Repasamos algunas encíclicas, cartas apostólicas y documentos de su pontificado.
La partida terrenal de nuestro santo padre nos dejó innumerables anécdotas, declaraciones y reflexiones del sumo pontífice. Pero también nos entregó encíclicas, cartas apostólicas y documentos que valen la pena leer y releer.
En total, fueron cuatro las encíclicas que publicó el papa Francisco: Lumen fidei (La Luz de la fe) junto a Benedicto XVI, el 29 de junio de 2013; Laudato sí’ (Alabado seas), el 24 de mayo de 2015; Fratelli tutti (Hermanos todos), el 3 de octubre de 2020; y Dilexit nos (Él nos amó), el 24 de octubre de 2024.
En cuanto a las exhortaciones apostólicas, Francisco escribió las siguientes siete publicaciones: Evangelii Gaudium (sobre la evangelización), Amoris Laetitia (sobre el amor en la familia), Gaudete et exsultate (sobre el llamado a la santidad), Christus vivit (sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional), Querida Amazonía (sobre los sueños para la Amazonía), Laudate Deum (sobre el cuidado de la naturaleza, la ecología integral y la desigualdad de la humanidad) y C’est la confiance (sobre la importancia de la confianza a Dios, que es la que sostiene la vida. Documento basado en las reflexiones de Santa Teresa del Niño Jesús).
Carta encíclica Lumen Fidei:
Está destinada a los obispos, presbíteros, diáconos, personas consagradas y a todos los fieles laicos. Nos muestra la fe en Jesucristo como una luz que es para todos.
En resumen, la encíclica, que comenzó siendo elaborada por el papa Benedicto XVI y fue culminada por el papa Francisco, busca reafirmar que la fe es como una luz que ilumina toda la existencia humana y nos sirve de guía para nuestra vida. La fe surge del encuentro con Dios, pero no es algo individualista, se comparte dentro de la comunidad y se complementa con el uso de la razón.
“La fe no es algo privado, una concepción individualista, una opinión subjetiva, sino que nace de la escucha y está destinada a pronunciarse y a convertirse en anuncio. En efecto, «¿cómo creerán en aquel de quien no han oído hablar? ¿Cómo oirán hablar de él sin nadie que anuncie?» (Rm 10,14). La fe se hace entonces operante en el cristiano a partir del don recibido, del Amor que atrae hacia Cristo” (LF 22).
Carta encíclica Laudato sí’:
Es un llamado de atención para todos —creyentes y no creyentes— para cuidar la creación, ante la amenaza de una crisis ambiental global. El documento nos muestra cómo la Tierra es afectada por el impacto del hombre, son síntomas visibles tales como: contaminación, cambio climático, agotamiento de recursos naturales, pérdida de biodiversidad y un largo etcétera.
¿Cuá es la propuesta de Francisco? Una visión en la que, a través del fundamento teológico, el ser humano sea custodio y no dueño de la creación, tomando conciencia de la importancia de respetar y cuidar la Casa Común, que es obra de Dios.
“…estamos llamados a reconocer que los demás seres vivos tienen un valor propio ante Dios y, «por su simple existencia, lo bendicen y le dan gloria», porque el Señor se regocija en sus obras (cf. Sal 104,31). Precisamente por su dignidad única y por estar dotado de inteligencia, el ser humano está llamado a respetar lo creado con sus leyes internas, ya que «por la sabiduría el Señor fundó la tierra» (Pr 3,19). Hoy la Iglesia no dice simplemente que las demás criaturas están completamente subordinadas al bien del ser humano, como si no tuvieran un valor en sí mismas y nosotros pudiéramos disponer de ellas a voluntad” (LS 69).
Carta encíclica Fratelli tutti:
Se focaliza en el valor de la fraternidad y la amistad como caminos para construir un mundo más social, justo y unido. De esta manera, el papa Francisco propone una fraternidad abierta, que sea transversal a las fronteras, razas, ideologías y religiones. El documento lo presenta en el marco de un contexto en el que identifica individualismos radicales, nacionalismos exacerbados, divisiones y guerras.
“Es verdad que una tragedia global como la pandemia de Covid-19 despertó durante un tiempo la consciencia de ser una comunidad mundial que navega en una misma barca, donde el mal de uno perjudica a todos. Recordamos que nadie se salva solo, que únicamente es posible salvarse juntos. Por eso dije que «la tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades” (FT 32).
Carta encíclica Dilexit nos:
Es la última encíclica del papa Francisco, y se aboca en el amor humano y divino del corazón de Jesucristo. Busca destacar la importancia de la devoción del Sagrado Corazón de Jesús y nos invita a seguirlo y descubrir su misericordia divina y la riqueza de su dimensión trinitaria.
“La devoción al Corazón de Cristo no es el culto a un órgano separado de la persona de Jesús. Lo que contemplamos y adoramos es a Jesucristo entero, el Hijo de Dios hecho hombre, representado en una imagen suya donde está destacado su corazón. En este caso se toma al corazón de carne como imagen o signo privilegiado del centro más íntimo del Hijo encarnado y de su amor a la vez divino y humano, porque más que cualquier otro miembro de su cuerpo es «signo o símbolo natural de su inmensa caridad»” (DN 48).