El pasado 29 de noviembre, en la Universidad Católica del Uruguay, se realizó la Toma de Posesión del nuevo Rector, el Padre Julio Fernández Techera, S.I. Entre los presentes estuvo el Gran Canciller de la Universidad, el Cardenal Daniel Sturla, el Vice Gran Canciller, el Padre Alejandro Tilve, S.I y el rector saliente, el Padre Eduardo Casarotti, S.I. Además se contó con la presencia de varios obispos, sacerdotes, así como los ex presidentes Luis Alberto Lacalle y Julio María Sanguinetti. Varios legisladores, académicos, profesores, alumnos y empleados de la institución acompañaron al nuevo Rector de la Universidad Católica.
Misa del Espíritu Santo
Antes de realizarse la Toma de Posesión se celebró una Misa del Espíritu Santo, en la Iglesia de Tierra Santa. En la Homilía el Cardenal Daniel Sturla enfatizó que es “el Espíritu Santo en el que creemos, el que habla por los profetas, el que inspiró las escrituras, el que sostiene el magisterio de la Iglesia, el que promueve toda obra de bien, el que da la fuerza a los mártires: es el alma de la Iglesia”. Sostuvo que el mismo Espíritu “es el gran transformador, es el que hace que no seamos hoy una sociedad anónima que se reúne por un cambio de gerente sino una comunidad viva de Iglesia que se encuentra alrededor del altar del Señor para darle gracias”.
El Arzobispo de Montevideo añadió que “muchas veces se dice que hemos tocado fondo y en realidad el fondo del mal parece no tener límites. Siempre podemos estar peor”. Puntualizó que “en el ámbito de la educación estamos llenos de diagnósticos sobre los problemas que nos agobian. Sobre todo si pensamos en los adolescentes de los barrios más carenciados de Montevideo, también en el interior del país. ¿Se puede estar peor? Seguramente sí. Aún no tenemos ese problema de las maras, que en algunos lugares de América causan terror, pero estamos pegando en el palo”.
Pero el Gran Canciller de Universidad Católica recordó que “frente a esto nosotros, Iglesia Católica, decimos <<sí, es cierto que se puede estar peor>>, pero también podemos estar mejor”. Y basó su esperanza en que “el Espíritu Santo es el gran creativo, el mejor artista, es el obrero más cualificado, es el empresarios más audaz, es el más eficaz ejecutor”.
El Cardenal Daniel Sturla dijo que “esta Iglesia uruguaya pequeña y pobre, pero valiente y libre, es una muestra de la vitalidad inagotable del Espíritu Santo. “Fiel al Espíritu del Señor, la Iglesia hace siglos creó las universidades como instituciones que reunieran los distintos aportes del acervo cultural de la Humanidad. Esta Universidad Católica del Uruguay, con estos ya más de 30 años de vida, es una muestra de esa vitalidad perenne de la Iglesia”,concluyó.
Padre Eduardo Casarotti, S.I: “satisfacción por el deber cumplido”
Luego de la Misa, era el turno de la Toma de Posesión en el Aula Magna de la Universidad Católica. El primero en hacer uso de la palabra fue el Padre Eduardo Casarotti, S.I. Dijo que fue “un gran privilegio durante ocho años colaborar desde el rectorado, en los procesos de crecimiento y consolidación de este hermoso proyecto universitario” y auguró un buen futuro al nuevo Rector “estoy seguro que pondrá al servicio de esta tarea todas sus capacidades académicas y personales, que son muchas, y toda su energía, que es aún mayor”.
El ex Rector aseveró que “la Universidad se ha ganado, y esta concurrencia lo avala, un lugar en la educación superior y en la sociedad uruguaya en tres décadas de vida”. Además enfatizó “Dejo mi rectorado con la satisfacción del deber cumplido. He crecido profesionalmente, sin dudas, pero sobre todo siento que he crecido personalmente…y he tenido la oportunidad de conocer personas excepcionales. Profundamente agradecido por el camino recorrido”.
El Padre Casarotti quiso “ agradecer por el apoyo de los dos grandes cancilleres, Monseñor Nicolás Cotugno y el Cardenal Daniel Sturla”. Sobre el final destacó que si tuviera que resumir en dos palabras estos ochos años como Rector usaría dos palabras “dar sentido”. Y se explayó “Dar sentido significa mostrar al conjunto de la comunidad universitaria el horizonte adecuado en el que se inserta el trabajo de cada uno. Dar sentido también es fundar procesos institucionales que permitan que las capacidades personales se desplieguen de un modo más creativo e innovador. Dar sentido se logra cuando quienes conducen expresan convincentemente la identidad de la institución y la vincula con los desafíos que se presentan. Es el mismo Jesús el que le da sentido a nuestros trabajos cotidianos”.
Cardenal Daniel Sturla: “el para qué de la libertad”
A continuación, el Cardenal Daniel Sturla dijo algunas palabras. Comenzó citando al Papa Juan Pablo II en su visita a la Universidad Católica y las referencias a las raíces católicas de nuestra cultura, y el afán de libertad . El Papa se preguntaba en esa ocasión «Libres de qué y para qué”. Juan Pablo II decía que era para “asumir la propia responsabilidad de ser libres y el desafío de discernir el bien y adherirse a él”.
El Arzobispo de Montevideo afirmó que “hoy la Iglesia en Uruguay está llamada a dar en este sentido un aporte importante. Nosotros tenemos una idea de qué queremos ser libres y el para qué. Sobre todo el sentido de la vida para los jóvenes. Que puedan descubrir la belleza de la vida. Esto abre horizontes infinitos de realización personal y que las oportunidades sean para todos”.
Luego, como Gran Canciller de la Universidad Católica, quiso dar gracias “a la Compañía de Jesús, en la que he encontrado una colaboración franca, generosa, leal, que me llena de alegría. Y que tiene que ver, de una forma particular, con el nuevo Rector, el Padre Julio Fernández. Que ha sido liberado un tiempo cada día de su trabajo habitual para ser el director de la Fundación Sophia”. Le recordó al Padre Fernández Techera, como hace pocos días al nuevo Rector de la Facultad de Teología, que hay dos virtudes esenciales para quienes asumen un puesto de responsabilidad: magnanimidad y no tomarse a uno mismo demasiado en serio.
Padre Julio Fernández Techera, S.I: “el trabajo fundamental de abrirse a los demás”
El nuevo Rector de la Universidad Católica comenzó su discurso diciendo lo difícil que fue para él preparar las palabras indicadas para ese momento. Pero que lo que sentía se podía resumir en una experiencia, que tuvo lugar el año 2015, mientras iba en tren al aeropuerto de la ciudad de Bruselas. En el camino pasó por Gante y,viendo que le quedaban unas horas, aprovechó la ocasión para ver una obra que siempre había deseado; el Políptico de Gante o la Adoración del Cordero Místico. El Padre Fernández dijo que esa obra está constituida por varias escenas, grandes, pequeñas, diferentes historias y personajes.
Basado en esta experiencia, el Padre Fernández Techera realizó “Una especie de políptico de lo que significa una Universidad y de lo que es hoy asumir esta responsabilidad”. Comenzó con una primera imagen: el Aula magna de la Universidad, antigua capilla del Colegio del Sagrado Corazón. Recordó que el 16 de julio de 1949, un muchacho de 21 años y una chica de 20 fueron a Misa a las seis de la mañana: estaba hablando de sus padres. Contó que “eran de origen muy humilde, mi madre era del medio rural, mi padre era un inmigrante gallego y no terminaron la secundaria”. Destacó que “a ellos les debo mi formación y estar hoy aquí. Pero les debo agradecer principalmente la fe que me dieron. Era gente de fe muy fuerte y a la vez muy simple”.
La segunda imagen de ese políptico era la Universidad de la República, la experiencia universitaria. Recordó al profesor José Pedro Barrán, que a pesar de estar en las antípodas en el pensamiento, marcó su vida como universitario. Aclaró que “la universidad no es sólo aprender una tarea, un oficio, una profesión; la universidad es una cosa muchísimo más grande”.
Para la tercera tabla del políptico se basó en que “originalmente la palabra universidad quería decir «todo junto», es un grupo de profesores y alumnos”. Pero recordó que universidad también puede significar abrirse a universalidad, apertura. Puntualizó que “esa apertura puede tener varias acepciones. Una acepción, no menor y la razón de ser de la Universidad, es apertura al conocimiento, apertura, con rigor, a la verdad. Apertura con capacidad de disfrute a la belleza del conocimiento. Apertura al servicio, para hacer el bien . Una apertura al conocimiento y también al otro, a los profesores, a los compañeros, a esos que son distintos que yo, que pueden enriquecerme y hacer mejor”.
El nuevo Rector de la Universidad Católica se preguntó “¿y los de afuera?”. Su respuesta fue que “ a veces los universitarios se encierran tanto en una burbuja, les parece que todos piensan igual que ellos”. Y continuó, “los universitarios somos privilegiados, somos el 10% de la humanidad y tenemos que seguir actuando también para el 90%, que están afuera y que hay que entenderlos para entender la realidad y actuar sobre ella”. Luego recordó que “las universidades medievales y hasta la época moderna eran lugares de discusión. La discusión era parte fundamental del aprendizaje”. Y advirtió que “se abandona la discusión como método didáctico, pero peor aún, se abandona como método intelectual. Dejamos de escuchar al que piensa diferente, el trabajo fundamental de abrirse a los demás”.
El Padre Fernández Techera enfatizó que “otra apertura es al necesitado, nuestra universidad está al servicio de la sociedad. Los necesitados son los que no tienen trabajo, los más pobres, los enfermos. Las personas que necesitan tienen que estar siempre en nuestro horizonte”. Llamó la atención en que “hay una apertura hacia el futuro de la universidad. Y hay algunas amenazas hacia esta apertura. Uno es el cambio tecnológico, la accesibilidad al conocimiento como nunca antes en la historia de la humanidad. La Universidad debe ser más que el conocimiento… etapa de formación integral de la persona. Hay que recibir conocimiento no sólo para ser un buen profesional, sino también una buena persona, un ciudadano útil y entregado a su sociedad”.
En la cuarta tabla, se refirió a “una persona fundamental en mi vida y en la vida de esta casa: el Padre Manuel Gutiérrez Semprún, S.I, quién lideró el proceso que hizo real esta Universidad Católica”. Lo destacó como “un hombre extraordinario por su lucidez, su capacidad, por su don de gentes y por una especie de humildad pragmática”. Culminó su alocución diciendo que “para mí ser Rector de la Universidad no es un honor, no es un reconocimiento, mucho menos algo que me merecía. Ser Rector de la Universidad Católica es trabajo, sólo trabajo y nada más que trabajo. Lo único que quiero es hacerlo para mayor gloria de Dios”.
Por Camilo Genta