Entrevista a Beatriz Methol, presidenta de SARU.
El Servicio de Ayuda Rural del Uruguay es una asociación civil de carácter privado y nacional sin fines de lucro, dedicada a promover la educación de niños y jóvenes rurales de escasos recursos. Desde hace más de cincuenta años cuenta con dos locales de venta de comidas en el predio de la Expo Prado. Lo recaudado es destinado a familias e instituciones rurales.
Espíritu solidario
El Servicio de Ayuda Rural del Uruguay comenzó a funcionar con personería jurídica en el año 1955. Su fundadora y primera presidenta fue Enriqueta Arteaga de Soneira. Su misión fue dar oportunidades de estudio y desarrollo humano a todas las familias rurales alejadas de los centros urbanos y sin medios económicos.
A ella y sus colaboradoras, las unía la preocupación por el bienestar de la familia rural ante la falta de oportunidades que tenían los niños y jóvenes de hogares de escasos recursos.
Beatriz Methol es presidenta de SARU desde el año 2003. Se define como una mujer rural que heredó de sus antepasados el valor de lo sencillo y el servicio incondicional a los más necesitados, especialmente a los de la campaña.
Su actual presidenta asegura que data de mucho tiempo antes debido a las necesidades y la falta de desarrollo que presentaban los jóvenes del medio rural.
“Al principio la atención fue para las niñas. Era más difícil para ellas. Los varones en el campo siempre tuvieron otra defensa”, detalla la actual presidenta.
Una realidad en marcha
Desde sus inicios SARU cuenta con una Comisión Directiva. Actualmente está integrada por cuarenta mujeres voluntarias de todas las edades, quienes brindan su tiempo en favor de la familia rural.
Su espíritu de servicio trasciende las generaciones. “SARU pasa de generación en generación. Tengo una foto del año 1985 donde estoy con mi abuela, mi madre y mi hija trabajando en la parrilla. Las tres generaciones trabajando”, cuenta la actual presidenta.
La institución celebró el año pasado sus sesenta y cinco años de presencia ininterrumpida en todo el país. A lo largo de todos estos años su aporte ha llegado a cientos de instituciones y familias.
Actualmente llegan a más de quinientos niños y adolescentes del medio rural.
Construyendo puentes
La Asociación Rural del Uruguay se fundó en el año 1871. Es la institución más antigua del país en materia agropecuaria. Desde el año 1913 organiza la Exposición Internacional de Ganadería, Muestra Internacional Agroindustrial y Comercial, popularmente conocida como Expo Prado.
SARU participa de las exposiciones desde el año 1962, momento en que la empresa Coca-Cola le regaló un quiosco en el predio.
Durante la presidencia de Carlos Motta Moglia, en el año 1978 la Asociación Rural del Uruguay le cedió a la asociación civil el espacio donde se construyó la tradicional Parrilla SARU. Al siguiente año se techó y quedó inaugurada.
Beatriz se refirió a la importancia de esta instancia: “El período del año en el que SARU mejor recauda fondos es durante la exposición, tanto en la parrilla como en el quiosco. Ambas tienen públicos distintos: la primera recibe comensales que colaboran año tras año; el segundo trabaja con gente de paso”, destaca.
La asociación civil no escapó a la situación sanitaria vivida el año pasado. Su presidenta dio detalles sobre lo acontecido: “Nos fue muy bien en la recaudación de la parrilla, no así en el quiosco debido a la reducción de la movilidad y al escaso público. Gracias a Dios cumplimos con todos los envíos de alimentos que hacemos mensualmente a los hogares de niños, los clubes de niños y adolescentes”, detalla.
SARU cuenta con el sistema de becas para los jóvenes. “Son cosas chicas para el mundo pero grandes para los alumnos”, asegura la presidenta.
Una nueva Expo
Algunas son las innovaciones que presenta la asociación civil para esta nueva exposición que tendrá lugar desde el viernes 10 al domingo 19 de setiembre.
Ya es un clásico que el quiosco sea atendido por la vicepresidenta Ana Fernández, quien este año estará acompañada por dos mujeres más. “Adaptamos el quiosco a las nuevas formas. Contaremos con servicio de delivery dentro del predio”, cuenta Beatriz.
También el sector de la parrilla tendrá sus modificaciones. Para ampliar el espacio de atención al aire libre contarán con un deck: “Tuvimos una donación importante de cajones de madera de los representantes de Massey Fergusson; haremos un deck”, agrega.
Desde hace más de doce años la familia de Wilson y Adriana está al frente del parrillero. Wilson Ávila es el asador y cuenta con Eduardo, su ayudante. La esposa de Wilson se encarga de la cocina, mientras que dos sobrinas del matrimonio ayudan en las demás tareas culinarias. Es una familia que migró del campo a la ciudad.
Otro de los clásicos es la bendición de la parrilla el día de la inauguración de la muestra agroindustrial. El padre salesiano Alfonso Bauer es el elegido para impartir la bendición; al igual que el año pasado.