El próximo 15 de mayo se realizará la inhumación de los restos del P. Julio C. Elizaga. Compartimos con ustedes una semblanza del querido sacerdote.
El padre Julio César Elizaga (1929-2017) es siempre recordado por ser el iniciador en Uruguay de la Renovación Carismática Católica, exorcista, pionero en el diálogo ecuménico e interreligioso y el primer especialista en el fenómeno de las sectas en América Latina. Pero de modo muy especial como un párroco cuya entrega y dinamismo misionero cambiaron la vida de miles de personas, durante décadas. Su ministerio marcó la vida de incontables católicos que hasta hoy lo recuerdan como su principal referente en la fe.
Nació el 15 de mayo de 1929, y fue el tercero de cuatro hermanos. Creció en torno a la Parroquia del Reducto y estudió en el Colegio de los Hermanos del Sagrado Corazón. Entró al Seminario Interdiocesano en 1950 y fue ordenado sacerdote el 22 de abril de 1958 por Mons. Luis Baccino en la catedral de San José. Luego de ser vicario en las parroquias de la Sagrada Familia de La Teja y Stella Maris de Carrasco, fue nombrado Cura Párroco en 1963 por el cardenal Antonio María Barbieri, con el fin, además, de fundar la Parroquia Cristo Salvador de Belén, en Malvín Norte, de la cual ha sido su pastor hasta el año 2015, en que por motivos de salud, lo sucedió el Pbro. Eliomar Carrara, vocación nacida de esta misma comunidad y su actual párroco.
En 1963 viajó a Roma durante el Concilio Vaticano II, conoció al papa Juan XXIII y asistió a la elección de Pablo VI. También visitó en ese mismo año al padre Pío en San Giovanni Rotondo.
En 1966 fue miembro fundador de la Comisión Nacional de Ecumenismo, habiendo sido pionero en el diálogo ecuménico e interreligioso en los años anteriores al Concilio Vaticano II. En 1970 comenzó con la Renovación Carismática en el Uruguay, convirtiéndose en un referente en toda América Latina dentro del movimiento carismático.
En 1975 viajó a Roma al Encuentro Mundial de la Renovación Carismática, se encontró con el papa Pablo VI y se entrevistó con el cardenal Suenens. En 1986 fue nombrado consultor de la Santa Sede para el diálogo con las religiones no cristianas y en 1988 publicó su libro “Las sectas a la conquista del Uruguay”, que fue la primera obra en América Latina sobre el tema. Como uno de los mayores expertos en el fenómeno de las sectas en todo el mundo, fue uno de los mentores de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES).
En sus Memorias de un cura cuenta cómo viajó a Brasil poco después del Concilio “para estudiar el fenómeno religioso de la umbanda, culto afro-brasileño que comenzaba a tener presencia en Uruguay”, y da detalles sobre sus visitas a las ceremonias y las conversaciones con los médiums. Su libro fundamental sobre las sectas no se basa en el conocimiento teórico de las sectas y la nueva religiosidad, sino que “es el fruto de años de recopilación de datos, fotos y testimonios”. No solo visitó la sede mundial de los mormones, siendo el primer sacerdote católico en ser recibido en ese lugar, sino que tuvo ocasión de estar en la sede central de los testigos de Jehová en Brooklyn, en la sede de la secta Moon en Nueva York, la de los rosacruces en San José (California) y la de los unitarios en Kansas City.
Publicó también María a la luz de la Biblia y de la historia, Juan Pablo II, pastor de la Iglesia Universal, Somos discípulos de Cristo, El camino de la reconciliación y su autobiografía Memorias de un cura. Participó en espacios radiales y televisivos desde los años 70 de forma ininterrumpida hasta el año 2014, y fue entrevistado en reiteradas ocasiones por medios internacionales como BBC, La Croix, New York Times y France Press, entre otros.
Durante todos sus años de ministerio fue un gran impulsor de la evangelización, creando en torno a su parroquia más de cien pequeñas comunidades de jóvenes y adultos y despertando muchas vocaciones de sacerdotes, religiosos, diáconos permanentes e incontables laicos comprometidos en diferentes ámbitos de la vida de la Iglesia.
Falleció el viernes 1 de diciembre de 2017, a los 88 años de edad, habiendo cumplido cincuenta y dos años de párroco y cincuenta y nueve de sacerdote.
Quienes tuvimos el privilegio de conocerlo, somos testigos de la imparable fuerza que lo movía a hablar de Cristo a todos y en toda ocasión. Nada le preocupaba más que la Iglesia perdiera tiempo en hablar de sí misma, en lugar de anunciar a Jesucristo y llevar a todas las personas a encontrarse con él. Su sensibilidad ecuménica lo llenó de amigos pastores que iban a su parroquia con gusto a conversar y orar con él. Su amor por la Iglesia y su devoción eucarística le hacían dejar la vida en cada celebración. Su fe era inquebrantable, la última vez que lo vi, internado y a unas horas de su Pascua, me dijo: “Estoy esperando que el Señor me venga a buscar”.
Somos muchos los que seguimos contando sus historias y anécdotas llenas de humor y de sabiduría, porque fue grande la huella que dejó y muchas de sus intuiciones pastorales siguen siendo de gran actualidad ante los desafíos que enfrenta la Iglesia en estos nuevos tiempos.
Por: Dr. Miguel Ángel Pastorino
Invitación
Imhumación de sus restos en la parroquia de Belén: Lunes 15 de mayo, 19:30 h
La Parroquia Jesús Misericordioso (Belén), ubicada en Zaragoza 1974, Malvín Norte, vivirá un gran suceso: la inhumación de los restos óseos del padre Julio César Elizaga, quien fuera su carismático fundador y párroco durante cincuenta y dos años, y que falleciera hace ya cinco.
Será el lunes 15 de mayo, día de su cumpleaños. Comenzará a las 19.30 h. con una eucaristía que presidirá el Card. Daniel Sturla y en la que predicará Mons. Milton Tróccoli.
Ese día será ocasión de agradecer a Dios por su fecundo ministerio sacerdotal, y de elevar la oración por su alma, en el mismo templo donde descansarán sus restos mortales. Un día de honda emoción que constituirá un acontecimiento histórico, y a la semana siguiente de la beatificación de Mons. Jacinto Vera.
Fue necesaria la solicitud del traslado de los restos ante la Intendencia de Montevideo, gestión que derivó luego a la Junta Departamental de Montevideo, donde fue aprobada unanimemente por los ediles de todos los partidos políticos.
Están invitados todos los allegados. Hay estacionamiento interno, y habrá cuidacoches en la acera.
5 Comments
Más que un referente de multitudes que fuimos testigos presenciales de esa grandeza como pastor y hombre de Dios….HOY UN ÍCONO. Solamente agradecimiento por todo lo anterior, en lo que recogimos alegrías; y un mar de felicidad única e intransferible para todos quienes estuvimos cerca de Él. A Dios debemos alabar por habernos permitido vivir y disfrutar de su persona.
UN GRAN SACERDOTE.SUS MISAS ESPECTACULARES LLENAS DE EMOCIÓN Y FE
ERA CONTAGIOSA SU EMOCIÓN .YO TENIA QUE TOMAR 2 OMNIBUS PARA IR Y SALIR DE NOCHE PERO VALÍA LA PENA..AÚN LLORO CUÁNDO LAS RECUERDO…PENA QUE LO CONOCÍ EN SUS ÚLTIMOS AÑOS…
Me ayudó mucho en distintas etapas de mi vida. Cada vez que me realizaba la bendición salía renovada de la parroquia. Si bien vivo lejos del lugar buenas amigas me llevaron hasta allí y ahora ya transcurrido tiempo de su fallecimiento la catequista Alicia quedó como un nexo entre él y yo. Seguro Dios te tiene pegado a él cuidando de tu comunidad. Me da mucho amor poder publicar este sentimiento. El 15 estaré allí
Padre Elizaga, a ti te escribo, que nos enseñaste a honrar , alabar y seguir al Señor. Tus misas , tus palabras, quedaron impregnadas en mi retina. Parecía que el templo se partía en una explosión de Fe y llamado al Espíritu Santo. Te conocí un día en la celebración de los difuntos, en el Cementerio del Buceo, y nunca más me desprendí de tí ni de tus celebraciones. Descansa en Paz , padrecito querido. Amén.
No llegue a conocer al P. Elizaga, sabía si de sus misas carismáticas en su Parroquia de Belén.
Por lo que he conocido últimamente de su persona, lo veo como un nombre de Dios, que se adelanto, lo que luego nos confirmara el PAPA JUAN XXIII EN EN VATICANO II
Y EL PAPA PABLO VI, Llevará a poner en practica los documentos aprobados.
Como laico católico destaco el documento «Los gozos y las esperanzas.