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¡Este domingo celebramos la Solemnidad de Corpus Christi!

Todos estamos llamados a participar y testimoniar juntos nuestra fe en Cristo Eucarístico.
La celebración de Corpus Christi será este domingo. Fuente: R. Fernández

La solemnidad de Corpus Christi es una de las celebraciones más importantes que tenemos dentro del calendario litúrgico. Originalmente, cada jueves posterior a la solemnidad de la Santísima Trinidad, la Iglesia Católica conmemora la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, quien se entregó por todos nosotros y nos acompaña cada día en el pan de vida. No obstante, por motivos pastorales, en algunos sitios se traslada su festividad para el domingo siguiente, como ocurre en nuestro país.

Además, este año 2024 conmemoramos los 300 años de la presencia de Jesús Eucaristía en nuestra ciudad de Montevideo, que comenzó con la primera capilla que los jesuitas, con los indios misioneros, construyeron en las actuales calles Piedras y Zabala en la Ciudad Vieja. Él ha caminado con nosotros a lo largo de nuestra historia, y ahora estamos invitados a participar y decirle "presente", para testimoniar juntos nuestra fe en Cristo Eucarístico.

Actividades para este domingo

Por tal motivo, la Iglesia Católica de Montevideo nos invita a participar de la procesión de Corpus Christi para este domingo 2 de junio, y el punto de encuentro estará en la plaza Fabini o del Entrevero (Av. Libertador y Colonia), a las 15 horas. El lema para este 2024 es "Yo soy. El que era, el que es y el que viene".

Una característica particular de esta celebración es que no tendrá una única Misa, sino que, para todos aquellos que lo deseen, podrán participar de una misa a las 14.30 horas en la parroquia San Miguel Garicoits (Vascos) y luego de la procesión y bendición eucarística otra misa en la parroquia Nuestra Señora del Carmen (Aguada).

La convocatoria para participar de la procesión es a las 15 horas en la Plaza Fabini. Fuente: R. Fernández

A partir del lema de la procesión de Corpus en este año, el Pbro. Sebastián Pinazzo nos propone una serie de tres catequesis para reflexionar sobre su significado. En la primera entrega se centra en el "Yo soy", nombre con el que Dios se presentó ante Moisés en la zarza ardiente, en Éxodo 3, 14. En la segunda parte repasa qué uso se hace de esta expresión en el evangelio de San Juan. En la tercera y última entrega, se compartirá la segunda parte del lema, a partir del libro del Apocalipsis (podrás leer su catequesis comenzando aquí).

La importancia de la comunión

La solemnidad de Corpus Christi nos recuerda la gracia de recibir la Eucaristía y los frutos que la comunión nos entrega. Por un lado, acrecienta nuestra unión con Cristo, pero también genera muchas otras gracias: fortalecer la unidad de nuestra Iglesia, alimenta nuestra vida espiritual, renovar nuestra vida de gracia recibida en el sacramento del bautismo, otorgar el perdón de los pecados veniales y preservarnos de los pecados graves, sostener nuestras fuerzas a lo largo de peregrinar en esta vida y desear la vida eterna.

Como nos enseña nuestra fe, Jesús habita con nosotros en la Eucaristía para aliviar nuestras cargas, confortarnos en nuestras aflicciones y fortalecernos en nuestros desafíos. Participar de las actividades de Corpus Christi es agradecer su infinito regalo, además de una oportunidad para adorar a Dios, vivo, verdadero y presente en la sagrada comunión.

Guía de adoración frente a Jesús

Adorar a Jesús en la Eucaristía es reconocerle como Dios, creador y salvador, Señor y dueño de todo lo que existe. La procesión de Corpus Christi es la ocasión ideal para, frente al Santísimo Sacramento, tomar conciencia de que estamos en presencia de Dios y pedirle al Espíritu Santo que nos guíe en este momento tan especial. ¡Te compartimos una sencilla guía con siete pasos para adorarlo!

  1. Invocar al Espíritu Santo. Le pedimos que nos acompañe en este momento de oración y adoración que estamos por comenzar.
  2. Alabanza. Pensamos algo concreto por el que queremos alabar a Jesús y se lo contamos (por ejemplo, "Te alabo por tu presencia real en la Eucaristía", "Te alabo por infinito amor", etcétera).
  3. Perdón. Le pedimos perdón, misericordia, por nuestros pecados de pensamiento, palabra, obra y omisión ("Perdón por mi falta de fe cuando....", "Perdón por...", etcétera).
  4. Hablamos con Jesús. Es el momento donde le contamos nuestras inquietudes y le pedimos que nos ayude a ser, cada día, más parecidos a Él.
  5. Escucha. Aprendemos a escuchar a Jesús en el silencio del corazón, ante su presencia.
  6. Ofrecimiento. Le ofrecemos a Jesús nuestras vidas para que se cumpla su voluntad. "Que se haga en mí según tu palabra".
  7. Acción de gracias. Le damos gracias por este rato de adoración ("Gracias por darme la fe", "Gracias por quedarte entre nosotros", pueden ser algunos ejemplos).

 

 
 
 
 
 
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