Hoy se celebra del "Pobrecillo de Asís".
San Francisco de Asís nació en Italia en el año 1181 y falleció el 3 de octubre del año 1226 en Asís. Es considerado patrono de los animales, la ecología y los comerciantes. Su fiesta se celebra en todo el mundo.
Compañero de camino
Los santos son personas que vivieron en el mundo pero que no se dejaron transformar por él, sino que motivados por la fe y el amor a Jesús, vivieron según el Evangelio.
En estos tiempos puede resultar difícil entender la vida de quienes ya gozan de la eterna presencia de Dios. Las personas pasan, pero el mensaje de Jesucristo queda; siempre es actual, nunca pasa de moda.
En el Evangelio están las respuestas que el ser humano necesita para vivir según la voluntad de Aquel que lo creó. Fue creado para ser feliz, fue creado por y para un propósito específico. Fue creado para vivir en fraternidad, para no estar solo.
El 4 de octubre se celebra la fiesta de uno de los santos más populares: Francisco de Asís. Su obra y su mensaje de paz y bien nacieron en la Edad Media, sin embargo continúan vigente.
Francisco no tuvo una vida exenta de pruebas ni dificultades. Soñó, sufrió, luchó por sus ideales y, de la mano de Dios, vivió la vida que Él le tenía preparada desde siempre.
Es uno de los santos que nos demuestra día a día que Dios no nos abandona.
Experiencia de Cristo
La sabiduría del pobre de Asís es fruto de la experiencia y de la prueba. Maduró en el recogimiento y en el despojamiento durante el tiempo. Se sintió responsable de la forma de vida que Dios le reveló y encomendó a través del Evangelio.
Padeció el sentimiento de fracaso, pero Dios lo esperaba allí; uno de los tantos momentos de purificación. A través de las lágrimas y la turbación llegó la paz y la alegría. Reveló a sus seguidores, y hoy le dice al mundo, que la pobreza evangélica es aquella en la que el ser humano acepta la realidad humana y divina en toda su dimensión.
Dios le mostró, durante su juventud, la vanidad en la que estaba viviendo . Y él se volvió más atento a las llamadas más profundas: a la del leproso que encontró y besó a pesar de su repugnancia; a la del crucifijo de San Damián, en el que oyó las palabras de Jesús: “Francisco, vete, repara mi casa que amenaza ruina”. Su capacidad de sentir se agudizó y, al mismo tiempo, se transformó en una capacidad inmensa de sufrimiento.
Hermana Clara
Acercarse a la vida del Pobre de Asís tiene como resultado un cambio en la forma de mirar la historia y los acontecimientos. Todos quienes han leído sus cartas, mensajes y su vida, experimentan un verdadero encuentro con el Creador y las creaturas. Su vida simple, compartida con sus hermanos frailes, sigue siendo ejemplo de esperanza, fe y alegría en este siglo.
El libro del francés Eloi Leclerc- religioso franciscano- Sabiduría de un pobre, recoge el más puro y auténtico mensaje de Francisco. Los encuentros con sus hermanos, la experiencia de soledad y abandono, la ausencia de paz, el encuentro con la naturaleza, y la certeza de que solo Dios basta, son sus principales asuntos.
Santa Clara de Asís también está presente en el libro de Leclerc. Es quien siempre acompañó a Francisco desde la fundación de la Orden de las Hermanas Pobres, más conocidas como Clarisas, en el año 1212. El santo de Asís recurría a ella en todo momento, sus consejos y sus oraciones aliviaban sus penas, y lo animaban a seguir la voluntad de Dios.
Uno de los pasajes del libro, titulado “la última estrella”, cuenta uno de los duros momentos que Francisco logró atravesar gracias a su ayuda, a pesar de la distancia. Clara transmitía fe, sus oraciones y la certeza del inmenso amor de Dios, fueron siempre el auxilio del fundador de la orden.
“Nuestro padre está en peligro, pero la mano de Dios no lo ha dejado. Es ella la que lo conduce. Seguramente, Dios quiere purificarlo como el oro en el crisol. Y nos lo devolverá más resplandeciente. El amanecer de Dios en su alma es más cierto que el de la aurora sobre la tierra”. Clara a Fray León.
Saludo de paz y bien
Con motivo de esta fiesta que celebra toda la Familia Franciscana, el General de la Orden de los Hermanos Franciscanos Conventuales, Carlos Trovarelli, compartió un mensaje.
“Quiero saludarles en esta nueva solemnidad de San Francisco de Asís, deseando a cada uno la alegría de pertenecer a la familia conventual y a la gran familia franciscana; una familia llamada a renovarse constantemente en la calidad de su vida y de su misión.
Evangelio y fraternidad son nuestra forma de vida y misión. De ello se desprende que la misión, según el estilo conventual, no corresponde a una simple suma de compromisos de evangelización, sino a un compromiso fraternal hacia el mundo; al compromiso de “ofrecer fraternidad” y “ofrecerse en fraternidad” mientras se anuncia el Evangelio.
Un Evangelio anunciado no de “cualquier” forma, sino como una fraternidad misionera, pero de forma fraterna y menor, es decir, de forma evangélica. No se trata sólo de vivir en fraternidad y “ofrecer” algo al mundo mientras tanto, sino de ofrecer “fraternidad” al mundo mientras -siempre en comunidad- nos “entregamos” en nuestros servicios ministeriales y laborales”.