Entre el 22 y el 26 de agosto de se llevó adelante, en la ciudad de Dublín, la novena edición del Encuentro Mundial de las Familias. Este evento une a familias católicas de todo el mundo y es una oportunidad para reflexionar sobre la realidad familiar, sus desafíos y oportunidades en la actualidad.
Durante los días del encuentro se realizaron talleres, seminarios, conferencias y distintos tipos de talleres que trataron un amplio abanico de temas que involucran a la familia. La cita mundial de las familias católicas tuvo su punto más alto en el fin de semana del 25 y 26 de agosto. El sábado se vivió el Festival de las familias y el domingo la Misa conclusiva del Encuentro, en ambos el Papa estuvo presente.
Entre los casi 40000 inscriptos en el Encuentro Mundial también estuvo la delegación uruguaya, que contó con 15 miembros entre ellos una bebé. Entre todos recogió el testimonio de 3 integrantes de la delegación: Mons. Jaime Fuentes, Obispo de Minas y Presidente de la Comisión Familia y Vida de la CEU; la Mag. Patricia Schroeder; y el matriminio de Gustavo Rodríguez y Mónica Suárez, encargados de la Pastoral Familiar en la Arquidiócesis de Montevideo.
Un encuentro inolvidable
Para Mons. Jaime Fuentes el momento más removedor del Encuentro de Familias fue la celebración de la Santa Misa, la calificó como “inolvidable”. Subrayó que miles de personas (se estima medio millón), “desafiaron un tiempo realmente ingrato, por ratos de lluvia, por ratos de sol”, para estar presentes en la celebración.
Según el Obispo de Minas lo importante era acompañar al Sucesor de Pedro, “estar unidos a él”. “Personalmente me resulta difícil hacer algún tipo de balance ahora, porque todo lo ocurrido requiere un poco de tiempo y serenidad”, añadió, haciendo referencia a la carta de un ex nuncio publicó ese fin de semanas haciendo referencias al Papa Francisco.
Como Presidente de la Comisión familia y Vida de la CEU se sintió impresionado por “la unidad junto al Sucesor de Pedro, unidad que era efectiva y afectiva, y entiendo que es el único camino lógico que debemos vivir en la Iglesia siempre”. “No hay otro camino en la Iglesia que estar muy cerca de Pedro. Y sostenerlo con la oración y con la cercanía”, agregó.
Los católicos están con el Papa
En opinión de Patricia Schroeder, coincidiendo con Mons. Jaime Fuentes, “una de las conclusiones de este Encuentro es que los católicos están con el Papa y rezan por él, sobre todo en las situaciones difíciles”. Y añadió: “la gente sentía la necesidad de estar más comprometida con la Iglesia y con el Papa”.
Relató que los temas que se trataron fueron los que involucran a la familia y su dificultades en el día a día, las crisis matrimoniales, la crianza de los hijos y todo en el contexto de la exhortación Amoris Laetitia. También subrayó que en los talleres “se hizo énfasis en que en la Iglesia se encuentra un camino de salvación para todas esas situaciones difíciles, dolorosas”.
Para Schroeder, un tema al que hizo referencia en muchos momentos fue el la tecnología “como por un lado nos permite llegar al mundo global, y por otro como impacta en la generación z”. También hubo conferencias orientadas al tema del individualismo y el mundo del descarte, “si no nos sirve el matrimonio se rompe, si un niño va a nacer en un contexto de pobreza se lo descarta, si una persona tiene una enfermedad invalidante se la deja al costado”. Justamente sobre esta temática destacó una charla centrada en el tema de la discapacidad; en ella hablaron una joven con parálisis cerebral y un chico con Síndrome de Down.
Destacó Patricia Schroeder que fue un encuentro muy cercano, “con temas de hoy para familias de hoy. Ves que el papa está muy metido en el mundo de hoy y nos pide que nos conectemos con él en esta realidad”.
Testigos del amor de Dios
Otro de los ámbitos de reflexión en las charlas fue el testimonial. En esta dimensión Schroeder hizo énfasis en los testimonios de matrimonios de 25 o 50 años de duración, de diferentes lugares del mundo, además de familias con sus hijos y el trabajo de una multitud de voluntarios. Además valoró el testimonio de gente que vive situaciones críticas, muy graves como la guerra o la persecución.
Para finalizar dijo: “Te encontrás con familias católicas de los 5 continentes. Y el encuentro es un gran espacio de inclusión (distintos idiomas, edades, capacidades) y todo previsto para que nadie se sintiera excluido. Era sentir fuertemente eso de la iglesia como familia de familias. Todos nos recibieron con calidez”.
La alegría de vivir la fe en familia
Para Gustavo Rodríguez y Mónica Suárez, matrimonio encargado de la Pastoral Familiar de la Arquidiócesis de Montevideo, los Encuentros Mundiales son una instancia principalmente de confraternizacion. “Es muy enriquecedor compartir breves charlas con hermanos de distintos países que comparten la fe y la alegría de vivirla en familia”, dijo Gustavo.
Como los demás componentes de la delegación uruguaya, tuvieron la oportunidad de acudir a diferentes talleres y ponencias. Una de la que más los impactó fue la brindada por el Cardenal Oscar Rodriguez Madariaga, Arzobispo de Tegucigalpa, que expuso sobre la revolución de la ternura a la que invita el Papa Francisco.
Para ambos resultó novedosa la exposición de la Dra. Mary Aiken, asesora académica para el Centro Europeo de ciber crimen de Europol Irlanda, que puso énfasis en asumir Internet como un espacio “en el cual pasamos parte de nuestra vida y que tiene consecuencias en la vida real”. Enfatizó Aiken que la red “es un espacio nuevo, con códigos diferentes y que es importante conocer y regular para un uso responsable y saludable”.
Además, la Dra. Aiken entiende que Internet es un espacio para estar presentes y evangelizar. “Cuando se enfoca en la familia y sus vínculos, es un lugar lleno de posibilidades para estar conectados, fundamentalmente acortando distancias. Pero también presenta riesgos especialmente para los bebés, para los niños y adolescentes, expuestos cada vez más tempranamente a las pantallas”, remarcaba Gustavo Rodríguez.
También el matrimonio encargado de la Pastoral Familiar en Montevideo pudo participar de una ponencia de Fr. Leo Patalinghug, sacerdote, chef y escritor que invitaba a transmitir la fe con alegría, a través de su buen humor y el carisma para la cocina.
El Evangelio de la familia
Luego, el matrimonio pudo concurrir a la conferencia del Obispo Robert Barron “El evangelio de la familia”. Allí se presentó a la familia como escuela de virtudes donde se aprenden los valores. Aseveró el obispo que la educación moral no tiene lugar sin la formación y disposición a la virtud. El desarrollo de la virtud implica corrección, práctica, ensayo y error, modelos a seguir. “La virtud nos hace libres. Cuando la virtud es nuestro juego, puedes jugar libremente”, sostuvo.
Siguiendo el relato de esta conferencia, Rodríguez dijo que “La libertad no es una pausa a la verdad sino su resultado.Vivir como quiero nos hace esclavos. Aprender implica mucha corrección para desarrollar la virtud. Quien es corregido se siente cuidado sabiendo que se confía en su potencial. Si mi decisión individual se transforma en mi guía, no tendré criterio para mejorar”. “El obispo mostraba a los santos como modelos a imitar”, añadió.
También se trató en este taller el verdadero sentido de la sexualidad. Para Mons. Barron la sexualidad requiere un entrenamiento en el amor que es querer el bien del otro, salir del agujero negro de mirarme a mi mismo.”Todo apunta hoy en contra de la sexualidad que es vista como un tipo de deporte. Hoy al hablar de sexo, se habla de protección y seguridad. No se entra así en la aventura de la vida moral”, añadió el matrimonio de uruguayos.