La sencillez construye la comunidad

Parroquia Nuestra Señora de la Guardia y San Luis Gonzaga

La Parroquia Nuestra Señora de la Guardia y San Luis Gonzaga, —conocida como parroquia de La Barra—, se encuentra en Santiago Vázquez, el pueblo montevideano costero en la desembocadura del Río Santa Lucía con el Río de la Plata y lindero al departamento de San José.

Vida parroquial de cercanía

A una cuadra de la Av. Luis Batlle Berres, en el centro de Santiago Vázquez, se encuentra el predio parroquial. Es un amplio espacio que acoge la casa sacerdotal, la secretaría y un gran jardín que tiene, entre otras cosas, una cancha de fútbol. A su costado hay un edificio que, hasta hace dos años, cobijaba un colegio y al cual, actualmente, se busca dar una nueva utilidad. La parroquia, a su vez, tiene dos capillas: San Antonio, en el barrio Gori, y San Luis Gonzaga, en Punta Espinillo.

El padre Giancarlo Monetta es el párroco del lugar. Asumió en noviembre del año pasado en lugar del padre Luis Fariello, quien estuvo allí durante doce años: “La comunidad me sienta muy bien. Gente muy sencilla, muy a la mano. Estamos todos muy contentos: yo con ellos y ellos conmigo”.

La santa misa en la parroquia se celebra un día de semana —por lo general, el jueves— y el domingo. En cuanto a la catequesis, de momento, se está formando un grupo que comenzará a fines de este mes. Además ya existe un grupo de catequesis para adultos que se reúne los viernes.

La catequesis

Otra de las iniciativas es un grupo bíblico —denominado “Biblia de vida”— que funciona los sábados por la mañana. El P. Monetta cuenta que: “leemos la Palabra del domingo, intercambiamos ideas y aspectos que tengan que ver con la vida de la comunidad. Buscamos ver qué nos dice el Evangelio en base a la realidad que estamos viviendo”.

Por su parte, en las capillas las misas se celebran el sábado. En San Antonio, además, ese mismo día se imparte la catequesis. La encargada es la hermana Macarena, que pertenece a la comunidad de las Misioneras Franciscanas del Verbo Encarnado. En total asisten unos 15 niños, entre los del barrio Gori y los del Tapir. A su vez, funciona un grupo de precatequesis que es guiado por chicas que el año pasado tuvieron la primera comunión. Ambos grupos funcionan de forma simultánea.

La Hna. Macarena acompaña la vida de la capilla y asiste en lo que sea necesario. “Es una pequeña comunidad de personas muy comprometidas en su fe ―nos dice―. En su mayoría son personas mayores que llevan adelante la comunidad con mucha garra. Han aportado en la catequesis, abren la capilla, la arreglan, la mantienen prolija. Tienen un sentido misionero. Son baluartes de la fe en sus familias y han logrado estimular a sus nietos para que vayan a catequesis”.

Al servicio de la comunidad

Sandra es la secretaria parroquial. Es venezolana, llegó al país hace dos años y vive junto a su esposo y dos hijos en Santiago Vázquez. Ella evoca nos recuerda algunas actividades que se realizan en la parroquia y otras que proyectan para este año. Actualmente, está por finalizar el programa “Verano alegre”, que fue ideado para los niños de la comunidad, en el que veintitrés chiquilines, de entre dos y once años, han participado en las actividades propuestas. “Ha sido una muy linda experiencia ―confiesa―, y los niños han disfrutado muchísimo”.

Está planificado que este programa, iniciado en la temporada estival, se mantenga durante todo el año. Apunta principalmente a los niños que están en el jardín: que la parroquia ofrezca como servicio a las familias de la comunidad un espacio en donde los más pequeños puedan estar y ser acompañados, mientras que sus padres y madres están trabajando.

Otro servicio que realizó la parroquia consistió en el armado de canastas de alimentos que fueron entregadas a fin de año a las familias que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad. Esto fue posible gracias al apoyo de las donaciones de la gente del pueblo y al trabajo de la comunidad parroquial. Próximamente, se realizará una venta económica de ropa y con lo recaudado se creará una nueva tanda de canastas con útiles escolares. Todo en la parroquia se hace a pulmón.