Desde 2016 ambas instituciones participan en una respuesta colectiva contra la violencia en el deporte
«El vínculo entre el Ministerio del Interior con la Iglesia Católica de Montevideo, por el programa Pelota al Medio a la Esperanza, surge desde el comienzo del proyecto en 2010 (…). En 2016 hubo una reunión con el Cardenal Daniel Sturla para profundizar aún más el vínculo para poder trabajar en conjunto de manera más organizada”, cuenta Agustín Iparraguirre, director de Pelota al Medio a la Esperanza.
Este programa está en la órbita del Ministerio del Interior y, desde el año 2010, busca la prevención de la violencia en niños y adolescentes que viven en contextos críticos.
El programa surgió a partir de una situación de violencia que hubo en un partido clásico en el año 2010, un problema entre hinchas en la tribuna Olímpica. “Las autoridades manifestaron que iban a poner, para el siguiente partido, vallas que separaban la tribuna para evitar el contacto entre rivales”, recuerda Iparraguirre. Fue así que las autoridades del Ministerio del Interior vieron que la solución no pasaba simplemente por crear pulmones con vallas en las tribunas, sino que era necesario generar un espacio de reflexión con los jóvenes y hacer un cambio cultural en el tema de la violencia en el deporte.
En la actualidad se trabaja en escuelas y liceos públicos y, en convenio con la Unión de Rugby del Uruguay, se colabora en la rehabilitación de privados de libertad de las cárceles Punta de Rieles y Comcar a través del deporte.
Proyecto “Moña” y “Liceos”
En el sistema educativo formal, Pelota al Medio a la Esperanza trabaja mediante la creación de vínculos a través del deporte, la sana convivencia y espacios de reflexión. “Trabajamos con el Programa de Alta Dedicación Operativa (PADO), un sistema de la policía montevideana que se dedica a identificar los ‘puntos calientes’ o zonas con incremento de delitos violentos. Ellos nos pasan año a año sus informes, donde dice en qué barrios hay mayores problemas de violencia para poder ir a escuelas y liceos de esas zonas”, señala el director del programa.
En las escuelas se lleva a cabo el proyecto “Moña”, con 4°, 5° y 6° año de primaria, en el que participan 1.600 niños por semana. Se llevan a cabo talleres, espacios de recreación y práctica de deporte: hockey, fútbol, básquetbol y rugby. En secundaria participan alumnos de ciclo básico (1°, 2° y 3° de liceo). Se organizan campeonatos deportivos, talleres, charlas y espacios de convivencia con otros liceos de las zonas.
“Son lugares donde vemos la necesidad de una mayor presencia y colaboración por parte del Estado y de privados, para poder generar espacios seguros y sanos para poder hacer deporte, estudiar, generar buenos vínculos y amigos”, agrega el Iparraguirre.
En todas las canchas
La Iglesia Católica de Montevideo es una de las instituciones que colaboran con el desarrollo de estas propuestas formativas. “El primer centro educativo católico con el que tuvimos contacto fue el Liceo Juan XXIII, que nos prestó sus instalaciones en el centro y en el complejo Los Manzamos, en Melilla (…). Gracias a la ayuda de la Iglesia Católica tuvimos un crecimiento enorme del programa”, afirma el director del programa.
Luego, en 2016, ambas parter decidieron formalizar aún más el vínculo generado y realizaron una alianza en donde se sumaron más colegios católicos. Estos colaboran con sus instalaciones —salones de clase o campos deportivos, lo que permite al programa ahorrarse el pago de un alquiler— o con voluntarios que se suman a los equipos de trabajo. Por ejemplo, hace pocas semanas un grupo de jóvenes de Universitarios para el Desarrollo Uruguay compartió una jornada en la Escuela 350 de Casavalle, donde pintó las instalaciones y realizó algunas actividades con los chicos y sus maestras.
De acuerdo con información publicada por el programa, más de 1.000 niños y jóvenes participan en actividades en alianza con la Iglesia Católica de Montevideo.
«El programa me parece fantástico. Porque trata de tomar algo que a los chicos les gusta —el deporte, el juego— y a través de eso, educar», considera el Cardenal Sturla, en un video producido por Pelota al Medio.
A su modo de ver, esta iniciativa «es de las experiencias más lindas que se están haciendo por parte del Estado y con ayuda de particulares. Trata de limar las asperezas y crear círculos positivos y virtuosos contra los círculos viciosos».
2 Comments
Han aparecido grandes programas que se van llevando a cabo con grandes esfuerzos y que siembran inquietudes muy buenas.A no desfallecer–seguir adelante aunque cueste ahora-las satisfacciones serán muy grandes–ADELANTE SIEMPRE-
Es propio de nuestra Iglesia católica, la de Uruguay, la uruguaya, estar junto al que necesita, y potenciando su quehacer junto al Estado y gobierno, seguro el resultado es más favorable para los destinatarios, los jóvenes aquí, para que sean más felices o menos infelices ahora, y avancen en su vida más armónicamente, que les espera hacerse cargo del país en el futuro…