El psicólogo Alejandro De Barbieri explica algunas de las estrategias para convivir y hacer provechosa esta experiencia novedosa para la gran mayoría de los uruguayos
Desde hace unas semanas nuestro país está viviendo una cuarentena voluntaria, un tiempo de distanciamiento social debido a la pandemia del coronavirus. Para mucha gente significa pasar jornadas enteras en familia, dentro de la casa, sobre todo en aquellas en las que hay niños y adolescentes.
¿Cómo afronta la persona no solo el aislamiento, sino la incertidumbre de no saber hasta cuándo?
Justamente en estas situaciones se ven los recursos psicológicos con los que contamos para afrontar el estrés, las situaciones imprevistas. Las personas resilientes son personas flexibles; aquellas personas más rígidas y más estructuradas seguro que se están viendo más afectados por esta situación.
Las personas con flexibilidad vivimos la primera semana un poco desorganizados, pero ahora ya estamos más organizados. Estamos hablando siempre de personas que tenemos el privilegio de trabajar desde nuestras casas, no estoy hablando de las situaciones particulares de tantos uruguayos que están sin casa, o con dificultades para comer, que obviamente viven esta cuarentena de forma distinta.
El primer mensaje es: el miedo es normal, nos ayuda a enfrentar situaciones de peligro. Pero el miedo crónico, el estrés crónico, eso sí que nos puede enfermar en trastornos psicológicos como la ansiedad y la depresión.
¿Qué estrategias pueden utilizar los padres con los hijos, sobre todo pequeños y adolescentes?
Las estrategias que pueden utilizar los padres son las mismas de siempre. Todo el año los papás nos pasamos poniendo la excusa de que no tenemos tiempo para nuestros hijos, que estamos cansados y por eso los gurises hacen lo que quieren. Ahora sí, tenemos cada día 48 horas (24 del padre y 24 de la madre) para poder decidir con paciencia, con templanza y con esperanza. Nuestros hijos van a recordar este tiempo —como recordamos nosotros aquellos apagones cuando estábamos en casa cenando y conversando— siempre y cuando los padres estén tranquilos, autorregulados, con estrategias de creatividad, siendo más flexibles pero también marcando rutinas.
Esto último es muy importante; la rutina estructura tu cerebro y tu alma. Las personas que sufren depresión se acuestan a cualquier hora, están en pijama durante varios días, van perdiendo los horarios y sufren alteraciones del sueño; se altera la salud mental de la persona.
Es muy importante para el adulto, con cierta flexibilidad propia de estos días, levantarnos a cierta hora, desayunar juntos, tener cada uno su horario de trabajo y tareas escolares, un tiempo para jugar, un tiempo para almorzar juntos, descansar escuchando música y un ratito de tablet se puede contemplar.
Es muy importante tener paciencia, templanza, alegría, curiosidad y asombro. Si además estábamos intentando que nuestros hijos pudiesen alcanzar algunas metas solos, estamos en un momento excelente para que se sientan más fuertes, confiados y seguros. Por ejemplo, que los más chicos desarrollen alguna habilidad o aprendizaje como bañarse solos o aprender a cortar la carne, o que los adolescentes aprendan a resolver los problemas por sí mismos.
Hay que explicarle bien a los chicos que, como han dicho varios especialistas, el 80% de los infectados por el virus no pasan por algo más complicado que una gripe más o menos normal, el 15% pasa por una un poco más complicada y el 5% restante pasa por situaciones más graves, incluso la muerte. Es importante que tengan esto presente, hay que explicarles con tranquilidad pero sin alarmarlos.
¿Qué pasa con las personas solas, sobre todo con adultos mayores?
A los adultos mayores hay que cuidarlos a la distancia, charlar con ellos, mandarles mensajes por Whatsapp, amplificar los mensajes positivos y dejar de lado los negativos. Estar a su disposición por si necesitan que hagamos alguna compra, que le paguemos alguna cuenta por internet, recomendándoles cosas que pueden ver online, una película, un documental, llamarlos seguido; todo esto es muy importante.
Otro tema es cómo compaginar el trabajo en casa y la atención de la familia
Hay que recordar que se habla de distanciamiento físico, no aislamiento social. Podemos tomar esto como un retiro espiritual mundial, en cierto sentido. Si yo voy a un retiro de silencio y estoy mal conmigo mismo, me voy a angustiar, me voy a deprimir y voy a salir peor.
Sobre este retiro “voluntario”, tengo que entender por qué se da y ser compasivo con el mundo (también en Uruguay), porque estas son las medidas que tenemos que tomar, y no preciso que nadie me obligue a hacerlo.
Y si mi actividad me permite quedarme en casa, tener un espacio para trabajar. Vestirse, no dejarse el pijama todo el día, irse a un espacio donde la familia reconoce que uno está trabajando.
Y después juntarnos; no perder una preciosa oportunidad para dialogar, para conversar, para establecer cuáles son nuestras prioridades como pareja, como familia, como trabajador. Qué quiero cambiar, cómo salgo de esta cuarentena siendo un adulto más compasivo, sobre todo con nuestros adultos mayores, evaluar si es necesario consumir todo lo que estoy consumiendo, si soy consciente del deterioro del medio ambiente.
¿Cómo cuidar la pareja?
Cuidándonos entre nosotros, hablándonos bien. Hay muchas parejas que ya estaban viviendo situaciones de violencia doméstica, si eso no se cura se puede transformar en una trampa. Por eso es importante hablarnos bien, preguntarnos mutuamente cómo nos sentimos.
Los sentimientos son inapelables. Y en este tiempo han aflorado sentimientos como el miedo, el enojo, la frustración, la ansiedad, la soledad, la tristeza, el cansancio, el aburrimiento; todos sentimientos que me ayudan a conocerme. Tengo que salir de un vacío existencial y pasar a un vacío fértil: cuidar al otro, a la pareja.
Es una oportunidad para cuidar al otro, para preguntarnos cómo nos hemos cuidado en este tiempo que hemos construido en nuestra relación de pareja. Y quizá ahora me encuentro con una pareja con la que estoy bien, con la que conversamos, que podemos ver una película juntos. O tal vez tengo un montón de problemas y debemos enfrentarlos. Es un tiempo para reflexionar.