Sobre el Movimiento Laudato Si'. Escribe el diácono Juan de Marsilio, por la Pastoral Social.
Hay quien niega la crisis ecológica, pero rompe los ojos que algo hay que hacer, pues si no, nuestros hijos no tendrán dónde vivir. Para reflexionar sobre estas cosas, charlamos con Roxana Esqueff, Lisel Lorieto, Julio Horta y Sonia Cerecetto, del Equipo Coordinador del Capítulo Uruguay del Movimiento Laudato Si’.
Historia
—¿Cómo nace el Movimiento?
Nace en enero del 2015, como Movimiento Católico Mundial por el Clima, en el marco de la cumbre mundial sobre el cambio climático (COP 21, París), formado en principio por varias organizaciones y líderes que entendieron que, como católicos, y juntos, debían dar una respuesta global y comprometida al agravamiento de la crisis climática. En mayo del mismo año, el papa Francisco publicó la carta encíclica Laudato Si’, sobre el cuidado de la creación, para movilizar a los católicos y personas de buena voluntad a cuidar el planeta, en pos de justicia climática y ecológica. Ese documento papal se volvió guía de nuestra reflexión y acción.
—¿Cómo llega al Uruguay?
Acá en Uruguay, supimos de la existencia del Movimiento casi junto con la encíclica, en 2015, poco antes del Abrazo Verde al Palacio Legislativo, cuando varias organizaciones ecologistas, de diversos credos religiosos, rodearon el Parlamento pidiendo respeto por los acuerdos internacionales, y que estos se reflejaran en las leyes y políticas ambientales.
En 2017, varios laicos integrantes de Cristianos en Red y Animadores Laudato Si’ certificados en los cursos del Movimiento, vieron posible crear el Capítulo Uruguay. Desde entonces, en coordinación con la Secretaría para Hispanoamérica, se generaron diferentes actividades para difundir y promover los valores de la encíclica, que a diez años de publicada, aún es buena noticia por descubrir.
La misión
—¿Qué es la ecología integral?
La ecología, rama de la biología, estudia las relaciones de los seres vivos entre sí y con su entorno. La ecología integral tiene en cuenta cuatro dimensiones: la relación con el Creador, con uno mismo, con quienes nos rodean y con el entorno. El papa Francisco lo define muy bien en Laudato Si’, al recordar a san Francisco de Asís, ejemplo por excelencia del cuidado de lo que es débil y de una ecología integral, vivida con alegría y autenticidad:
“En él se advierte hasta qué punto son inseparables la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso social y la paz interior” (LS 10). Porque “todo está conectado” (LS 16).
—¿Cómo se organizan?
En 2020, con motivo de su quinto aniversario, el movimiento inició un discernimiento sinodal sobre su identidad, misión, nombre y estructuras. El proceso involucró a sus miembros en varias rondas de consulta. Culminó, entre otras decisiones, con el cambio de nombre a Movimiento Laudato Si’ (MLS). En la actualidad, el MLS actúa en más de ciento quince países de los cinco continentes, organizados en treinta capítulos que trabajan para llevar la Laudato Si’ a la vida real. Tiene además un Consejo General Mundial, consejos regionales y secretarías regionales. El Capítulo Uruguay tiene un Equipo Coordinador que organiza y promueve diferentes actividades, apoya a los animadores en las tareas que llevan a cabo en sus ámbitos de incidencia, coordina con parroquias y grupos interesados en conocer más sobre Laudato Si’ y hacerla acción y oración. En el año litúrgico, tenemos dos momentos fuertes: la Semana Laudato Si’, en mayo, para recordar el aniversario de la encíclica, y el Tiempo de la Creación, desde el 1.° de setiembre, Jornada Mundial de Oración por la Creación, hasta el 4 de octubre, día de san Francisco de Asís.
—¿Qué cosas han hecho?
¡Muchas! Talleres de reciclaje, charlas presenciales y virtuales para difundir la encíclica, relacionándola con problemas de Uruguay. Instancias virtuales coordinadas con los capítulos de varios países latinoamericanos, sobre temas como el Acuerdo de Escazú, conservación de la biodiversidad, respeto por los pueblos originarios, menor uso de combustibles fósiles, etc. Jornadas ecuménicas por el cuidado de la creación, por limpieza y reciclaje. Hemos exhibido, en la ACJ y otros sitios de Montevideo y el interior, la película La Carta, en la que el papa Francisco dialoga con varios luchadores ecológicos y sociales de distintos credos (la película sigue disponible). Participamos en la Fiesta por el Día de la Agroecología en Parque Roosevelt, impulsada por varias redes, con talleres y un stand a cargo de integrantes del Círculo Laudato Si’ Guyunusa, con información veraz sobre el valor ético y espiritual del cuidado de la creación. Allí se regalaron ejemplares de la encíclica. Jornadas ecuménicas de diaconía ambiental coorganizadas con el Consejo de Iglesias Cristianas del Uruguay. Tenemos un espacio en el CLAM (el de setiembre – octubre de este año incluye un llamado del obispo de Salto y presidente del Departamento de Pastoral Social – Cáritas de la CEU, Mons. Arturo Fajardo, a celebrar los diez años de la encíclica).
Unirse
—¿Cómo se ingresa al movimiento?
El MLS forma Animadores Laudato Si’, en cursos a distancia de unos dos meses, en los que la persona incorpora los fundamentos básicos de la encíclica, herramientas y conceptos sobre ecología integral, el cuidado de la casa común y una espiritualidad con énfasis en esos valores. Luego se les invita a participar activamente en el capítulo de cada país. Hay una reunión presencial o virtual por mes donde compartimos experiencias, discutimos propuestas, rezamos juntos y vamos adquiriendo herramientas para nuestra conversión ecológica. Esta vivencia ayuda a redescubrir que cuidar la creación no es optativo, sino parte del compromiso bautismal, cosa que olvidamos a menudo.
El Capítulo Uruguay cuenta con más de sesenta y cinco animadores certificados y tres Círculos Laudato Si’, pequeños grupos que se reúnen para orar y profundizar en la relación con Dios, entre nosotros y con todas las criaturas, buscando actuar a nivel local, con la meta de generar conciencia y cambios globales. Actualmente son tres: Guyunusa, Flor del Ceibo y Capilla de la Resurrección. No todos los miembros del círculo tienen por qué ser animadores certificados.
Y por casa…
—¿Cuáles son los mayores problemas ecológicos del país?
Toda actividad humana afecta el ambiente. Hay que observar los perjuicios que cada actividad pueda generar y mitigarlos para proteger el entorno. Hoy, la adecuada gestión de residuos, por el Estado y por los vecinos, es un tema urgente, que demanda profundo estudio y atención. También la contaminación de suelos y cultivos por agrotóxicos. El abastecimiento de agua potable y la contaminación hídrica. Es necesario continuar con una educación ambiental, coordinada entre escuela y hogar. Se ha avanzado mucho, pero hay mucho por hacer. Hay que tener en cuenta que los problemas ecológicos son, además de ambientales, sociales. Los más pobres y vulnerables suelen ser los primeros afectados.
Nosotros
—¿Qué puede hacer la Iglesia?
A la Iglesia local le ha costado descubrir que Laudato Si”, más que una “encíclica verde”, es parte del compromiso cristiano, y por eso debe difundirse. Hay muchas parroquias en las que no se habla de estos asuntos. La Pastoral Social toca el tema, pero pocas veces logra concretar acciones en las parroquias. Lo primero es hacerla conocer, valorarla en cuanto ayuda a reflexionar integralmente sobre cuidarnos y cuidar, sobre nuestros vínculos, nuestras relaciones, sobre cómo caminar juntos y en paz.
En concreto
—¿Cómo podemos ayudar a las personas comunes?
Tomando conciencia. Francisco escribe, siguiendo a santa Teresita de Lisieux:
“Una ecología integral también está hecha de simples gestos cotidianos donde rompemos la lógica de la violencia, del aprovechamiento, del egoísmo. Mientras tanto, el mundo del consumo exacerbado es al mismo tiempo el mundo del maltrato de la vida en todas sus formas” (LS 230).
Debemos darnos tiempo para hacer ese camino de oración y acción. Cambiar hábitos día a día en el ámbito familiar, doméstico. Cuidar el consumo del agua potable, separar residuos orgánicos de reciclables, utilizar pequeñas composteras para reducir los residuos orgánicos que van a la basura y, de paso, abonar mejor nuestras plantas. Hay que generar conciencia crítica de estos temas con los familiares, amigos y vecinos. Hay que contagiar estas prácticas en nuestro entorno; elegir un estilo de vida equilibrado, más austero, sin compras compulsivas, consumiendo con conciencia; valorar lo que tenemos y compartir con quienes menos tienen.
Hay que promover y difundir actividades que ayuden a tomar conciencia, como la que liderará del 1.° al 3 de octubre de este año el papa León XIV, Brindando Esperanza, y en la que voces de fe, ciencia y comunidades de todo el mundo se reunirán en Roma para discernir, orar y actuar por nuestra casa común, de la que podremos participar de modo virtual.
—¿Cómo avanzar hacia una economía sustentable?
Con acuerdos políticos, sociales y económicos. Exige cambiar la mentalidad de cada uno de nosotros y nuestras formas de consumo. Pero es posible. Francisco escribe:
“La conversión ecológica que se requiere para crear un dinamismo de cambio duradero es también una conversión comunitaria”.
Hay que empezar con pequeñas experiencias que reúnan familias, grupos de vecinos, parroquias que promuevan huertas orgánicas, compren comunitariamente y entretejan redes solidarias y fraternas.
—¿Cómo los contacta quien quiera saber más?
Escribiéndonos a capitulo.uruguay@gmail.com. Estamos en Instagram y Facebook.
Volveremos sobre estos temas. Mientras tanto, recemos por el planeta. Y cuidémoslo mejor.

