Entrevista al Arq. Diego Neri, restaurador arquitectónico de varios templos católicos en Uruguay
Su primer acercamiento a la arquitectura de la restauración fue en 1995, para una residencia, propiedad de un funcionario de la ONU: “Coleum et Mare”, sobre la calle Mar Antártico, en el barrio Punta Gorda de Montevideo. A lo largo de los años, a través de su trabajo, fue desarrollando equipos de trabajo para muchos oficios perdidos como pedreros, marmoleros, broncistas, carpinteros y restauradores en general, vitralistas, escultores, entre otros. Con su estudio de Arquitectura, Diego Neri ha trabajado en varias restauraciones de templos católicos y centros educativos en Montevideo y en el interior del país. Cuenta que un punto de inflexión en su vida, especialmente en su vida de fe, fue cuando le tocó trabajar en la restauración integral de la Capilla – Santuario Beata Madre Francisca Rubatto, en el barrio Belvedere, en el año 2000. En la siguiente entrevista con ENTRE TODOS, el Arq. Neri habla de restauración arquitectónica, sus trabajos en templos de Uruguay, su trabajo como servicio para la sociedad y en qué proyectos está trabajando en la actualidad.
¿Cuáles fueron sus orígenes con la arquitectura religiosa?
Es claro que la arquitectura religiosa en nuestro medio y en el mundo es el mayor exponente en cuanto a los valores del desarrollo artístico, con el agregado de la necesaria perdurabilidad. Los templos como espacios de simbiosis entre la vida terrenal y la espiritual, son un lugar de acogida y refugio que perdura a lo largo del tiempo y debe permanecer viva.
El humano de la época debe proteger y darle la continuidad que nos legaron nuestros padres, para dejar a la descendencia. Cada vez que se reconstruye una bóveda, un arco, una pilastra, que se restaura una moldura de una cornisa, que se devuelve el perfil a una forma original, es en cierta manera un acto de resurrección de la arquitectura y a los que profesamos la religión católica, este gesto técnico-artístico, nos conduce inexorablemente a Dios.
Esta conexión entre las formas y la religión tuvo en mi persona una inflexión, su punto más alto, en el año 2000 cuando nos encargaron el proyecto ejecutivo y construcción de la restauración integral de la envolvente, tanto exterior como interior, de la Capilla – Santuario Beata Madre Francisca Rubatto, en el barrio Belvedere. Allí se realizaron tareas de recuperación en sus carpinterías, mármoles, superficies estucadas, murales y bronces, entre otras tareas.
Haber sido parte tangible de una veneración a la santa al trasladar sus restos –personalmente tuve la bendición de llevar la urna- a su descanso final en el santuario, fue un impacto en mi religiosidad inimaginable. Ha sido uno de esos momentos de la vida en que confluyen la vocación y la espiritualidad, y sobre todo entender que mi camino estaba marcado, en esa dirección.
¿Cuál cree es el valor patrimonial del arte y la arquitectura católica en Uruguay?
En la historia universal, la arquitectura religiosa, por su importancia necesaria y obvia, es el eje fundamental del valor patrimonial de la arquitectura toda.
Uruguay no escapa a ello, donde desde sus inicios, ya desde la conquista, cada objetivo contenía un fin religioso, incluso en la traza para la formación de centros poblados, según Leyes de Indias, toda la ciudad surgía de los edificios emblemáticos de la plaza pública como la Catedral y el Cabildo de Montevideo.

Arq. Neri y parte de su equipo de trabajo. F. GUTIÉRREZ
¿En qué templos uruguayos ha trabajado en su restauración?
Como son muchos años de actividad, la lista es muy extensa, pero puedo nombrar algunos de los más importantes según su ubicación, tanto de Montevideo como en los demás departamentos.
En Montevideo: Catedral Metropolitana, Inmaculada Concepción y San Felipe y Santiago; Capilla de la Medalla Milagrosa (dentro del predio de la congregación Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul); Parroquia San Francisco de Asís; Catedral de la Santísima Trinidad (conocido como Templo Inglés); Capilla del Colegio Santo Domingo (de la congregación de las Hermanas Domínicas); Santuario del Señor Resucitado; Parroquia San Ignacio de Loyola; Parroquia San Juan Bautista; Capilla de Nuestra Señora de Luján (conocida popularmente como Iglesia San Expedito); Santuario Virgen de la Medalla Milagrosa y San Agustín; Nuestra Señora del Carmen y Santa Teresita; Santuario Beata Madre Francisca Rubatto; Parroquia Inmaculada Concepción; Parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y San Alfonso; Capilla Liceo Jubilar Juan Pablo II y la Capilla Cottolengo Don Orione.
En el interior del país trabajó en la Catedral San Fructuoso (Tacuarembó), Catedral Nuestra Señora de Guadalupe (Canelones), Parroquia Cristo Obrero y Nuestra Señora de Lourdes (Atlántida), Catedral Basílica, Santuario Virgen de los Treinta y Tres (Florida), Catedral Basílica Santuario Nacional de San José (San José de Mayo), Catedral Nuestra Señora de las Mercedes (Mercedes) y Parroquia Nuestra Señora de los Dolores (Dolores).
¿En qué condiciones de mantenimiento se encontraban estos templos, en general?
El estado de mantenimiento en general era bastante disímil en cada uno de los casos abordados. Lo que puedo decir claramente es que el estado en que se encontraban los templos hace treinta años era sensiblemente más deteriorado que el estado en el que se encuentran algunas construcciones ahora, lo cual enorgullece a la iglesia toda ya que, con muchas dificultades económicas, se han podido efectuar los trabajos de puesta en valor y restauración.
Muchos de estos recursos se han conseguido mediante un proyecto general de restauración, en etapas. Estos trabajos han permitido contar con una valoración económica que sirvió de faro para el camino a seguir, mostrando a los benefactores la meta y los avances logrados en cada etapa.
En sus trabajos de restauración ¿ha encontrado muchas piezas, imágenes o elementos de gran valor simbólico o arquitectónico?
Si, sobre todo los trabajos relacionados con nuestros Santos. Como ya mencioné, la Santa Madre Francisca, la Virgen de los Treinta y Tres en la Catedral de Florida, la que tuve también la bendición personal de trasladar para los trabajos de restauración.
A su vez, la creación del nicho donde descansan las Beatas Dolores y Consuelo Aguiar-Mella Díaz, incorporadas en el baptisterio de la Catedral Metropolitana, nos implicó el gran desafío de lograr incluirlas en la composición clásica de un recinto perfectamente acotado en sí mismo.
La gran cantidad de intervenciones a lo largo de estos años nos ha puesto siempre en la alegría de servir a Dios y aportar nuestro granito de arena para dar su mayor gloria mediante la resolución de desafíos nuevos, con realidades socio-económicas y culturales de distinta índole que enmarca cada obra, analizado de forma particular en cada una de ellas.
¿Cuáles son los principales desafíos a la hora de restaurar este tipo de obras arquitectónicas?
Cada obra y su marco social, de recursos, de inserción urbana, de estado de conservación, de prioridades constructivas y/o de funcionamiento, desata una serie de problemáticas a resolver, que confluyen en todos los casos en el mayor respeto por la obra original y hago referencia no solamente a su arquitectura, si no a sus necesidades espaciales y de funcionamiento, adaptadas en todos los casos a la realidad del momento que se construye.
¿Cuáles son los templos que le parecen más interesantes a nivel arquitectónico en la ciudad de Montevideo? ¿Y del interior del país?
De Montevideo, destaco las obras proyectadas y realizadas para la Parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y San Alfonso, en la calle Tapes esquina Jujuy. Se llevó a cabo en el año 2004.
Para mí, desde el inicio, fue de trascendencia personal porque mis padres se casaron allí. Realizamos la restauración decorativa pictórica original de parte de su envolvente interior y la reforma de su presbiterio, así como un exhaustivo estudio de sus requerimientos lumínicos, tanto en su fase técnica como sensorial. Fue un enorme desafío incorporar su nuevo altar, ambón y sede, en un diseño existente que fue pensado para la celebración de espaldas al pueblo. Grande fue mi sorpresa cuando muchos años después, hace poco, recorriendo referentes, pude ver que la resolución al mismo problema, en Saint-Germain des Prés (París) ha sido muy similar a la encontrada.
Otra obra de gran sensibilidad visual y muy poco conocida es la Parroquia del Santísimo Salvador en la Tala (Canelones). En especial, la conformación de sus retablos y cielorrasos. Son obras que destacan elementos artísticos únicos, que tuvo la bendición de no haber sido modificada luego del Concilio, permitiendo hoy descubrir la belleza de la sobriedad de su arquitectura original.
¿En qué proyectos está trabajando en la actualidad?
En Montevideo estamos con una de las etapas de la Capilla del Colegio Santo Domingo, en la calle Rivera, con trabajos asociados a temas de reparación de patologías en su envolvente. A su vez, en el Santuario Nacional del Sagrado Corazón de Jesús estamos llevando a cabo una intervención que implica un desafío complejo de diseño.
En el interior del país, estamos en Canelones, con diversos proyectos y obras, en distintas localidades. En la Catedral Nuestra Señora de Guadalupe (Canelones) estamos finalizando una de sus etapas, donde se trabajó a nivel de su fachada, siendo transformada notoriamente su imagen antes y después de su intervención, ya que al estar inserta en un punto álgido de su centro, recibía altos grados de polución producto de los gases de combustión del tránsito y del propio paso del tiempo.
En Atlántida, estamos trabajando en la Parroquia Cristo Obrero y Nuestra Señora de Lourdes, la emblemática construcción del maestro Eladio Dieste; allí trabajando dentro del proyecto para su nombramiento como Patrimonio Mundial ante la UNESCO. Fue postulada en el año 2018 y mediante una estructura organizada de gestión integrada por un comité ejecutivo, un comité deliberativo, junto a otras organizaciones no gubernamentales relacionadas de una forma u otra a la Iglesia de Atlántida.
En Lagomar, estamos desarrollando un proyecto para una parroquia con su templo, los salones parroquiales y vivienda, ahora en etapa de proyecto ejecutivo sobre la Av. Giannatasio. En Barros Blancos, luego de finalizado su proyecto de obra nueva, estamos con la Capilla del Sagrado Corazón, un templo de muy escasos recursos, que estamos empezando a construir en un predio de la Ruta 8. Siempre es una alegría generar un nuevo mojón, especialmente en un barrio con el crecimiento exponencial de Barros Blancos.
Algo para agregar…
No quiero dejar de mencionar nuestra tarea en diferentes instituciones educativas como Fundación Sophía, Universidad Católica y diferentes colegios particulares, que tenemos el honor de servir, y que en definitiva es un primer aporte a la esencia de nuestra religiosidad. Asimismo, quiero destacar la labor del equipo que tenemos en el estudio, donde cada persona está profundamente involucrada con este camino, donde todos nos unimos para el mejor servicio. Sabemos la trascendencia de cada desafío, y por eso damos lo mejor de nosotros: Arq. Antonia Hierro, Arq. Rosina Urroz, Arq. Diego Marconi, Arq. Gabriela Mallek, Martín De León y Arq. Diego Neri.