Desde distintos movimientos y comunidades de la Iglesia continúan trabajando en el cuidado del medioambiente con un solo objetivo: un mundo mejor.
El trabajo de Cáritas
Cáritas Uruguay es un organismo de la Conferencia Episcopal Uruguaya que tiene como misión animar las distintas iniciativas solidarias en el país. Pertenece a una confederación que está integrada por más de 160 países y es la segunda red más grande del mundo.
A nivel nacional trabaja en pastoral penitenciaria, pastoral para la prevención de adicciones, convivencia pacífica y medioambiente.
En el área de medioambiente trabajan animados por el Papa Francisco y su encíclica Laudato Sí y están convencidos de que no hay dos crisis separadas: una social y otra ambiental, sino que es todo un mismo tema.
Agustina Langwagen es la directora ejecutiva de Cáritas Uruguay; además es integrante del Consejo de Cáritas Internacional y asegura que desde la institución abordan esta temática en clave de justicia social.
Además, en comunicación con el Capítulo Uruguay del Movimiento Católico Mundial por el Clima (MCMC), llevan adelante acciones de visibilidad e incidencia, acompañando la proyección del movimiento global.
Langwagen cuenta que fueron invitados por la Conferencia Episcopal de Latinoamérica y el Caribe (CELAM) para conformar una red eclesial del Acuífero Guaraní del Gran Chaco, al estilo de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM). “Junto a la Confederación Uruguaya de Religiosos (CONFRU) y al MCMC, estamos convocando a distintos grupos de la Iglesia que quieran participar, pero también a todos los que estén interesados”, afirma.
Un trabajo comunitario
Otro movimiento que trabaja por el cuidado de la casa común es el MCMC. Surgió en 2015, un año que conjugó dos acontecimientos transformadores que cambiarían la respuesta de la Iglesia y la humanidad a la crisis ecológica: la publicación de la encíclica Laudato Si’ y el Acuerdo de París sobre el clima.
Roxana Esqueff forma parte del movimiento y presta servicio en la coordinación del Capítulo Uruguay, que es la representación local.
Ante la pregunta sobre cómo trabaja la Iglesia el tema del medioambiente, Roxana responde: “Si pensamos que Iglesia somos todos los bautizados, creo que hay muchas acciones individuales y comunitarias no siempre articuladas pero que inciden”.
Asegura que el Papa Francisco, en la Laudato sí’, alerta sobre las exigencias de esta tarea que no hay forma de satisfacerlas únicamente con las posibilidades de la iniciativa individual.
Para la integrante del MCMC hay que considerar muchísimas acciones con las que se deberían generar aprendizajes y sinergias. “En nuestro entorno creo que aún falta encarnar y descubrir la ecología integral y la conversión ecológica, pero estamos caminando. Que nuestras luchas y nuestra preocupación por este planeta no nos quiten el gozo de la esperanza”, concluye.
La conversión ecológica
Mauricio Passeggi es profesor de la Universidad de la República, integrante del Comité Ejecutivo de la Red de Huertas Comunitarias del Uruguay y coordinador de la pastoral ecológica de la parroquia Santa Rosa de Lima.
A través de su testimonio conocemos la importancia de la pastoral ecológica y su incorporación en la Iglesia de Montevideo.
“Es una dimensión de la vida pastoral que implica el acompañamiento de nuestras comunidades para que puedan procesar una conversión ecológica y contribuir a una urgente revolución cultural. Francisco nos dice que,‘Si la actual tendencia continúa, este siglo podría ser testigo de cambios climáticos inauditos y de una destrucción sin precedentes de los ecosistemas, con graves consecuencias para todos nosotros.’ (L.S. 24)”, sostiene Passeggi.
Es por esto que la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Montevideo ha comenzado a identificar y promover las iniciativas de las parroquias, centros educativos y obras sociales, que incorporan la dimensión ecológica.
Passeggi asegura que con la Carta Encíclica Laudato si’ el Papa Francisco realiza un aporte sustancial y novedoso a la Doctrina Social de la Iglesia: “se trata de un agudo análisis sobre la realidad actual, iluminada por la Palabra de Dios y por el magisterio precedente de la Iglesia”.
Desde el Comité Ejecutivo de Huertas consideran importante promover experiencias de educación ambiental y en particular de consumo responsable y valorización de residuos, pero siempre desde la perspectiva de una ecología integral. Esto implica la integración de la dimensión social y ambiental. El centro debe estar puesto en el cuidado de la creación y en la dignidad de las personas empobrecidas por el actual sistema.