Finalizamos el ciclo de católicos en política y dialogamos con Guillermo Silva, integrante de Cabildo Abierto, acerca de su historia política y sus creencias de vida.
Guillermo Silva se bautizó tarde, a sus dieciocho años. En su horizonte la fe en Dios aparecía lejana en su horizonte, sus proyectos de vida iban por otro lado.
—¿Cómo inició tu vida de fe? ¿Fue por herencia familiar o de qué manera empezó?
—“Muy buena pregunta. La verdad no lo sé (silencio). Realmente no lo sé. Por ejemplo, si me preguntás por qué me bauticé, todavía no lo sé explicar (piensa). Capaz suena engreído, pero siento que fue un llamado”.
Por aquel entonces, Guillermo estaba terminando sus estudios en secundaria y planificando qué hacer con su vida profesional, cuando se le atravesó la idea de recibir uno de los tres llamados sacramentos de iniciación cristiana.
Desde ese momento, comenzó a construir una vida de fe, que lo llevó a trabajar en diferentes sectores de nuestra arquidiócesis e incluso a ser catequista, vocación que todavía mantiene hoy, a sus ochenta y un años.
Conocer a Jesús
Guillermo siente que su fe lo define. De hecho, quien lo conozca podría atestiguar que, al menos, dedicó gran parte de su vida a evangelizar. A partir de su mayoría de edad, comenzó a frecuentar las celebraciones litúrgicas y a recibir cada vez más compromisos parroquiales.
Una de sus primeras comunidades fue la iglesia Nuestra Señora del Huerto y San José, ubicada en la avenida Gonzalo Ramírez y Juan D. Jackson. Por allí tenía varios amigos que participaban activamente, pero también lo hacía su futura esposa, Susana, quien era catequista.
“Ella era catequista, y el párroco de aquel momento le sugirió que me invitara a las actividades a las que fuera. La empecé a ayudar con alguna cosa, pero la que sabe más es, sin duda, ella. Hoy en día hasta mis hijas son catequistas, Susana nos transformó y nos acercó a la Palabra de Dios. Ella es la responsable de mi compromiso”, enfatiza.
«Hasta el día de hoy soy catequista en los Capuchinos. Mi motivación es transmitir lo que sé de la Palabra de Dios»
Guillermo Silva
Una cosa llevó a la otra, y cuando Guillermo tomó conciencia de la situación, ya estaba compartiendo la riqueza de anunciar a Jesús: “Quienes ganaron mi corazón fueron los capuchinos, me integré a su comunidad y me sumé como catequista, responsabilidad que disfruto enormemente y en la que aprendo día a día. Cada grupo es diferente y el catequista se nutre de todo eso. Los frailes me conquistaron totalmente, son excelentes personas y quería ayudarlos en lo que pudiera. Incluso hasta fui responsable laico en algún momento. Hasta el día de hoy soy catequista en los capuchinos. Mi motivación es transmitir lo que sé de la Palabra de Dios, eso me entusiasma mucho”.
“¡Es increíble cómo un lugar te lleva a otro! Cuando te das cuenta en dónde estás, capaz ni siquiera sabés explicar cómo llegaste. Por ejemplo, luego de comenzar a dar catequesis me sumé en la Pastoral Familiar junto con mi esposa y mis hijas. Es como si todo fuera una cadena. Recuerdo que el trabajo allí con Nicolás (Cotugno) fue excelente, así como compartir con Jorge (Techera) su programa Entre Todos en Radio Oriental. Salíamos desde la medianoche hasta las tres de la mañana, y esa fue mi primera experiencia en radio. También me gustó mucho compartir con Pablo (Coímbra), a quien considero un gran amigo. Luego tuve un paso por Radio María, en donde estuve unos cuantos años participando en un programa y luego fui el director de la sociedad civil por poco más de un año”, resume.
Para Guillermo, la vida activa en la Iglesia le dejó varias amistades y enseñanzas de vida, y todo parte desde la providencia de Dios: “Ahora, por ejemplo, me pongo a pensar que hasta soy padrino de confirmación del padre de ‘Cheba’ Alcorta. Es una bendición, y capaz es pecar de soberbio, pero creo que el Señor me puso aquí y que por algo habrá sido. Soy pecador como todos, estoy en el primer lugar de la fila, pero dispuesto a servirle en donde me toque aportar”.
Cambiar la realidad
“Acá en política me estoy esforzando mucho para trabajar en equipo. En general el político es muy complicado, si tenés un par de días nos quedamos y te cuento (risas). Pasa en cualquier ámbito de la vida, que quede claro, solo que en política es más evidente, porque te encontrás con los intereses personales, el poder y ahí el humano, si no lo sabe manejar, cambia su manera de ser. Por ejemplo, es complicado encontrar personas leales en el sistema político, porque hay que estar no solo en las buenas, sino en las regulares y en las malas. Por suerte en Cabildo sí encontré ese espacio que me identifica”, afirma Guillermo, quien integra una lista de diputados por dicho sector.
«La política es un terreno complejo, con muchos intereses, pero donde los católicos tenemos mucho para aportar»
Guillermo Silva
Sus inicios en política fueron en el Partido Colorado, marcado por una impronta batllista. A sus veinte y pocos años ya se encontraba militando en esa fuerza política. “Trabajé por muchos años, no con la búsqueda de un cargo —que nunca me lo ofrecieron—, sino simplemente por querer defender mis ideas. Pero con el paso del tiempo la política me cansó. Cuando conocés el sistema político por dentro, ves algunas prácticas que no son buenas, desde conflictos por ocupar determinados lugares en las listas hasta luchas de egos. Te diría que ese ambiente me venció. Me alejé hasta que conocí a Guido (Manini Ríos), que me pareció desde el primer momento una persona excelente. Es excelente”, remarca al menos un par de veces, para posteriormente complementar: “No es lo que uno puede ver en los medios, que parece ser una persona dura, sino que es muy cercano y con mucha ‘cintura’. Guido de verdad piensa en la gente, jamás hubiera vuelto a militar políticamente —y menos a mi edad, porque ahora tengo ochenta y cuatro años— si no fuese por haber conocido un candidato con ese nivel de responsabilidad social. Además, también creo que tengo para sumar desde mi visión de católico, porque considero que nutre nuestra experiencia política”.
Marcar prioridades
Hace prácticamente cuatro años que Guillermo integra activamente Cabildo Abierto. Su retorno a la militancia política le podría generar complicaciones en el plano personal o en sus compromisos con los capuchinos, pero para él la clave es mantener claro qué cosas son las verdaderamente importantes: “No todo en la vida pesa lo mismo, porque las cosas compiten entre sí. Para mí el tema no es nuevo, me pasaba antes de jubilarme cuando trabajé cuarenta años en una fábrica de confecciones. Dentro de mi esquema de prioridades, la familia tiene el número uno, y así me lo propuse hace cincuenta y siete años, cuando nos casamos con Susana. Por ejemplo, el domingo se lo dedico a la familia, porque ahora tengo tres hijas grandes y nietos, y no me puedo perder de esos momentos a esta altura de la vida. En el segundo escalón tengo mi compromiso como catequista, acá en el partido ya saben que los viernes, por ejemplo, no cuentan conmigo porque me ocupo específicamente de eso. Hay prioridades en la vida, y me da tranquilidad saber que, más allá de que busco cumplir con todos, también soy dueño de mis tiempos”.
“A mi edad, es importante no perder el norte, pero a la vez sentirte útil, y poder transmitir la experiencia y los valores que viví a las personas que más lo necesiten. Te diría que es hasta sano, ¿no? Ya soy grande, estoy jubilado, no tengo una gran jubilación pero me sirve, vivo con mi hija que es maestra y hacemos un fondo común. ¿Por qué me metí en esto? Porque tengo que hacer algo. Si me siento en el living de mi casa a mirar televisión, probablemente no viva mucho. Necesito saber que aporto, formar parte de algo productivo. Lo que sea, mientras me ocupe y sirva para ayudar a los demás”, concluye.
Por: Leandro Lia
Redacción Entre Todos