Nuevo documental de Juan Manuel Cotelo
La narrativa es una disciplina paradójica, que convive con el cuestionamiento de sus propios límites: parte del desafío de contar algo relevante radica, no tanto en generar contenidos originales, como en hallar estrategias eficientes para presentar de manera novedosa una y otra vez la misma historia. Algo similar ocurre con los llamados “géneros”, que operan como orientadores para el público al categorizar un determinado producto en uno u otro compartimiento. En ese sentido, no es lo mismo hablar, por ejemplo, de una comedia, un thriller o un documental. El espectador, enfrentado al menú de opciones, elegirá según sus preferencias. Lo interesante de esta dialéctica es que, al mismo tiempo, resulta aplicable en su totalidad la frase que abre este comentario. Cada tanto aparecen productos cuya originalidad y atractivo radican en cuestionar los límites del género. Es el caso, justamente, de Footprints —“huellas” en español—, el nuevo documental de Juan Manuel Cotelo distribuido en países de habla hispana con el subtítulo El camino de tu vida
Footprints es un documental, es verdad. Pero es mucho más que simplemente eso. A pesar de estar clasificada en este subgénero, y cumplir también con sus códigos, por el estilo narrativo y la naturalidad de los protagonistas de la aventura, tan convincentes que llegan a parecernos personajes de ficción, resulta una road movie -un género cinematográfico cuyo argumento se desarrolla a lo largo de un viaje—, donde el camino recorrido es tan físico como espiritual y emocional. El espectador comparte con ellos la belleza de un paisaje único, el cansancio, la alegría, el esfuerzo, la tensión y el impacto emocional de la experiencia.
Vayamos al argumento. Footprints narra la travesía de un grupo de peregrinos provenientes de Arizona, quienes transitan el Camino de Santiago a lo largo de cuarenta días, recorriendo a pie unos 900 kilómetros. El detonador de la aventura fue un anuncio publicado por Sergio, sacerdote español en tierras extranjeras, quien quería cumplir su sueño acompañado por otros diez hombres. De más está decir que la invitación no era muy alentadora. El texto decía: “Se buscan personas dispuestas a caminar 1.000 kilómetros, durante 40 días. No se ofrecen garantías de llegar al destino, pero sí se prometen jornadas de sufrimiento intenso, con frío y calor en proporciones iguales. Las lesiones musculares y las ampollas son más que probables, así como el desaliento que invitará a abandonar el plan. Se dormirá poco, algunas noches sobre el duro suelo o en un saco bajo la lluvia…”. Los diez compañeros de camino aparecieron, dispuestos a encontrar en ese trayecto “el sentido de la propia existencia”.
De allí en más, las luchas interiores y la motivación de cada uno de los peregrinos operan como un compás emocional, gestor de cambios y aprendizajes. Apoyada en ellas, la narrativa se vuelve fluida, amena, y logra mantener el interés del espectador, tornando a este documental no en un film “necesario”, de esos a los cuales tenemos la obligación de asistir para superar una instancia educativa tediosa, sino en uno divertido, entretenido, motivador.
En palabras del Padre Sergio, estaba presente en la convocatoria la intención de recuperar el auténtico sentido religioso del Camino de Santiago, en una peregrinación donde la fe jugara un papel central. Footprints atraviesa el País Vasco, Cantabria, Asturias, Galicia, recorriendo el Camino del Norte, el más exigente y largo de todos los que conducen a la ciudad de Santiago de Compostela, donde se encuentra la tumba del apóstol. A través de hermosísimos escenarios, de superar dificultades físicas, anímicas y espirituales, estos peregrinos de Arizona van creciendo en fortaleza, profundidad, humildad. Expuestos a las inclemencias, a las fuerzas de la naturaleza, a sus propias limitaciones y las de sus compañeros de aventura, a prestar o necesitar ayuda, encuentran el camino para abrirse a un encuentro más profundo con Dios.
Una mención aparte merece el aspecto técnico, marcado por la agilidad del guión y la excelente fotografía. Hay tomas aéreas que dejan sin aliento al espectador y lo hacen sumergirse en la escena. La pericia de los realizadores también se demuestra en la forma en que el “autor” se vuelve invisible, dejando los primeros planos para los protagonistas. La solución del equipo creativo para cortar la trama con segmentos de animación que explican la vida del apóstol Santiago, el legado de San Francisco de Asís o la historia de la Virgen de Covadonga, está muy bien seleccionada.
El realizador concreta una vez más en este trabajo su vocación de posicionar películas cristianas que se vean en plataformas que no son explícitamente religiosas. En palabras de Cotelo: «Yo quiero que cuando una persona vaya al cine se encuentre una película del Hombre Araña, una película del Capitán América y al lado hay un póster para una película que sea católica. Porque eso es evangelizar también».
A lo largo de su marcha, desde las butacas del cine, acompañamos a los peregrinos en cada etapa del camino, y con ellos experimentamos también la alegría aunada a la tristeza, de la llegada. Como ellos salimos de la sala cinematográfica fortalecidos con la convicción de que este camino, que vicariamente recorrimos, nos ha dejado enseñanzas para aplicar en nuestra peregrinación hacia la Eternidad, la peregrinación de nuestra propia vida.
Footprints es una película que deja huellas marcadas.
Por Laura Álvarez Goyoaga
Proyecciones confirmadas:
Lunes 28 de Noviembre –Movie Punta Carretas 20 horas
Martes 29 de Noviembre – Movie Montevideo 20 horas
Miércoles 30 de Noviembre – Movie Portones 20 horas