La Iglesia Católica los propone como un acompañamiento en la última etapa de la vida
Publicado en el Quincenario Entre Todos, n° 477
La Pastoral de la Salud de la Arquidiócesis de Montevideo trabaja, entre otras iniciativas, en conjunto con el personal médico del hospital Pasteur y del hospital oncológico en lo que refiere a cuidados paliativos. “La misión principal consiste en apoyar espiritual y sacramentalmente al paciente que lo solicite. En algunas ocasiones los enfermos son remitidos alguna residencia y en coordinación con los médicos y los familiares los acompañamos en la etapa terminal, para que el paciente con la fe y la esperanza camine hacia el encuentro con el Padre en paz”, explica a ENTRE TODOS el P. Miguel Ángel Hernández, vicario de la Pastoral de la Salud.
“Es una atención que nuestra legislación ha venido desarrollando, protegiendo así a los más vulnerables. La Iglesia valora y reconoce los cuidados paliativos como una respuesta realista y profundamente humana, que debe ser accesible para todos y en todas partes. Afrontar el final de la vida de esta manera puede transformarse en una oportunidad de crecimiento humano del enfermo, su familia y la sociedad en conjunto”, comenta Mons. Pablo Jourdan, quien además de sacerdote y Obispo Auxiliar es médico.
Prevención, identificación, evaluación y control
El Dr. Daniel Scorzo, médico de Cuidados Paliativos desde hace 30 años en la unidad Hospi-Saunders de la Asociación Española Primera de Socorros Mutuos y en el Círculo Católico de Obreros del Uruguay, señala que los cuidados paliativos incluyen la prevención, identificación precoz, evaluación integral y control de problemas físicos, incluyendo dolor y otros síntomas angustiantes, sufrimiento psicológico, sufrimiento espiritual y necesidades sociales. “Esto implica un cambio de concepto de la medicina, volviendo a sus orígenes más primitivos y puros, o sea el juramento hipocrático que dice que se cura a veces, se alivia en otras, pero se acompaña y se cuida siempre. Se pone a la medicina al servicio del paciente, pero le agregas la ventana de la esperanza”, destaca el Dr. Scorzo.
La Pastoral de la Salud se involucra con los cuidados paliativos en la escuchar y acompañamiento de enfermos, especialmente en los momentos de mayor dificultad, con la presencia, la oración, la palabra y los sacramentos. “Dentro de ese respeto y la libertad del paciente, nos limitamos a ese acercamiento, escuchar y ofrecer la disposición, es decir; que pueden contar con nosotros en la medida en que nos necesiten. Al ser cada paciente distinto, no existen fórmulas que sirvan para todos, el abordaje de la Pastoral de la Salud es amplio, detallado, muy cuidadoso y nada invasivo. Incluso, en muchas situaciones en el acompañamiento del enfermo el silencio ocupa un lugar primordial como tiempo propicio para rezar e interceder por él”, señala el P. Hernández.
“La Iglesia Católica puede aportar un papel fundamental”
“La Iglesia siempre ha sido testigo del cuidado de los enfermos a lo largo de la historia. Hoy a través de la Pastoral se los sigue acompañando en las comunidades parroquiales, hogares, sanatorios, hospitales y más, afirma Mons. Jourdan.
Por su parte, el Dr. Scorzo afirma que “la Iglesia Católica puede aportar un papel fundamental en los cuidados paliativos. Opinamos así por ser seres que queremos a nuestros hermanos y luchamos por la vida de todos; teniendo el derecho legítimo de opinar y difundir nuestras ideas. (…) La Iglesia, con su filosofía de vida, forma voluntarios, que pueden ser católicos o no, pero sí gente de buena voluntad que ayuda en la asistencia del binomio paciente-familia».
Otra de las iniciativas de la Iglesia Católica, a modo de ejemplo, es el Hogar padre Benito Menni, probablemente uno de los más grandes de la ciudad. Con cerca de 100 residentes y similar cantidad de funcionarios, es atendido por la Congregación de Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús desde el año 1965. Además, decenas de hogares para la tercera edad reciben atención habitual por parte de los templos del barrio, se trate o no de residenciales oficialmente católicos.
Manejo del dolor total
Para el Dr. Scorzo los cuidados paliativos son importantes ya que se maneja “el concepto del ‘dolor total’ de la muerte, no es solo el dolor físico… sino miedo a cómo voy a morir, con que síntomas, y principalmente a la soledad”. Y agrega que “los cuidados paliativos tratan el dolor de una manera integral: el físico con tratamiento adecuado a su sintomatología, el espiritual tratando de solucionar las aspiraciones que la enfermedad le permitan, el social tejiendo con el equipo el acercamiento a personas que por distintos motivos no están presentes allí; el sicológico explicando a su entorno, que el paciente no pierda el rol que tiene dentro de su familia; y el religioso, asistiendo con una capellanía apropiada a sus creencias, pues en esta etapa los pacientes se acercan más a su fe, incluso hay algunos que la descubren en este período”.
A su vez, el doctor señala que la importancia de estos cuidados radica en que se atiende al paciente, a la familia y a los cuidadores, “así el tratamiento es integral a todos los que rodean al paciente, ya que la familia y los cuidadores, al estar asistidos en sus dudas, pueden realizar mejor su labor de cuidados al paciente y que el impacto de la muerte sea lo menos agresivo para ellos”. Al paciente se lo ayuda a tratar el dolor total; a la familia “se le quita la mochila de no tener que tomar ellos decisiones radicales con respecto al tratamiento y destino de su familiar”; y al cuidador, al enseñarle cómo debe cuidarlo, “se le da una importancia mayor que lo gratifica profesionalmente”, dice el doctor.
Los cuidados paliativos pueden realizarse en el sanatorio, la policlínica o el domicilio; si se cuenta con las condiciones mínimas de habitabilidad. A su vez, se pueden realizar en todo el país, debido a su geografía y cortas distancias. “Otra ventaja que tienen es que, según la complejidad de los casos, si el binomio necesita asistencia, la puede realizar el médico tratante, si está formado en Cuidados Paliativos”, agrega el Dr. Scorzo.
«Se quieren abrir dos caminos en nuestra sociedad», Mons. Pablo Jourdán, Obispo Auxiliar de Montevideo
Dice Mons. Pablo Jourdán: “Me surge espontáneamente el testimonio de Carlos y Rosa, dos jóvenes enamorados; el día que se comprometían, él tuvo un accidente laboral y quedó cuadripléjico. Fue internado varios meses en el Hospital de Clínicas y cuidado por ella. Solo tenía el deseo de quitarse la vida. De regreso a su pueblo y con poco apoyo, tuvieron que vivir varios años en una tapera. Carlos en una silla de madera y ella lavando ropa para los vecinos. Él continuaba con el deseo de quitarse la vida.
Rosa era católica, le hablaba de Dios, rezaban juntos, estaban apoyados por la comunidad parroquial y celebraron el sacramento del matrimonio. De a poco, fue entrando Jesucristo en el corazón de Carlos, se enamoró de la Palabra de Dios y así se transformó en el cristiano más maduro de la parroquia, con un deseo grande de vivir. Si hablara de Rosa no podría ser breve…
En todos los años de médico y en la pastoral sacerdotal, siempre que me encontré con accidentados, tanto parapléjicos como tetrapléjicos, nunca quisieron vivir por largo tiempo. Hoy se quieren abrir dos caminos en nuestra sociedad, un proyecto que permite en 15 días terminar con la vida; y otro, sostenido por testimonios como el de Rosa y una comunidad de apoyo, que valoran la vida del ser humano en todo momento, la asumen como propia y son capaces de transmitirle en su amor, el Amor, con mayúscula, de Dios Padre”.
2 Comments
Quisiera colaborar sobre todos con las personas que están SOLAS y en su última etapa.
Así es!!Hay que considerar la alta taza de suicidio en Uruguay.Debemos encarar el suicidio infantil y adolescente que nos ha llevado a un 2do puesto en América latina.Ello nos habla de un pais con graves problemas de Salud Mental.Entonces no parece humano dar una herramienta mortal como es la Ley de Eutanasia y Suicidio asistido a un pais con esta situación sanitaria de su población.