En el marco de la visita ad limina que comienza el 15 de noviembre
Entre el miércoles 15 y el miércoles 22 de noviembre, en Roma, los obispos de Uruguay realizarán la visita ad limina. La visita tiene dos fines esenciales según el Código de Derecho Canónico: venerar los sepulcros de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo; y encontrarse con el Sucesor de Pedro, el Obispo de Roma. Además, se presentan informes y la relación de cada diócesis. Por su parte se realizarán reuniones con distintas congregaciones y consejos de la Curia Romana.
El itinerario
El Papa Francisco recibirá a los obispos uruguayos en la mañana del jueves 16 de noviembre, durante 3 horas. El Obispo auxiliar de Montevideo, Mons. Milton Tróccoli, comentó que las orientaciones pastorales de la Conferencia Episcopal del Uruguay para el periodo 2014 – 2019, serán parte de los temas que se abordarán en el diálogo con el Sumo Pontífice.
Esta orientaciones aprobadas por la CEU son: profundizar la identidad cristiana de discípulos misioneros, favorecer el encuentro con Jesús, ir al encuentro de las personas que están en “las periferias existenciales” y hacer resplandecer la maernidad de la Iglesia.
Por tanto, dijo el obispo, de estas orientaciones se derivan los temas de “la fragmentación social, pobreza y educación. Así como la nueva evangelización, la catequesis de iniciación cristiana, la cultura secularizada de nuestro país, que hace que sólo el 40% de la población se defina como católico (el guarismo más bajo de latinoamérica)”.
Durante la visita ad limina también se informarán los obispos del estado de los procesos de canonización del Padre Cacho y Mons. Jacinto Vera.
Por su parte, el domingo 19 de noviembre los prelados concelebrarán con el Papa Francisco la Misa en la Basílica de San Pedro, en el marco de la Jornada Mundial de los Pobres. Al otro día, celebrarán la Eucaristía con la comunidad uruguaya en la Basílica de los XII Apóstoles. El martes 21 celebrarán la Misa en la Basílica de San Pablo Extramuros.
La visita anterior se había realizado en el año 2008, cuando el Papa era Benedicto XVI. Si bien la siguiente visita correspondía hacerse efectiva en 2013, ese año hubo cambio de Papa por la renuncia de Benedicto XVI y la elección de Francisco.
¿Qué es la visita ad limina?
Según el Código de Derecho canónico en su numeral 399 “Cada cinco años el Obispo diocesano debe presentar al Romano Pontífice una relación sobre la situación de su diócesis, según el modelo determinado por la Sede Apostólica y en el tiempo establecido por ella”. Además, en el siguiente numeral dice “El Obispo diocesano, el año en que debe presentar la relación al Sumo Pontífice, vaya a Roma, de no haber establecido otra cosa la Sede Apostólica, para venerar los sepulcros de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, y preséntese al Romano Pontífice”.
Si bien hubo variantes en modalidad y frecuencia de estos encuentros, el sentido principal no varió con el tiempo. Los obispos son recibidos por el Papa en audiencia privada, allí le entregan el informe o relación quinquenal sobre el estado de sus respectivas iglesias, concelebran la Eucaristía con el Pontífice, visitan las basílicas de San Pedro en el Vaticano y de San Pablo Extramuros para venerar las tumbas de los dos Apóstoles. Por último, se entrevistan con los cardenales, obispos y prelados responsables de los diversos órganos de la Curia Romana.
Tiene su primer antecedente en la carta de San Pablo a los Gálatas, donde habla de su conversión y del camino que ha tomado hacia el apostolado de los paganos y —aunque fuese apóstol llamado e instruido inmediatamente por el Señor resucitado— les dice: «Después … fui a Jerusalén para consultar a Cefas, y permanecí junto a él quince días …» (1, 18). El mismo gesto lo repite una vez más catorce años después. «Después de catorce años volví de nuevo a Jerusalén … les expuse el evangelio que yo predico a los paganos … para no hallarme en el riesgo de correr o de haber corrido en vano» (2, 2).
La relación quinquenal
Es un informe escrito sobre la situación de la diócesis, que cada cinco años el obispo debe presentar al Papa, según el modelo determinado por la Santa Sede. La obligación de presentar la relación quinquenal corresponde a todos los ordinarios de circunscripciones eclesiásticas, territoriales y personales, salvo los de algunas circunscripciones misioneras. La presentación de la relación, de ordinario, va unida a la visita ad limina, que es el viaje del obispo a Roma para venerar los sepulcros de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, y ser recibido por el Papa.
El contenido de la relación ofrece a la Santa Sede una información sintética y precisa de la diócesis, que es de gran utilidad para el ejercicio de su ministerio, y facilita al obispo un medio para examinar el estado de su iglesia y programar el trabajo pastoral.