La Pastoral de la salud de la Arquidiócesis está presente en varios centros de atención de nuestra ciudad.
El sábado 11 de diciembre se celebró la eucaristía en el Hospital Oncológico. Fue presidida por el arzobispo de Montevideo, cardenal Daniel Sturla, acompañado por sacerdotes, médicos, pacientes y familiares.
El Instituto Nacional del Cáncer (INCA) está ubicado en la calle Joanicó 3265, en el barrio de La Blanqueada, y forma parte de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE).
Allí se realizan toda clase de tratamientos oncológicos. Cuenta con un hospital de día donde se administran las drogas de quimioterapia, inmunoterapia y todas las terapias intravenosas. También con un centro de radioterapia.
Reciben pacientes de otras unidades ejecutoras y de todo el país. También brindan quimioterapia para los centros de salud pública de otros departamentos.
Humanismo y contención
Luis Ubillos es el subdirector del Instituto Nacional del Cáncer. Para la institución en la que trabaja es muy importante realizar este tipo de actividades en el hospital y recibir al Card. Daniel Sturla. «Traen esperanza y alegría en estas fiestas de Navidad y Año Nuevo. Nuestros pacientes fueron invitados a la misa, cada uno decide si asiste o no. Se vio en sus caras que quedaron reconfortados con este momento», indicó.
Ubilla sostuvo que no solo quieren ofrecerles confort médico, sino también una contención humanizada a todos los pacientes: «Creemos que llegar desde el punto de vista espiritual es fundamental».
Esta iniciativa surgió hace varios años. Las anteriores administraciones comenzaron con la propuesta y este año fue potenciada ya que, desde el directorio, consideraron que era sumamente valiosa.
«Nos consta que algunos de los pacientes están descubriendo su fe. Sus rostros mostraban felicidad durante la celebración. En estos días tenemos la devolución. Muchos de ellos llevan mucho tiempo internados; hay personas del interior que están con acompañantes pero sin familiares. Por eso también nos parece fundamental contar con estas actividades», agregó Ubilla.
El hospital cuenta con 66 camas de internación, de las cuales 34 están en uso. El INCA cuenta con todos los recursos para asistir a sus pacientes de forma completa. De hecho los pisos están divididos en sectores, algo que se instauró el año pasado para lograr que ningún paciente contrajera el Covid-19.
Durante la pandemia solo se registraron tres casos y esos pacientes fueron derivados a distintas instituciones de ASSE. «Nos debemos al cuidado de nuestros pacientes», dijo el subdirector.
La alegría de servir
La Pastoral de la Salud está integrada por 60 personas que visitan enfermos en los distintos hospitales de Montevideo. En el INCA hay un grupo de 12 personas que, una vez por semana, visita a los pacientes.
El padre Miguel Ángel Hernández, párroco de Tierra Santa, es el vicario de la Pastoral de la Salud de la Arquidiócesis de Montevideo. Para él significa una gran alegría llevar a Jesús a los pacientes del hospital oncológico.
«En este lugar de mucho sufrimiento la gente reclama la presencia de Dios y de la Iglesia católica. Hace años se celebra la misa de Navidad y el relacionamiento con la nueva directiva es muy bueno, eso permite tener una fuerte presencia», aseguró.
Para el próximo año consideran la posibilidad de celebrar mensualmente la eucaristía. «Queremos tener una presencia mayor de voluntarios para poder formar un lugar de oración ecuménico, así podremos atender a todos los pacientes. Tener la presencia de la Iglesia católica en este hospital es muy importante», expresó el vicario.
La misión de los voluntarios es escuchar a los pacientes que lo deseen. «Nosotros estamos abiertos a todos, ellos deciden. En el caso que quieran conversar con un sacerdote o pidan la comunión, yo vengo», dijo el P. Miguel.
Aprendiendo a vivir
El arzobispo de Montevideo presidió la eucaristía acompañado por los sacerdotes Genaro Lusararian (capellán del Hospital Militar), Miguel Ángel Hernández (titular de la Pastoral de la Salud de la arquidiócesis) y Héctor Ovido (párroco de la Medalla Milagrosa y San Agustín).
El Card. Daniel Sturla se refirió a la importancia de la celebración. «Jesús es el Salvador que vence a la muerte con su resurrección. Trae mucha paz a los enfermos y al personal de la salud. Siempre triunfa la vida, sea como sea», indicó.
Y agregó: «Es una alegría ver a los pacientes recibiendo a Jesús. Él es el alimento para el camino, todas las personas que asisten acá están en camino. Todos somos peregrinos».
Y para afirmar la idea, el cardenal compartió el testimonio de una paciente: «una señora me dijo que a ella no le gusta hablar de pelea contra el cáncer, si no de camino, porque ha aprendido mucho; me enseñó, me dio una lección linda».
La fe ante todo
María Rosa es paciente del hospital desde noviembre del año 2017. Su diagnóstico era cáncer de mama, por lo que se realizó tratamientos oncológicos de quimio y radioterapia, y una mastectomía. Desde hace un tiempo está con dolores, le diagnosticaron cáncer en la segunda mama y metástasis ósea.
«Cuando llegué sentí miedo, pero vi un cartel en la puerta que decía ‘Un abrazo vale más que mil palabras’, y eso me atrapó, y dije que quería eso para mí», relató.
Su hija de 16 años la acompañó durante todo el proceso; también su hija mayor venía desde el exterior cada quince días a verla. Su esposo falleció hace dos años, cuando ella estaba pasando por una mejoría en su salud.
«Vengo acá y me olvido de lo que tengo, porque este es mi hogar. La atención es un placer, te brindan mucho cariño; desde el personal de limpieza hasta los médicos. Siempre están dispuestos a ayudar a todos los pacientes», contó.
Rosita, como la llaman en el hospital, considera que es su segundo hogar y su segunda familia. «Al INCA lo adoro, ya se lo dije a la administración anterior y a la actual. Soy de las que manda cartitas».
Consultada sobre la celebración de la misa y la presencia del arzobispo de Montevideo dijo: «Esto fue lo máximo, tremendo, tener a Jesús y al cardenal con nosotros».
Rosita se considera una mujer de profunda fe. Su experiencia, cuando recibió la noticia de la enfermedad, no fue buena. La doctora le dijo que se iba a morir. En ese momento se enojó mucho. Llamó a su yerno, porque no sabía cómo decírselo a sus hijas, y luego de un tiempo de pensarlo se lo contó.
Su padre también falleció a causa de la misma enfermedad que padece ella hoy.
Rosita está segura de que él está con Dios: «después de hablar con mi yerno miré al cielo y le pedí a mi papá que me ayudara. Yo sé que me va a ayudar y voy a salir adelante», contó entre lágrimas.
El siguiente paso fue darle la noticia a su hija mayor y luego a la más pequeña. «La doctora Cataldi me dio aliento para poder tener esa charla con mis hijas», agregó.
Actualmente asiste una vez por semana para recibir sesiones de quimioterapia. Cada quince días tiene control médico. Parte feliz desde el barrio Capurro porque sabe que en el INCA la esperan con mucho amor.
2 Comments
Estuve presente en la Eucaristía. Y doy gracias a Dios por tantas bendiciones. Estoy haciendo tratamiento para cáncer de páncreas del que fui favorablemente operado en el hosp. Pasteur; pero los médicos consideraron que era necesario hacer quimioterapia para evitar que reaparezca. En las internaciones que son de 3dias cada 15, he conocido casos muy diferentes, con personas totalmente diferentes, pero todos con un fin común luchar contra el cáncer y con diferentes actitudes.
Cuando supe que tenía cáncer di gracias a Dios, si, le agradecí porque me permitía sufrir un poquito de lo mucho que sufrió Ma. Alejandra (la hija que El nos quiso regalar, y luego de 25 años quiso llevarla. Ya había terminado su misión aquí en la tierra). Hoy estoy pasando por esta etapa y no digo que es fácil, pero puedo dar testimonio que abrazando la Cruz de Cristo, puedo llevar la mía, seguro que El está allí a mi lado, junto a María, la Madre que El mismo, desde su Cruz me quiso regalar. Celebro con alegría está iniciativa de la Iglesia, es importante de verdad acompañar a estas personas que tanto sufren y muchas veces no saben como canalizar su dolor. El mismo día 11de Dic., celebramos con mi esposa (ambos en Misa), nuestras bodas de plata. Fue todo una gran bendición.
Muy emocionado he leido con mi esposa en este momento la actividad y por sobretodo la función precisa del INCA tratamientos , internaciones etc…Ahora descubrimos este agregado que expresan los pacientes del cariño con que los atienden.- Bueno, y por último que en realidad es lo primero, la obra silenciosa y humilde de la Iglesia Católica tan criticada siempre por los medios que no atienden estas noticias positivas.- Dr.Gabriel Galán Imola