El Liceo Jubilar celebra 20 años de logros, servicio, y con proyección de futuro
El Liceo Jubilar Juan Pablo II es una institución católica educativa como cualquier otra. Lo único que la diferencia de las demás es su condición de primer centro educativo de gestión privada en Uruguay que no cobra cuota a los alumnos. Está ubicado en la calle Román Arana Iñiguez, en la Cuenca Casavalle.
Los comienzos
En el año 2000, Mons. Nicolás Cotugno fue un día a celebrar misa a la Gruta de Lourdes y se encontró con un pedido de los vecinos: «¡Queremos el liceo!». En la zona no existía un instituto de enseñanza secundaria, ni público ni privado.
La solicitud fue asumida por la comunidad parroquial de la Gruta de Lourdes, que donó el terreno para la construcción del nuevo liceo. Por otra parte, mediante el apoyo económico de la fundación católica holandesa Kirche in Not (Ayuda a la Iglesia Necesitada) se comenzó a construir el edificio.
Un sueño hecho realidad
En el 2002 comenzó a funcionar el primer año de ciclo básico con la ayuda de las Hermanas de las Hijas de la Divina Pastora y los Padres Dehonianos. Durante el primer año de funcionamiento, los profesores eran todos voluntarios. «Esto se pudo sostener por la respuesta generosa de los integrantes del mundo de la educación», dijo Mons. Cotugno a Entre Todos.
Desde su fundación, el Liceo Jubilar se financia a través de donaciones, tanto de particulares como de empresas. Una de las primeras colaboradoras fue Elvira Salvo, fundadora de Canal 4. «Ella ayudó muchísimo en llevar adelante la edificación, sobre todo la capilla. Fue una obra financiada prácticamente por ella», contó Mons. Cotugno.

P. Valentín Goldie, director del Liceo Jubilar. Fuente: Romina Fernández
Educación y oportunidades para todos
En 2006 asumió de director el padre Gonzalo Aemilius, unos meses antes de que fuera ordenado sacerdote. Mons. Cotugno recordó que el P. Aemilius “puso la impronta que hizo marchar, y muy bien, el liceo. Pudo entrar por su carisma personal. Fue muy positivo encontrar los caminos para establecer una relación personal con cada uno de los chicos y con sus familias”. Durante la gestión del sacerdote, actual secretario particular del papa Francisco, la institución creció «exponencialmente» en proyectos y en la conformación de equipos de trabajo.
Ricardo Villalba fue director entre 2013 y 2018. El Liceo Jubilar fue su primer destino sacerdotal. «El cura que soy hoy se lo debo a mi experiencia en el Jubilar», manifestó. El sacerdote continuó con los lineamientos de proyectos que había impulsado el P. Aemilius y que iban a “pasos agigantados”.
“Ser director fue una responsabilidad muy grande, y al mismo tiempo una aventura. Como sacerdote fue una experiencia de mucho crecimiento en el corazón. También descubrí que Dios va preparando a las personas en el camino”, contó el P. Villalba.
A cuatro años de haber dejado la dirección del liceo, el P. Villalba dijo que “el orgullo más lindo es cuando te encontrás con exalumnos o seguís en contacto con los chicos y vas descubriendo los caminos que tomaron”.
El presente y el futuro
Actualmente asisten cuatrocientos estudiantes que cursan ciclo básico, Espacio de Exalumnos (EPA y CReO) y el liceo para adultos.
La propuesta educativa tiene tres proyectos. En primer lugar, el ciclo básico para adolescentes —con el mismo currículo de secundaria— y actividades complementarias como deportes y talleres. También hay un programa de seguimiento académico y de inserción social para los bachilleres, quienes concurren a otros liceos para continuar sus estudios. Para ello se consiguen becas en otros liceos católicos. Finalmente está el liceo para adultos, que es preferentemente para los padres de los alumnos.
El P. Valentín Goldie es director del Liceo Jubilar desde junio de 2018. «Han sido cuatro años tan surtidos e intensos por la pandemia y otros desafíos. Uno nunca se aburre», comentó entre risas.
El director planteó que un objetivo a corto plazo es salir del formato impuesto por el covid-19. Sin embargo, el P. Goldie sostuvo que «hubo cosas que dejó la pandemia que queremos que se queden». Para ello se está elaborando una propuesta que resuma los aprendizajes de la emergencia sanitaria.
Por otro lado, a mediano y largo plazo, el desafío es económico. Buena parte de la financiación del Liceo Jubilar se realiza gracias a donaciones con beneficios fiscales. “Cuánto dinero se puede recaudar por ese mecanismo, es una decisión política del Ministerio de Economía y Finanzas. Lo que nos está pasando es que lo que se nos permite recaudar no está creciendo. Incluso para este año es igual al año anterior en términos nominales, es la misma cantidad de dinero”. El director aclaró que esto se debe a que “la propuesta se está haciendo más cara, fruto del éxito». También, por su cuenta, cada familia realiza un aporte económico acorde a sus posibilidades y colaboran, además, en el mantenimiento y mejoras de las instalaciones del centro.
Trabajo en equipo
Yessica Miranda ingresó como alumna en 2007 a cursar primer año de ciclo básico. En 2012 terminó sus estudios y al año siguiente tuvo su primera experiencia laboral en la institución, integrando un programa de tutorías.
Lo que más recuerda de su etapa como estudiante es el cariño que recibió de parte de sus compañeros y educadores. Define al Jubilar, al mismo tiempo, como una familia y como un proyecto desafiante por todas las actividades que se realizan.
Hace más de diez años integra EPA (Espacio de Permanencia y Acompañamiento). Esta propuesta es para aquellos estudiantes que asisten por la mañana a un centro de educación formal o a una institución pública con los que el Jubilar tiene convenio; y por las tardes regresan al Jubilar, donde almuerzan y reciben apoyo académico y personal.

Yessica Miranda ingresó como alumna en 2007 y hoy es funcionaria del instituto. Fuente: Romina Fernández
Cecilia Virginio conoció el liceo por intermedio del P. Aemilius en la parroquia Stella Maris: «Él siempre nos hablaba del Jubilar, nos contagió las ganas de ir, fuimos y hasta ahora estoy». Fue así que comenzó a trabajar de voluntaria en 2007 y se transformó en una testigo más del crecimiento de la institución. «Era todo muy chico, solo había un grupo por año, de primero a tercero», recordó.
Parte de su vida —y la de su familia— está en el Jubilar. Su marido comenzó con los entrenamientos de rugby y sus hijos también hicieron voluntariado. Actualmente ella concurre todos los martes temprano, colabora en los almuerzos y después continúa durante la tarde en el apoyo de lectura.
Al ser la primera institución de educación formal gratuita de gestión privada del país, el Liceo Jubilar se transformó en referente. Son varias las instituciones —religiosas y laicas— que siguieron su modelo de gestión, total o parcialmente. Pero tiene algo especial, que la distingue del resto: es una gran familia en la que cada persona es importante y por eso, es escuchada y atendida en sus necesidades personales, espirituales, familiares y educativas.
Mons. Nicolás Cotugno, arzobispo emérito de Montevideo
Si el Liceo Jubilar marcha es porque hay una impronta de fe. Me consta que el P. Valentín Goldie y su equipo, y todos los que lo han precedido, están haciendo las cosas muy bien, trabajando con mucho entusiasmo, con mucho esmero y con una verdadera mística evangelizadora. Agradezco a las personas que hicieron posible todo esto. Siempre tenemos un deber de gratitud por todos los bienhechores que se interesaron en la obra y a la Iglesia local.
Card. Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo
A veinte años de su fundación, el Liceo Jubilar se ha transformado en un referente para la educación en el Uruguay. Ha abierto horizontes nuevos, ha marcado un rumbo. Ha indicado un camino eficaz, poniendo en el centro a los adolescentes que más necesitan una mano para poder crecer como personas, como ciudadanos, como cristianos. Es para felicitar a quien tuvo la idea, Mons. Nicolás Cotugno, a quienes lo secundaron y a los que siguen haciendo hoy posible esta obra de la Iglesia de Montevideo.
4 Comments
Es una bendición y orgullo para la zona. Gracias a todos los que participaron en esta bendita obra.
Qué obra maravillosa y bendecida por Dios. Si no fuera así, no estaría cumpliendo 20 años.
Qué difícil debe haber sido el comienzo, con gente joven del barrio con altas expectativas y por otro lado los voluntarios, docentes y el propio Padre Aemillius en ese rol tan desafiante. Ha sido ejemplo para muchos otros liceos en zonas vulnerables. Gracias a todos los que han hecho y siguen haciendo esto posible.
Brillante el Padre Valentín Goldie, que ha sacado adelante la Institución durante el período de la pandemia. Bravo y adelante!!!! Bendiciones.
El proximo año 2023 debo partir hacia Uruguay para reunificarme con mi familia, Dios mediante. Soy un jubilado con experiencia en la docencia en la enseñaza secundaria, bachillerato y universitaria con más de 25 años y me he desempeñado en cursos de brindar adiestramiento de diversas áreas de la Economía.
Estaría muy interesado en poder brindar mis conocimientos para contribuir a la instrucción de personas con menos posibilidades económica y contribuir con el noble empeño del Liceo Jubilar. Gracias por su atención.