La Obra Social Pablo VI se dedica desde hace mas de 25 años a la atención de personas carenciadas y que se encuentran en situación de calle
Publicado en el Quincenario Entre Todos, n° 476
«Trabajando en la parroquia Tierra Santa de Montevideo, colaborando en darles desayuno, algo de ropa y comestibles a personas que se acercaban allí una vez a la semana, me vino un sentimiento muy grande y especial por esas personas que iban allí… de conocerlas más y visitarlas”, cuenta Graciela Bellinzona, fundadora de la obra social Pablo VI.
De inmediato se puso en comunicación con Daniel, otro de los voluntarios en la parroquia, y le planteó su inquietud de conocer de primera mano qué realidad vivían esas personas. Ambos se pusieron en marcha para conseguir las direcciones de estas personas y comenzaron las visitas. “Tal fue la sorpresa, la congoja, el dolor de constatar en qué realidades y carencias tan graves vivían, que empecé a sentir dentro de mi corazón una invitación de Dios a hacer algo más por ellos”, explica Graciela. Es así que, relata, “me surge la ‘idea loca’ de plantear y decir, ‘¿y si pudiéramos conseguirle una casa a esta gente?’ … Y nos decidimos darles un hogar”. Junto con varios voluntarios de las diferentes parroquias de la zona se pusieron a trabajar para lograr este objetivo.
Con capacidad para 20… y unos cuantos más
En agosto de 1992 lograron fundar un hogar, un refugio nocturno que se encuentra ubicado en la calle 9 de Abril 1690, esquina Fernández Crespo. “En ese tiempo no había ni existían refugios, este fue el primero”, señala Graciela. En la actualidad, tiene una capacidad para 20 adultos mayores, de ambos sexos, “pero siempre hay unos cuantos más”, admite.
El edificio es grande, amplio y luminoso, pero de muchos años y con bastantes deterioros. Cuenta con habitaciones amplias, de dos plantas, con dos baños en la planta alta y cuatro en planta baja. Además, un patio abierto, comedor y cocina. Allí trabajan una cocinera, educadora, asistente social, psicólogo, sereno.
Tres casas más
“Son muchísimas personas las que hemos atendido desde los comienzos hasta ahora. Además, cuando iniciamos, teníamos personas de todas las edades: hombres y mujeres solos, jóvenes, familias con niños y adultos…”, explica la fun dadora de la obra. Transcurrido el tiempo han logrado otros convenios y separar a las personas por edades, y en la actualidad tienen tres casas más. Una más de adultos mayores en la calle Agraciada 2410, en el barrio Aguada. Luego, en Malvín Norte tienen dos casas en un mismo predio, para señoras mayores que están a la espera de vivienda por el Banco de Previsión Social (BPS). Hay una tercera sede para madres con niños en la calle Canelones 1540, en el barrio Cordón.
“Esta es una obra católica donde se trata, además de solucionar sus problemas personales, de que salgan sintiendo y conociendo que existe un Dios que los ama y que se preocupa por ellos… y que fue Él que inspiró a que se hiciera esta obra”, dice Graciela. El vínculo también se refleja en que reciben visitas semanales de voluntarios de la asociación de fieles católica La Legión de María, y en ocasiones especiales se celebra la Misa dentro de las casas de la obra Pablo VI para las personas que allí viven. Por su parte, Graciela destaca que “tuvimos el honor de que nos visitara uno de los dos obispos auxiliares de Montevideo, Mons. Pablo Jourdán, quien nos brindó una hermosa conversación, mucho ánimo y muy buenos consejos”.
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Fui bautizado con 5 años en esa parroquia,me acuerdo con cariño,cuando adolescente y tenia problemas me escapaba de casa…y me iba a la parroquia,,,sus muros me daban la sensacion de protegerme del materialismo reinante…que bueno que se ocupan de la humanidad