El Cardenal Daniel Sturla ordenó sacerdote a fray Mario Correa OFM. conv.
El pasado sábado 13 de agosto, en la Catedral Metropolitana, se celebró la Eucaristía en la que se ordenó sacerdote Fray Mario Correa, franciscano conventual .La misa presidida por el Cardenal Daniel Sturla, contó con la presencia ministro provincial de los Conventuales fray Aldo Andrés Cúccaro, del Obispo Auxiliar de Montevideo Milton Tróccoli, del Obispo Emérito de Melo Luis del Castillo, así como varios sacerdotes, seminaristas, familiares y amigos de fray Mario.
El camino hacia el sacerdocio
En el comienzo de la homilía, el cardenal Daniel Sturla recordó el saludo franciscano: Paz y bien. Y recalcó “Que el Señor te de la paz dice Francisco de Asís. Hoy damos gracias a Dios.” Además recordó que “Mario hace 19 años que está en camino al sacerdocio, perseverando. Es así que damos gracias a Dios. Podríamos decir ¡¡¡por fin!!! , en un sentido más cristiano ¡¡¡Gracias, Señor!!!”.
Después el cardenal Daniel Sturla hizo un pequeño repaso de la vida de fe de fray Mario que comenzó hace “15 o 16 años. Un largo recorrido desde tu Melo natal, de la familia, de tus padres (ya fallecidos), y tus hermanos (entre ellos una hermana melliza). En tu casa estaba presente la fe. Presente en tu padre con su raíz evangélica, presente en tu madre con una fuerte devoción a la Virgen María”.
Un camino que comenzó con “su experiencia de parroquia, de oratorio al Seminario Menor. En ese momento el Obispo de Melo Monseñor Nicolás Cottugno había establecido ese seminario, y allá estaba como rector el padre Néstor Falco”. De allí continuó su paso “en Florida, en el Seminario Menor de los Pobres Siervos de la Divina Providencia y de allí al Seminario interdiocesano Cristo Rey del clero secular”. Más adelante llegó la búsqueda de vivir la consagración religiosa,”Finalmente Mario encuentra su lugar bajo la orden de los Frailes Menores Conventuales en el año 2007”. En palabras de fray Mario “olfateé esa sencillez y esa familiaridad que se vivía en la obra”. Y luego su periplo que lo llevó a la ordenación ya “como hermano menor, Córdoba, Montevideo, San Carlos y ahora Córdoba nuevamente”.
El Cardenal Daniel Sturla recordó que los sacerdotes tienen como tradición elegir un lema que los acompaña toda la vida. Fray Mario eligió: “Dame Señor un corazón que escuche”. Aplicado a la vida de fray Mario dijo “te has sentido escuchado a lo largo de tu camino formativo, pero también has experimentado la necesidad de tanta y tanta gente de ser escuchada. Y por eso querés tener un corazón con oídos”.
La Paz de Jesús
En alusión a las palabras del Evangelio que se leyó, el Cardenal Daniel Sturla comentó que a primera vista podían parecer contradictorias con el saludo de Francisco de Asís. Jesús dijo: “No he venido a traer la paz sino la división”. En un primer momento parecerían desconcertantes advirtió: “Cómo se puede entender si Jesús es el Príncipe de la Paz, si en el Nacimiento de Jesús los Ángeles cantan “Paz en la tierra a los hombres amados por el Señor”, si San Pablo dice “Cristo es nuestra Paz”. Pero después dejo claro que Jesús nos enseña a distinguir: “Hay una paz de cementerio no pasa nada. Hay otra en la que está todo bien, vos pensás una cosa, yo pienso la otra, cada uno en la suya. Esa obviamente tampoco es la paz de Jesús. La Paz de Jesús está unida con la justicia, es una Paz comprometida y por eso es una paz que muchas veces hay que conquistarla. Es una paz que algunos no quieren, no desean, la combaten.”
Más adelante recalcó que seguir a Jesús “supone un compromiso con la paz y la justicia. Ser constructores de Paz, y estar hambrientos y sedientos de Justicia. Es una paz, como diría el Papa Francisco, que se construye artesanalmente”.
Un fuego de calor y esperanza
Otro aspecto de la homilía fue la alusión al fuego “El Señor dice que viene a traer fuego. El fuego es símbolo de amor. El fuego nos da calor, nos da luz; también puede destruir. El fuego es el fuego del Espíritu Santo que ha sido derramado en nuestros corazones. Y que combate ese frío que es la secularización que se esparce por todos lados”.
Para concluir el cardenal Daniel Sturla la pidió a fray Mario “Que lleves la Palabra de Jesús a los demás, y los llenos con su calor y esperanza”. Y recordó que cuando estuvo de visita en Polonia, por la Jornada Mundial de la Juventud, visitó el campo de exterminio de Auschwizt, lugar de martirio de San Maximiliano Kolbe. Justamente recordó que el santo, también franciscano conventual, dio su vida por otro prisionero. Cuando fue a pedir ocupar el lugar del condenado, el carcelero preguntó” ¿Quién es este cerdo?” a lo que Maximiliano respondió “Soy un sacerdote católico”. El Cardenal Daniel Sturla le recordó a fray Mario que “esta era la identidad profunda de cualquier sacerdote”.
Al final de la Misa fray Mario, ya ordenado, quiso agradecer a todos los lo habían acompañado en este camino, a sus hermanos de sangre que siempre estuvieron con él y a su pueblo natal, Melo. Pidió a todos que siguieran rezando por él, para seguir formando su corazón de pastor, y por las vocaciones religiosas y sacerdotales.
- El Cardenal Daniel Sturla con el nuevo sacerdote fray Mario Correa / Fuente : Clara Planelles – Arquidiócesis de Montevideo
- El Cardenal le impone las manos a fray Mario durante la ordenación / Fuente: Clara Planelles – Arquidiócesis de Montevideo
- Fray Mario durante la ordenación / Fuente: Clara Planelles – Arquidiócesis de Montevideo
- El Cardenal durante la consagración las ofrendas, con el nuevo sacerdote fray Mario / Fuente: Clara Planenelles – Arquidiócesis de Montevideo