Valentín González es un joven uruguayo que vive en España. Junto a un amigo decidieron viajar a Polonia, en la frontera con Ucrania, donde ayudan a las víctimas de la guerra
Garra Charrúa
Valentín González es un joven uruguayo que, tras enterarse de la situación que vive Ucrania, decidió viajar a la frontera con Polonia para ayudar a las víctimas de la guerra.
Desde que llegó a España junto a un amigo, se dedicaron a trabajar en un call center que vendía energía. Según el joven , con motivo de la invasión rusa a Ucrania los precios de este mercado se dispararon en toda la Unión Europea, lo que provocó que se quedaran sin trabajo.
Viendo las imágenes de la guerra, ambos decidieron ponerse manos a la obra y ayudar a quienes buscaban refugio en otros países. «Lo que nos llevó a nosotros a hacer esto fue la imagen de un niño en una hamaca, con un edificio atrás , todo destruido», relató días pasados a Subrayado Tarde. Y agregó: «Habían metido un bombazo, en lo que viene a ser su casa».
Con los medios que tenían, decidieron marchar rumbo a Polonia. La idea principal de ambos era ayudar a darles de comer a los niños, además de cuidarlos. «Pensamos que íbamos mínimamente preparados mentalmente para lo que nos íbamos a encontrar, pero, cuando llegamos, la verdad que la situación no era ni la mitad de lo que nosotros imaginábamos. Era tres veces peor», expresó.
La realidad de la guerra
Una vez que llegaron hubo cambio de planes. Ambos jóvenes tomaron la decisión de ayudar a los refugiados ucranianos a salir del país, armando la logística. Valentín indicó que en España hay varias casas de acogida; y muchas de las personas contaban con familiares allí. La idea de estos jóvenes uruguayos era «brindarles un futuro que les fue arrebatado desgraciadamente a golpe de tiros y de bombas».
«Es muy lamentable la situación que está viviendo Ucrania, es horrible, no hay palabras para explicarlo, no hay palabras para explicar lo que estamos viviendo acá. Cuando llegamos vimos a miles de personas metidas en un centro comercial», contó. Al día de hoy, son más de 3 millones los refugiados ucranianos por la invasión rusa.

Valentín junto a la periodista Carolina Bellocq en la frontera polaco ucraniana./ Fuente: Valentín González
Valentín aseguró que llegar a Polonia desde España no fue fácil, ya que son más de 3 mil kilómetros, y a esto se le suma el viaje con suministro de medicinas y alimentos. «Cuando la gente nos vio acá se empezó a volcar muchísimo, nos empezaron a llamar, a decir que venían a buscar gente y que nosotros nos encargamos de recibirlos, de conseguir las personas con familiares en España y en Francia», explicó.
El joven uruguayo y su amigo rescataron a una mujer con sus hijos, que dejó a su esposo en Ucrania en el frente de batalla. «Había caminado toda la noche para salir de su país con sus dos hijos, a menos dos grados. Nos esperaron unas cinco horas hasta que llegamos a buscarlos», dijo. Estas tres personas solo contaban con una valija cada una, todo lo demás había quedado en Ucrania. Valentín explicó que todos los hombres de entre 18 y 60 años no pueden abandonar Ucrania porque se enlistan para la guerra.
La tecnología como instrumento
Según el joven uruguayo, la comunicación no es problema ya que utilizan el traductor de Google para dialogar con los europeos. «La frontera en la que nosotros estamos permanece cerrada porque están tirando bombas a 30 kilómetros del lugar, a casi nada de donde están escapando de la guerra», añadió.
Las víctimas de la guerra son alojadas en un hostal, el más barato que encontraron, aseguró. Allí también residen los jóvenes uruguayos. En el caso de esta madre con sus hijos, hay familiares esperándolos en España; son trasladados en furgonetas.
Quienes deseen colaborar pueden hacerlo a través de https: //www.ucraniasos.org/