Misa de Domingo de Resurrección
Este 16 de abril, en la Catedral Metropolitana, se celebró la Misa de Domingo de Resurrección. La Eucaristía, presidida por el Cardenal Daniel Sturla y acompañado por los presbíteros Néstor Falco y Juan González, contó con la presencia de más de medio millar de fieles. ICM también se hizo presente en la celebración de esta Misa que marcó el final de la Semana Santa.
La Misa de Domingo de Resurrección estuvo marcada por los cantos, los himnos y las secuencias pascuales. También por el rito de la aspersión y la renovación de las promesas bautismales. El tiempo pascual continúa hasta la fiesta de Pentecostés, que celebra la venida del Espíritu Santo, cincuenta días después de la Pascua.
La alegría que trae el Resucitado
La homilía comenzó con el Cardenal Daniel Sturla compartiendo un par de chistes. Explicó que “esta es una antigua tradición cristiana, el sacerdote el domingo de Pascua comienza con un chiste. ¿Por qué? Porque <<Felices Pascuas>> se dice con una sonrisa”, haciendo referencia al antiguo risus paschalis.
El Arzobispo de Montevideo agregó que esta alegría se da “porque es la vida que triunfa sobre la muerte, porque es la victoria del bien sobre el mal. Porque, en definitiva, Dios nos sonríe”. Aseguró que “el día de nuestra muerte lo que encontraremos del otro lado será a un juez misericordioso, que nos va a sonreír”.
El Cardenal Daniel Sturla contó que en su experiencia como sacerdote, acompañando gente que está enferma o preparándose para morir, “cuando uno les lleva los sacramentos muchas veces me ha pasado que me han dicho: <<Padre que feliz que soy, que contento que estoy>>”. Y esto sucede “más allá del miedo o del dolor.”
El Arzobispo mencionó que “cuando vemos el crucifijo, claro que nos duele ver a Cristo muerto, sufriente, pero sabemos que allí estamos viendo al Amor de los amores”. Reflexionó que debemos “salir de tantos sepulcros en los que nos metemos en vida”, haciendo referencia a nuestras propias acciones. “A veces hay motivos para la queja, pero a veces nos quejamos por deporte”, añadió.
El Cardenal Daniel Sturla enfatizó que “es cierto, el cristiano ve la realidad como la realidad es; no se engaña”. Pero, matizó, “el cristiano sabe ver en la realidad la acción del Espíritu Santo, cree en la victoria de Cristo. Y sino no somos cristianos”.
Levadura nueva para nuestra vida
Más adelante, el Arzobispo de Montevideo rememoró que “El Pueblo Judío celebra la Pascua, en su tradición, como salida de Egipto de la esclavitud para ir a la Tierra Prometida”. Agregó que “en la noche de Pascua, como estaban apurados, no pudieron dejar fermentar el pan. Por tanto, comieron el pan sin levadura”.
Para terminar, el Cardenal Daniel Sturla explicó que de esa tradición “viene nuestra hostia, de esa tradición que en la Última Cena el pan que se comió fue sin levadura”. También mencionó el significado que le da san Pablo al tema de la levadura “Dejar de lado la vieja levadura de la avaricia, de la maldad, del egoísmo; y comenzar de nuevo. Esto es lo que nos ofrece la Pascua: comenzar de nuevo”. Y agregó “comenzar de nuevo con la fuerza de Cristo Resucitado”.