Se celebrará en Dublín con la participación del Papa Francisco
El martes 21 de agosto en Dublín, capital de Irlanda, se realizará la apertura del Encuentro Mundial de las Familias 2018. Esta apertura se desarrollará en forma simultánea en todas las diócesis del país europeo. El Encuentro es una oportunidad de celebrar, reflexionar y compartir una experiencia única con familias católicas de todo el mundo.
La de Dublín será la novena edición de esta reunión internacional, creada por el Papa San Juan Pablo II en 1992, y que tuvo en la ciudad de Roma, en el 1994, su primera celebración. Tanto Benedicto XVI como el Papa Francisco han continuado con este Encuentro que reúne a miles de familias cristianas. Esta edición está especialmente marcada por la exhortación apostólica Amoris Laetitia.
El cronograma
Si bien las acreditaciones y la oración especial de apertura están previstas para el martes 21 de agosto, las actividades del encuentro en sí comenzarán el miércoles 22. Desde ese día y hasta el viernes 24, se llevará acabo un congreso, con reflexiones diarias sobre el tema “El Evangelio de la Familia: Alegría para el Mundo” elegido por el Santo Padre.
Dicho congreso comprenderá un programa enriquecedor para adultos con importantes oradores, talleres, charlas, testimonios y debates; un programa motivador para los jóvenes y actividades de entretenimiento para los niños. Se celebrará la eucaristía diariamente, habrá actividades de oración, ferias, eventos culturales y conciertos de música.
Por su parte, el 25 de agosto se llevará adelante el Festival de las Familias. Comprenderá un evento, estilo concierto, en un ambiente de alegría, reflexión y oración. Será el momento para que muchas familias, de todos los continentes, compartan historias personales de fe.
El domingo 26 de agosto, con una solemne celebración Eucarística, en el Phoenix Park de Dublín, se cerrará el Encuentro Mundial de las Familias 2018 que reunirá a miles de personas de Irlanda y el mundo entero.
Un encuentro, una oportunidad
ICM tuvo la posibilidad de dialogar con Mons. Jaime Fuentes, Obispo de Minas y Presidente de la Comisión Familia y Vida de la CEU, con motivo del próximo Encuentro Mundial de las familias de Dublín.
En opinión del Obispo de Minas, para la delegación uruguaya, que está compuesta por 15 personas incluyendo a una bebé, es una oportunidad única para dialogar de la vida en familia. “el conocer la vivencia de la fe en otros países, puede ser de una profunda riqueza para quienes vayan de aquí. Ya sea en los talleres, como en los diferentes eventos, en el encuentro con el Papa y obviamente en el intercambio que se va a dar en el día a día”, agregó.
Añadió que en nuestro país “estamos viviendo un momento de crisis de la familia”, y enumeró una serie de factores como el aborto legalizado (que anualmente impide que nazcan unos 10000 bebés), la baja natalidad y el aumento de la violencia que atentan contra la institución familiar. En este sentido ve en este Encuentro Mundial un motivo de esperanza, de observar otras realidades y posibilidades para las familias.
Querer más la vida
Como responsable de la Pastoral Familiar en Uruguay, Mons. Jaime Fuentes explicó que uno de los desafíos más grandes para la familia, en la actualidad, “falta de amor por la vida, que se traduce en una cultura de la violencia”.
También remarcó las dificultades que vive la familia tal como Dios la soñó con una madre, un padre y los hijos, abierta a la vida. Agregó que “ muchas veces, a través de los medios y del discurso público, se opone la vida familiar a la libertad personal. Como decía San Juan Pablo II, esto nos habla de una cultura egoísta, donde el centro siempre soy yo sin pensar en los demás”.
Otro de los temas que se le planteó a Mons. Jaime Fuentes fue el aumento de la inmigración que se registrando en Uruguay, sobre todo de personas que provienen de otros países latinoamericanos como Venezuela y República Dominicana.
El obispo entiende que “estas personas que huyen de una situación dura, que justamente llegan aquí con sus familias, son todo un testimonio. Lo son porque traen a esta sociedad individualista una vivencia de la fe y la vida familiar muy importante”, concluyó.