La celebración estuvo presidida por el Card. Daniel Sturla y contó con una gran concurrencia de público
Como todos los años, en la Expo Prado se realizó la tradicional Misa criolla organizada por la Asociación Rural del Uruguay (ARU). La celebración del domingo 8 de setiembre estuvo presidida por el Card. Daniel Sturla y se realizó en el galpón de eventos, que estaba colmado de personas. Contó con la participación del comunicador Juan Carlos López “Lopecito” como maestro de ceremonia y con el coro Cruz del sur.

Acompañaron al Card. Sturla los seminaristas Ricardo Asqueta y Joaquín Díez. F. GUTIÉRREZ
“Para algunos tal vez ‘tradición’ suena a cosa vieja, pero en cambio en la Iglesia es eso que se va entregando de generación en generación y que reconocemos como el valor que nos viene del pasado, pero que a nosotros nos toca hoy enriquecer… hoy nosotros somos los protagonistas, los que estamos llamados, a su vez, a entregar cosas buenas a las generaciones que siguen, para que ellos tengan la posibilidad de mejorar”, comenzó diciendo el Card. Daniel Sturla en la homilía.

El coro Cruz del sur fue el encargado de la música. F. GUTIÉRREZ
Esto es clave en el sentido de tradición viva, que es la Iglesia. El Card. explicó que todo esto tiene que ver con la matriz de Uruguay, que está unido a los primeros sembrados de los frailes franciscanos en la zona de Soriano, en las primeras misiones, y a la ganadería, que llegó de la mano de Hernando Arias y de las misiones jesuíticas por el norte del Uruguay. Además, en la parroquia de la Inmaculada Concepción en Paso Molino, que tiene 170 años y fue construida por Oribe, los padres jesuitas edificaron el primer molino de Montevideo, por ejemplo.

La Santa Misa se celebró en el salón de eventos de la Rural del Prado. F. GUTIÉRREZ
“Uno dice industria, riqueza ganadera, presencia de la Iglesia… primeros sembrados. Todo eso tiene algo que los une desde la matriz y también los une ahora, al celebrar la Misa en este lugar, que nos trae a lo mejor del Uruguay”, señaló el Card. Sturla. También, destacó el sentido propio de la familia, ya que en Uruguay la mayoría de los productores han hecho su trabajo en empresas familiares. Esto recuerda que la familia es la base de la sociedad, “nosotros también lo creemos y por eso también lo defendemos”, agregó. A su vez, recordó la figura del primer obispo de Montevideo, Mons. Jacinto Vera, “obispo y cura gaucho”, que recorrió tres veces el Uruguay entero a mediados del 1800.

F. GUTIÉRREZ
La Virgen que surgió de la tierra
Este año el Card. Sturla visitó por primera vez la ciudad de Bella Unión, en Artigas, tras las huellas de Jacinto Vera.
“Si él había llegado hasta allí en época de carreta, caballos y sin puentes… ¿cómo yo no iba a llegar a este punto de la República?”, dijo el Car. Sturla, y contó que “allí sucedió una cosa tan hermosa… en una capilla de campaña en Colonia Palma (Artigas) bendije una Virgen que había surgido de la tierra. Un señor que estaba arando con su tractor vio que uno de los terrones tenía una forma rara, su madre lo limpió y vio que era una talla en madera, preciosa, de la Virgen, de la Inmaculada”. Seguramente esta sea una imagen de las misiones jesuíticas, con ese estilo misionero guaraní. “Cuántas cosas buenas podrá traer para nuestro Uruguay la Virgen que brotó de la tierra, desde aquel punto de nuestro territorio… ojalá sea una bendición para todo el Uruguay”, sostuvo el Arzobispo.

F. GUTIÉRREZ
Ofrendas y payadas
En el momento de las ofrendas, el payador oriental Juan Carlos López acompañó con sus clásicos versos. Se comenzó con la ofrenda de las banderas uruguaya, de la Asociación Rural del Uruguay y de la Asociación de Jóvenes Rurales del Uruguay (ARJU). Luego, tres niñas del departamento de Florida ofrecieron sus juguetes y un corderito, “juguete para el niño en la soledad del campo, juguete que no contamina y que no pierde la calma, juguete que da amor a la plenitud del alma”, exclamó el payador.

Juan Carlos López acompañó con sus clásicos versos. F. GUTIÉRREZ
Un cabañero de Lascano, Rocha, ofreció un recado en nombre de todos los trabajadores rurales; jóvenes del departamento de Lavalleja ofrecieron dulces caseros, de producción nacional, y el agua y la tierra. Además, se ofreció una pala de posear, para tener presente uno de los tantos oficios de las áreas rurales: el del alambrador. Después, ingresó el cabañero Don Evaristo Melo: “Este es un personaje entrañable, ha venido en los últimos 30 años. Los jóvenes de la ARJU dijeron ‘que entre él’. Que entre él, con sus 30 años de prado consecutivos, que su familia le dice que se vuelva a vivir a Rivera pero él se queda trabajando con los animales en Durazno con 76 años, cinco nietos, dos bisnietos. Puntal en este país, cabañero Don Evaristo Melo”, dijo «Lopecito”. Al final ingresó el pan y el vino, de la mano de una familia del departamento de Maldonado.

Cabañero Don Evaristo Melo. F. GUTIÉRREZ
El domingo 15 de setiembre se realizará la segunda Misa criolla, a cargo de los jóvenes de la Asociación de Jóvenes Rurales del Uruguay (ARJU).