Misa de inicio de curso celebrada en el Santuario Nacional del Corazón de Jesús en el Cerrito
Faltan algunos minutos para las 9:30 de la mañana. El Santuario Nacional del Corazón de Jesús en el Cerrito está colmado. Cientos de chicos, con sus catequistas y profesores en representación de 79 escuelas, colegios y liceos católicos de la Arquidiócesis de Montevideo, esperan ansiosamente el comienzo de Misa que se celebra a principio del año lectivo.
El padre Juan Silveira, párroco del Cerrito, y el padre Fabián Silveira, vicario de la Educación, prenden el enorme cirio pascual que se encuentra delante del altar. El cirio será parte de la homilía que se escuchará unos minutos más tarde. Se escuchan los primeros acordes y las primeras estrofas… todo esta pronto para comenzar la celebración.
Como es habitual, la eucaristía fue presidida por el cardenal Daniel Sturla, junto a él, además del vicario de la Educación y el párroco del lugar, concelebraron varios sacerdotes, muchos de ellos directores o encargados de distintos centros educativos católicos de Montevideo.
Los signos del cirio pascual
La homilía, como no podía ser de otra manera, tuvo un fuerte contenido pedagógico pensado principalmente para los niños y pre adolescentes que eran la inmensa mayoría de los asistentes. El cardenal Daniel Sturla comenzó sus palabras preguntando a los chicos por los signos del cirio pascual que tenían delante.
El arzobispo primero hizo referencia a las letras alfa y omega, del alfabeto griego, y preguntó “¿por qué estarán estas dos letras?”. Una joven contestó que eran las letras del principio y el fin de dicho alfabeto. Entonces el arzobispo agregó “bien, Jesús marca el principio y el fin de toda la historia de los seres humanos, y también el principio y el fin de la historia de cada uno de nosotros”.
Sobre esto, el prelado añadió que “venimos de Dios que nos ha amado y por eso fuimos creados, con la colaboración de papá y mamá, y vamos hacia el encuentro definitivo con Él”. Y remarcó que el número 2018, escrito en todo cirio pascual, significa que “este año también queremos vivirlo con Cristo Resucitado desde principio al fin”. Concluyó la primera parte de la alocución explicando que “el cirio pascual representa a Jesús Resucitado desde los primeros tiempos de la Iglesia”.
La alegría de la Resurrección
En la segunda parte de su homilía, el cardenal Daniel Sturla hizo énfasis en la lectura del Evangelio, donde se relata la aparición de Jesús Resucitado a sus discípulos. Remarcó que en el primer momento los discípulos “no podían creer que estaban viendo a Jesús, ellos lo habían visto morir, y todavía crucificado, hasta el último aliento, hasta el último suspiro, hasta la última gota de sangre”.
Otro detalle que marcó el arzobispo fue que “los discípulos pensaron que podía ser un espíritu, un fantasma». Explicó que Jesús para demostrar que no era un espíritu o un fantasma “les dijo soy yo, y mostró las marcas en las manos, en el costado y en sus pies. Pero además comió”. Se detuvo sobre este último punto “Resucitado, Jesús ya no necesitaba comer, pero quiso hacerlo para dejar claro que no era un fantasma. Él era el mismo Cristo con el que ellos habían estado, con su cuerpo glorificado”. Enfatizó además que el Evangelio usa una frase hermosa para describir la experiencia de los discípulos ante Jesús Resucitado:“no podían creer de la pura alegría”.
El anuncio que cambia la vida
Más adelante, el cardenal Daniel Sturla quiso hablar sobre el testimonio cristiano. Contó que el día anterior había estado en el velatorio de un joven, perteneciente a una Iglesia cristiana no católica, asesinado en una parada de ómnibus, en un intento de robo.
Agregó el prelado que en el velatorio, realizado en la iglesia a la que pertenecía la familia del joven, el pastor de la comunidad predicó sobre la palabra de Dios “e hizo un anuncio lleno de esperanza acerca de este chico y de la Resurrección”.
Siguiendo el relato, el arzobispo dijo que quedó muy impactado por el mensaje del pastor, al que los padres presentes allí asintieron, que dijo “nosotros queremos que agarren a los asesinos, sí claro que lo queremos, pero no para que la pasen mal sino para anunciarles a Cristo Resucitado, anunciarles el Evangelio”. “Ellos decían cuando estén presos les vamos a ir a anunciar a Cristo”, subrayó.
Sobre el final de la homilía, el cardenal Daniel Sturla recordó la última frase del Evangelio de la Misa, “Jesús dice que hay que ir a anunciar la buena noticia y al final les dice a sus discípulos ‘ustedes serán mis testigos’. Les dijo a los alumnos allí presentes “hoy esta palabra Jesús se la dice a cada uno de ustedes, que creen en Cristo Resucitado, porque en la escuela, en el colegio, ustedes son los que conocen a sus compañeros y profesores, saben que hay algunos que creen y otros que no”.
El arzobispo se preguntó “¿cómo dar testimonio?”. Y reflexionó “yo lo vi con la experiencia de estos padres. Que a pesar del dolor decían, ‘sí, yo quiero ir y anunciar el Evangelio a quienes lo causaron. Porque si ellos conocen a Jesús sus vidas pueden empezar a cambiar’.
En el final de la celebración, el cardenal Daniel Sturla entregó a cada uno de los colegios, en manos de dos de sus alumnos, el libro Iniciación cristiana y cambio de época para ser usado en las pastorales de los distintos institutos católicos de educación.