Una tradición con más de cuatro década.
El domingo 12 de setiembre se celebró la tradicional Misa Criolla en la Expo Prado. Al igual que en el año 2020, la celebración tuvo lugar en el ruedo, para cumplir así con los aforos y distanciamientos requerido.
Esta misa, además, fue en acción de gracias por los 150 años de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), organizadora de la Expo Prado —que llegó a su edición 116—.
La celebración estuvo presidida por el Card. Daniel Sturla, acompañado por el P. Alfonso Bauer, inspector salesiano en Uruguay, el sacerdote carmelita Jorge Presentado y el P. Juan Andrés Verde.
Además, se hicieron presentes autoridades nacionales —como el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Fernando Mattos— y de la ARU —su presidente, Gonzalo Valdés—.
El impulso de un país
Durante la homilía, luego de saludar a los presentes, el Card. Daniel Sturla destacó tres palabras: felicitaciones, sacrificio y fe.
En primer lugar quiso saludar a los integrantes de la ARU, por los 150 años de vida de la organización. “Felicitaciones también, porque leyendo en la página de la ARU su misión uno puede suscribir a ella con gusto. Y decimos: ¡qué bueno! Porque el agro es fundamental para el Uruguay —y lo ha sido desde siempre—”, añadió.
Recordó la importancia de la llegada de la ganadería a nuestro país “con Hernandarias desde el sur y los jesuitas desde el norte”, e hizo lo propio con las primeras tierras sembradas, sobre todo a impulso de las misiones jesuíticas.
Para el Arzobispo de Montevideo de todo se concluye que “el agro es fundamental para nuestro país, pero que todo esto tiene que ver con el desarrollo humano de las personas. El desarrollo de los productores, de aquellos que trabajan y así se empujan al país entero”.
Hizo alusión, además, a la Carta de Santiago: «De qué sirve si alguno de ustedes al ver un hermano o una hermana desnudos, o sin el alimento necesario, les dice ‘vayan en paz, caliéntense y coman’, y no les da lo que necesita para su cuerpo». Y reflexionó: “desde el comienzo del Evangelio Jesús, que multiplica el pan para dar de comer y llenar la panza, pero al mismo tiempo lo bendice y lo hace realidad de su presencia eucarística, nos habla de ese desarrollo integral del hombre —en lo humano y en lo espiritual—”.
Una vida fecunda
Más adelante, el Card. Daniel Sturla se centró en la palabra sacrificio. Mencionó que “en toda actividad humana, y en el mundo rural, el trabajo es sacrificado. El tener que apostar al futuro, todo lo que un empresario sabe que arriesga cada vez que pone su capital y proyecta algo, sin tener certezas, se une al sacrificio del que está allí, al pie del cañón, trabajando y trabajando de sol a sol, para que la producción pueda dar buenos frutos”.
El Arzobispo de Montevideo aprovechó para aclarar conceptos. Mencionó que los cristianos preferimos, también con esa comparación de la siembra y la cosecha, hablar de la fecundidad y no tanto de la palabra éxito. Argumentó que una vida que a los ojos del mundo puede no ser «exitosa», sí puede ser fecunda “si ha sembrado bien, bondad, rectitud; si ha hecho lo posible, no solo para el desarrollo individual, sino también por su familia, por la sociedad en la que vive, por este Uruguay querido”.
“Entonces en estos 150 años, donde hubo éxitos y fracasos, no dudo de la fecundidad que viene de esas semillas plantados por tantos en esta historia”, agregó.
La fe que no muere
Por último, el Card. Daniel Sturla hizo referencia a la palabra fe. Dijo que el término fe tiene mucho que ver con el hombre que confía cuando siembra, cuando cría animales, “esa fe que estuvo en aquellos que iniciaron en nuestro país la producción agropecuaria”.
El Arzobispo de Montevideo se mostró alegre porque el Instituto Instituto Benigno Paiva Irisarri, que llevan adelante los salesianos en las cercanías de Sarandí del Yí, expuso ganado durante esta edición de la Expo Prado. Y agregó que este hecho “retoma una larguísima tradición, con lo que fue la Escuela Agrícola Jackson o la Escuela Agrícola Criado Pérez; es esa unidad de lo que la Iglesia ha hecho por el campo”.
Recordó, también, lo que la primera lectura de la celebración decía sobre la fe: «Sé que no seré defraudado». “El hombre de fe, la mujer de fe, la persona de fe, sabe que además de adherir a lo que el Evangelio nos enseña, según lo que la Iglesia nos dice, tiene una confianza que no se deja disuadir”.
Sobre el final de la homilía, el Card. Daniel Sturla encomendó a la Virgen de los Treinta y Tres “nuestra Patria, su gobierno, la ARU y toda la gente que vive y trabaja en el campo”. “Que siga la siembra fecunda y que pueda dar abundantes frutos”, concluyó.