La militante provida presenta 'Ama a quien piensa en el aborto', un libro breve, directo y humano.
Febrero de 2019. Lucía Mesones descubre que está embarazada. Es su quinto hijo. No lo esperaba. Ya tenía cuatro —Sophia, Tiago, Heidi y Frank— y un matrimonio largo, de casi dos décadas, con Agustín Stremmler. Todos se alegran por la llegada de un nuevo integrante a la familia.
A la novena semana del embarazo, llegaron las pérdidas y una ecografía de urgencia confirmó la peor noticia: el corazón del bebé no latía. Lo que vino después fue un punto de quiebre para su vida. “Viví un aborto espontáneo, y haber expulsado a mi bebé, haber sentido esa pérdida tan profundamente, me marcó para siempre”, escribe en su libro Ama a quien piensa en el aborto (LEA Editorial Arquidiocesana, 2025).
La muerte de Simón —así llama a su quinto hijo— la llevó a involucrarse de verdad en el tema. Siempre se había considerado defensora de la vida, pero sentía que carecía de fundamentos para sostenerla con criterio.
Setiembre de 2025. Lucía Mesones, cuarenta y siete años, madre de cinco hijos —cuatro en la tierra y uno en el cielo—, directora nacional del Centro de Ayuda a la Mujer en Uruguay, fundadora de Formemos Conciencia e impulsora de la Marcha por la Vida en Uruguay, conduce una edición de Juntos por la vida, su programa de radio, que se emite todos los martes, a las 10:30 horas, por Radio María Uruguay.
“No soy periodista ni comunicadora. De la noche a la mañana me ofrecieron conducir este programa sin saber cómo funciona un micrófono. Siempre le pido a la Virgen que me ayude a llegar a más personas con un mensaje en defensa de la vida”, dice al terminar la emisión radial.
Sobre su nuevo libro, su trabajo en defensa de la vida y la realidad del aborto en Uruguay, Mesones habló con Entre Todos. Lo que sigue es un resumen de la entrevista.
¿Es la primera vez que contás tu historia?
No, ya la he compartido en las conferencias que doy, que llevan el mismo título que el libro. La cuento porque lo testimonial siempre se escucha con más atención: es algo que otros pueden haber vivido o podrían vivir. Lo vivencial deja huellas en quienes escuchan. Nunca me sentí juzgada al contarla. Al contrario, es un tema que se tiene que hablar. No se habla del luto por haber perdido un hijo espontáneamente.
¿Por qué decidiste escribir este libro?
Sentía que no se me abrían todas las puertas que deberían abrirse. He ido a parroquias a ofrecer charlas y algunos sacerdotes me dijeron: “No es mi público”. Quiero que comprendan que sí lo es, y que aunque su comunidad no viva directamente esta realidad, puede ser un instrumento para despertar conciencias y defender la vida. Los sacerdotes que me abrieron las puertas fueron también quienes hicieron posible que se abrieran otras más. Es importante que los cristianos estemos formados sobre este tema porque tenemos que ser los primeros en defender la vida como Dios manda.

¿Por qué amar a quien piensa en el aborto?
Porque, más allá de la situación, incluso alguien que milita a favor del aborto o no defiende la vida, sigue siendo un hijo de Dios. Muchas veces lo que falta es información; no tienen idea de lo que van a atravesar. Eso está comprobado en testimonios de personas como Sara Winter, Patricia Sandoval y de muchos otros, que defendieron el aborto, se convirtieron y pasaron al lado de la defensa de la vida. Se dieron cuenta de que estaban confundidos y que iban por el mal camino.
¿Cómo fue el proceso de escritura?
Para escribir el libro tuve que leer mucho porque, si bien lo que escribo es bastante testimonial, tenía que presentar información verídica. En realidad lo terminé de escribir en julio del año pasado, pero al leerlo me di cuenta que no estaba Dios. ¿Por qué? Porque yo defendía esto como algo humano y no religioso. No podía escribir el libro sin mi historia de vida, mi esencia y misión. Me parecía incompleto, no me generaba nada.
De hecho, fue el Espíritu Santo quien me dictó el título en sueños. Se me apareció y me dijo: “El libro se va a llamar así”. Esa madrugada me desperté, lo escribí y seguí durmiendo. Al otro día, al levantarme, lo leí y dije: “Es perfecto, porque es para todo el mundo”, porque este libro está abierto a todo el mundo. Antes mis conferencias se titulaban El aborto y sus secuelas, y a partir de ese día se llaman Ama a quien piensa en el aborto. No fue una ocurrencia mía; fue un despertar que vino del Espíritu Santo.
Aclarás más de una vez que el aborto no es un tema religioso. ¿Cómo se puede abordar esta temática desde una perspectiva secular y basada en evidencia?
Primero y principal, siendo seres humanos: compasivos y sensibles. Un psicólogo puede llegar al corazón de la otra persona, con el solo hecho de mantener una mirada, gesticular y entrar descalzo en el mundo de su paciente, y no por eso tiene que nombrar a Dios.
En la fundación, cuando atendemos a madres con embarazos vulnerables, nunca nos van a ver con medallas religiosas o un crucifijo. Si la madre no trae a Dios a la conversación, nosotros lo llevamos dentro y lo invocamos antes de la reunión. Dios está a través de nuestras palabras y es él quien habla, pero jamás invadimos si la persona no tiene fe o no cree en algo. Pero sabemos que es una hija de Dios. Un ateo es un hijo de Dios.
El primer argumento que utilizan los defensores del aborto es que es un tema religioso. Y no lo es. Es un tema humano. El aborto es deshumanización. Uno de los mensajes que recibí por el libro decía: “Me conmoviste desde el primer minuto. No creo en Dios pero tu mensaje me llegó”.

¿Por qué pensás que hoy defender la vida desde la concepción es visto como algo complejo o incluso polémico?
Porque el mundo te lleva a lo contrario: que es un cúmulo de células, que es un feto, que no es considerado un ser humano. Se ha deshumanizado algo que está científicamente comprobado: en la unión del óvulo y el espermatozoide hay vida.
Por otro lado, porque hay falta de información. Quienes defienden el aborto dicen que defienden a la mujer, pero no tienen idea lo que genera esto en su vida. La mujer cree que se va a sacar un peso de encima, pero lo que no sabe es que está sumando uno por el resto de su vida. No se habla de las secuelas postaborto.
Estoy en contra del concepto IVE, Interrupción Voluntaria del Embarazo. Es incorrecto usar la palabra “interrupción”, porque en este proceso nada se reanuda: se termina con una vida. Debemos ser coherentes con el vocabulario. Quienes defienden el aborto creen que al cambiar las palabras se minimiza el dolor, porque la palabra aborto duele.
Los católicos tenemos que ser los primeros en defender la vida. El pasado 25 de marzo, con motivo del Día del Niño por Nacer, la Plaza de la Bandera debería haber explotado de gente: todos los que creemos y defendemos la vida. Pero nuestra participación no puede ser solo en oración, debemos involucrarnos en carne propia. Dios nos llama a ser soldados de Cristo y a defender la vida. Sé que cuesta, pero él nos pide ser valientes.
En el libro denunciás que la ley de IVE en Uruguay no se cumple en su totalidad. ¿Podrías explicar en qué puntos concretos y qué consecuencias genera esto?
Las consecuencias son gravísimas. El equipo interdisciplinario no da opciones alternativas que existen frente al aborto. Todo lo contrario, te impulsan a seguir adelante. Cuando vas al médico, te pregunta, ¿por qué estás acá? ¿Qué te duele? Cuando una mujer está embarazada no tiene ninguna enfermedad. Por lo tanto el médico que integra el equipo interdisciplinario debería preguntarle, ¿por qué estás acá? ¿Por qué no podrías seguir adelante con el embarazo? Pero estas preguntas no las hacen. De hecho conozco médicas, que están a favor de la vida y han integrado el equipo interdisciplinario, que las han expulsado por intentar dar opciones. Es algo ilógico, es incongruente. Si un profesional integra el equipo interdisciplinario es para informar, dar opciones y acompañar.
En la última etapa del IVE, en la que debería haber un psicólogo que contiene en el postaborto, hay estudios que demuestran que las mujeres no llegan a esta etapa. Y no llegan porque no están informadas. A esto se suma que hay psicólogos y psiquiatras que no están formados en las secuelas postaborto porque es algo que no se estudia en salud mental y, por lo tanto, no saben cómo tratar a la paciente. La semana pasada, la Universidad de Montevideo terminó el primer seminario de secuelas postabortos en la Facultad de Psicología.
¿Sentís que hay desinformación o incluso ocultamiento de datos en torno al aborto en Uruguay?
Obviamente, por supuesto. En Uruguay hay más muertes en general que nacimientos, pero las estadísticas sobre causas de muerte no incluyen las muertes por aborto. Es porque no quieren verlo; no les conviene. Si les importara, la ley no existiría y se derogaría. Tampoco se pretendería extender los plazos para abortar ni eliminar el equipo interdisciplinario, como llegaron a plantear autoridades del Ministerio de Salud Pública del actual gobierno.
“Cerrar este libro no es fácil”, escribís en las últimas páginas. ¿Hubo cosas que decidiste dejar afuera o que te hubiera gustado desarrollar más?
Muchísimo. El libro da un panorama general de lo que trabajamos en la fundación: prevención, acompañamiento y heridas postaborto. La semana pasada me tocó preparar una clase de hora y media para el cierre del seminario que se dictó en la Universidad de Montevideo para futuros psicólogos. Me pidieron que solo sea de heridas postaborto. A medida que iba preparando la clase, me di cuenta que empecé a escribir otro libro que titulé: Ama la herida del aborto. Ya está bastante avanzado. Así, quien quiera un panorama general tiene Ama a quien piensa en el aborto, y quien haya pasado por la herida del aborto encontrará en el nuevo libro una profundización.
Agenda
Lucía Mesones presentará Ama a quien piensa en el aborto el martes 7 de octubre, a las 19 horas, en la sala del Club Católico (Cerrito 475). La entrada es libre y gratuita. Por consultas, comunicarse al 094 578 885.
Ver todas sus notas aquí.


8 Comments
Excelente! Defendamos la Vida.!
excelente!!!!!!! si tan preocupados estamos con el descenso de la natalidad que acogemos con beneplácito a los jóvenes extranjeros que emigran a Uruguay, porque pensamos que ellos van a repoblar el país; entonces démosle opciones a las mujeres nuestras que abortan porque piensan que no pueden criar otro hijo.
El aborto provocado, no es interrupción, es asesinato del no nato que es un sin voz.
Dios Bendiga mucho esta obra tan necesaria que Lucia y su equipo estan llevando adelante! Muchas Gracias por todo lo que hacen.
Muy bueno qué alguien se preocupe por desarrollar e informar sobre el tema. Gracias por compartir y rezaremos por este tema tan importante y comprometido.
La vida es un regalo de Dios por lo tanto no se debe despresiar ese don poniendo pretectos y argumentos que se manifiestan encontra de lavida.Seamos por lo tanto soldados de la vida y defendamos la misma desde el lugar que sea.
Gracias por defender la vida
Muchas Gracias por los comentarios, los invito a la presentacion del Libro para ser esos soldados de Cristo que defienden la Vida tambien poniendo el cuerpo.
Gracias
Excelente la presentación del libro de Lucia. Fue algo conmovedor abordar un tema tan complejo con la sencillez y oportunidad de sus palabras. Felicidades. Muy recomendable.