando las propuestas a estas necesidades, ya que hay una exigencia de mayor tiempo de escolarización en cuanto a carga horaria del niño, niña o adolescente en la institución, de concentración de actividades (en algunos casos el tiempo que los estudiantes comparten con sus familias es menor), por lo que las exigencias de acompañamiento, para nosotros aumentan (y esto se acrecienta en educación no formal, donde muchas veces otros no llegan, y en los barrios donde la atención es urgente). Es importante para nosotros como instituciones católicas mantener nuestra identidad en este contexto. Las familias valoran mucho el modo de socialización en los colegios, el modo de afectividad y cómo eso se integra en la identidad y la propuesta educativa, por eso entendemos que allí debe de estar nuestro foco en este momento.
En este marco, ¿Cómo evalúa los encuentros con los candidatos presidenciales?
Primero hay que destacar el reconocimiento por parte de cada candidato de todo lo que aporta la Iglesia al acompañamiento de los menos favorecidos en diferentes ámbitos. Además, el reconocimiento explícito como «buenos socios» destacando el trabajo en equipo. En nuestro país la Iglesia católica se encuentra en permanente diálogo y escucha con las autoridades, colegios, familias y población en general. Desde diversos ámbitos, tenemos la posibilidad de participar, intercambiar, escuchar propuestas y por supuesto ser escuchados. Esto es sumamente significativo teniendo en cuenta que en muchos lugares no es así y que en este país esa remarcada secularización también podría suceder.
Nuestra sociedad actualmente se construye democráticamente y es algo que tenemos muy presente a nivel público. Para nosotros ha sido muy grato tener la posibilidad de dialogar con todos los candidatos y presentarles nuestra mirada, compartir pareceres y preocupaciones. Valoramos el intercambio y esperamos que a futuro sigamos generando espacios de diálogo y escucha compartida.
¿Cuáles son los mayores desafíos?
Como ya he mencionado, la disminución de la matrícula es una preocupación constante para nosotros. Además, enfrentamos el desafío de mantener nuestro compromiso en los proyectos socioeducativos y destacar el importante ahorro que la educación pública de gestión privada representa para el Estado, atendiendo a más de 100.000 alumnos. Un tema central que estamos planteando es la necesidad de asegurar el pago de la antigüedad en la educación formal. Este aspecto, sumado a la baja demográfica, genera serias dificultades para la sostenibilidad de las instituciones, que no reciben aportes del Estado.
Nuestro trabajo está enfocado en promover una educación inclusiva, lo que contribuye directamente al Sistema Nacional de Cuidados, asumiendo la responsabilidad de atender a un gran número de estudiantes en situación de vulnerabilidad. Este esfuerzo implica no solo la formación y desarrollo de una sólida cultura institucional, sino también la adecuación de infraestructuras, lo que demanda significativas inversiones económicas que muchas instituciones no pueden afrontar con facilidad.
También nos desafía la realidad en materia de salud mental en nuestros estudiantes. Nos parece sumamente relevante el correcto asesoramiento y acompañamiento, por ello nos ocupamos en trabajar este binomio educación / salud mental de modo tal que podamos realmente fortalecer el lazo social fragmentado a través de nuestras instituciones fomentando la pertenencia y la identidad.
¿De qué forma se podrían complementar con el Estado?
Vemos varias áreas en las que podríamos complementarnos con el Estado para mejorar la situación educativa y social. En primer lugar, dado que la educación pública de gestión privada ya representa un ahorro significativo para el Estado, atender a más de 100.000 alumnos, sería beneficioso recibir mayor apoyo que ayude a mantener la calidad educativa y la inclusión social que promovemos. Esto es particularmente urgente ante la baja demográfica y la necesidad de asegurar el pago de la antigüedad en la educación formal, aspectos que impactan directamente en la sostenibilidad de nuestras instituciones. Trabajamos en proyectos socioeducativos y en la atención de estudiantes en situación de vulnerabilidad, lo cual se alinea con los objetivos del Sistema Nacional de Cuidados. El Estado podría fortalecer esta colaboración apoyando iniciativas de infraestructura y adaptaciones edilicias que muchas instituciones no pueden costear por sí solas, pero que son necesarias para ofrecer una educación inclusiva.
En cuanto a educación/salud mental es una prioridad para nosotros, ya que consideramos fundamental brindar acompañamiento adecuado a nuestros estudiantes en este ámbito. Aquí, el Estado podría colaborar mediante el diseño conjunto de programas de salud mental en las instituciones educativas, facilitando el acceso a especialistas y recursos que permitan abordar esta problemática de manera integral y prevenir situaciones de riesgo. Esta alianza fortalecería el tejido social y ayudaría a crear una mayor sensación de pertenencia e identidad en nuestros jóvenes.
¿Cómo juega la pastoral en este contexto? ¿Cómo se puede acercar a los diferentes actores de la educación al Evangelio?
La pastoral crea lazos y comunidades de apoyo en donde las personas tienen lugar para sentirse valoradas y para contribuir con su contexto. Está presente en diversos lugares en el territorio, muchas veces desde dentro, acompañando complejas realidades en el día a día. Esto coopera mucho en nuestros objetivos y en esa promoción de valores humanos. Son muchas las redes de apoyo que se generan y lo que se logra a través de ellas. La educación católica coopera también en esa promoción de valores y procura ofrecer educación de calidad en consonancia con las orientaciones del Plan pastoral de la Iglesia, por supuesto siempre apostando a la misión de hacer presente y darle voz en Uruguay a la educación católica.
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