Mensaje del Papa para la Jornada de las Comunicaciones Sociales
El pasado 24 de mayo, día de la Fiesta de San Francisco de Sales, patrono de los periodista, el Papa Francisco envió el mensaje para la 51° Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. Dicha Jornada se celebrará el día 28 de mayo, en la Solemnidad de la Ascensión del Señor. El portal de ICM comparte con ustedes algunos fragmentos del mensaje.
La piedra de molino
El Papa Francisco ha elegido para este año el pasaje bíblico del profeta Isaías «No temas, que yo estoy contigo» (Is. 43,5). Por su parte el tema a tratarse en la Jornada será “Comunicar esperanza y confianza en nuestros tiempos”. El mensaje comienza destacando los avances tecnológicos y el acceso a los medios de comunicación con “la posibilidad de compartir inmediatamente noticias y de difundirlas de manera capilar”.
El Papa recordó que “Nuestros padres en la fe ya hablaban de la mente humana como de una piedra de molino que, movida por el agua, no se puede detener. Sin embargo, quien se encarga del molino tiene la posibilidad de decidir si moler trigo o cizaña” en referencia al tipo de mensajes que recibimos o producimos. De la misma forma exhortó a quienes trabajan en el ámbito profesional “a una comunicación constructiva que, rechazando los prejuicios contra los demás, fomente una cultura del encuentro que ayude a mirar la realidad con auténtica confianza”.
El Sumo Pontífice advirtió “que es necesario romper el círculo vicioso de la angustia y frenar la espiral del miedo, fruto de esa costumbre de centrarse en las «malas noticias»”. No obstante, dijo que “no se trata de favorecer una desinformación en la que se ignore el drama del sufrimiento, ni de caer en un optimismo ingenuo que no se deja afectar por el escándalo del mal … por el contrario, que todos tratemos de superar ese sentimiento de disgusto y de resignación que con frecuencia se apodera de nosotros, arrojándonos en la apatía, generando miedos o dándonos la impresión de que no se puede frenar el mal”.
El Santo Padre se mostró propició a “contribuir a la búsqueda de un estilo comunicativo abierto y creativo, que no dé todo el protagonismo al mal, sino que trate de mostrar las posibles soluciones, favoreciendo una actitud activa y responsable en las personas a las cuales va dirigida la noticia”. Además invitó “a ofrecer a los hombres y a las mujeres de nuestro tiempo narraciones marcadas por la lógica de la «buena noticia»”.
Los lentes adecuados
En otro apartado, el Obispo de Roma mencionó que “La vida del hombre no es sólo una crónica aséptica de acontecimientos, sino que es historia, una historia que espera ser narrada mediante la elección de una clave interpretativa que sepa seleccionar y recoger los datos más importantes”. Y se preguntó “¿qué hacer para leer la realidad con «las lentes» adecuadas?”
Para los cristianos, continúa el Papa Francisco “las lentes que nos permiten descifrar la realidad no pueden ser otras que las de la buena noticia … leyendo las páginas del Evangelio se descubre que el título de la obra corresponde a su contenido y, sobre todo, que ese contenido es la persona misma de Jesús”.
El Santo Padre enfatizó que “Esta buena noticia, que es Jesús mismo, no es buena porque esté exenta de sufrimiento, sino porque contempla el sufrimiento en una perspectiva más amplia, como parte integrante de su amor por el Padre y por la humanidad”. Es así como “ Bajo esta luz, cada nuevo drama que sucede en la historia del mundo se convierte también en el escenario para una posible buena noticia, desde el momento en que el amor logra encontrar siempre el camino de la proximidad y suscita corazones capaces de conmoverse.”
La confianza en el Reino
Más adelante, el Sumo Pontífice habló de las parábolas que utilizaba Jesús “Recurrir a imágenes y metáforas para comunicar la humilde potencia del Reino, no es un manera de restarle importancia y urgencia, sino una forma misericordiosa para dejar a quien escucha el «espacio» de libertad para acogerla y referirla incluso a sí mismo”.
El Papa Francisco agregó que “es el camino privilegiado para expresar la inmensa dignidad del misterio pascual, dejando que sean las imágenes ―más que los conceptos― las que comuniquen la paradójica belleza de la vida nueva en Cristo, donde las hostilidades y la cruz no impiden, sino que cumplen la salvación de Dios, donde la debilidad es más fuerte que toda potencia humana, donde el fracaso puede ser el preludio del cumplimiento más grande de todas las cosas en el amor”.
Para el Santo Padre “La confianza en la semilla del Reino de Dios y en la lógica de la Pascua configura también nuestra manera de comunicar”. Es así como “Esa confianza nos hace capaces de trabajar con la convicción de que es posible descubrir e iluminar la buena noticia presente en la realidad de cada historia y en el rostro de cada persona”.
Para el Obispo de Roma “Quien se deja guiar con fe por el Espíritu Santo es capaz de discernir en cada acontecimiento lo que ocurre entre Dios y la humanidad, reconociendo cómo él mismo, en el escenario dramático de este mundo, está tejiendo la trama de una historia de salvación”. Refiriéndose al Evangelio dijo “que ha sido muchas veces «reeditado» en las vidas de los santos, hombres y mujeres convertidos en íconos del amor de Dios”.
Para terminar, el Papa mencionó que “También hoy el Espíritu siembra en nosotros el deseo del Reino, a través de muchos «canales» vivientes, a través de las personas que se dejan conducir por la Buena Nueva en medio del drama de la historia, y son como faros en la oscuridad de este mundo, que iluminan el camino y abren nuevos senderos de confianza y esperanza”.