La obra atiende a mujeres con discapacidades de causa neurológica, carentes de recursos materiales
Son 93 las mujeres que en la actualidad viven en el hogar. Algunas desde hace más de 40 años, otras recién llegadas. El espíritu de familia, el don del servicio, la compasión, la empatía y una actitud maternal le dan una identidad especial a esta casa llevada adelante por las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad. “El Cottolengo trata de manifestar su mensaje creando un hogar, que es lo que todos deseamos”, destaca la Hna. Adriana Zbicajnik, directora del Cottolengo Femenino Don Orione.
El Cottolengo fue fundado en 1946 para alojar, de forma permanente, a bebas, niñas, adolescentes y mujeres con discapacidades de causa neurológica, carentes de recursos materiales. Allí viven personas con patologías que les producen disfunciones intelectuales, emocionales y psicológicas. Es por eso que se requiere para ellas una dedicación especializada, atención individualizada y a tiempo completo. “Más que ser santos de Iglesia, seamos santos del pueblo y de la salvación social”, afirmaba Don Orione. Es por eso que se procura promover y potenciar las capacidades de cada una de las residentes, haciendo énfasis en su socialización, rehabilitación y educación. Las más pequeñas, en edad escolar, concurren diariamente a los centros educativos correspondientes. A su vez, en el hogar se brindan talleres para todas las edades.
En el Cottolengo viven cuatro religiosas de la congregación Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad, fundada por Don Orione. Ellas se encargan de la gestión y administración del hogar. Además, trabajan allí 30 cuidadoras que atienden a las residentes, 10 personas que cubren el servicio general de limpieza y colaboran con la administración y 8 profesionales que integran el equipo interdisciplinario y médico. El equipo multidisciplinario, integrado por técnicos especializados en diferentes áreas, brinda talleres de lectura, escritura, musicoterapia, teatro, manualidades (tapices, corte y confección, tejido, bordado), pintura, cocina y baile. Para quienes tienen indicada actividad física, como parte de su tratamiento, cuentan con clases semanales de gimnasia y natación, en un gimnasio externo a la institución.
Lista de espera
La misión del Cottolengo Femenino Don Orione es ser santos, pero no sólo dentro de la Iglesia sino trascender. Servir a los pobres, a los más débiles y estar a la altura de los tiempos, respondiendo a las necesidades sociales de cada época. La particularidad a la que se enfrenta el Cottolengo es que no hay egresos, las residentes viven en el hogar de por vida. La estructura edilicia que existe hoy en día es apta para las 93 mujeres que viven allí, pero no admite más ingresos por ahora. “Hemos debido diseñar una lista de espera para las nuevas solicitudes de ingreso”, afirma la Hna. Adriana Zbicajnik.
Inspiradores de Don Orione
San Luis Orione fue ordenado sacerdote en 1895 y su preocupación principal siempre fueron los niños carenciados, los discapacitados y los abandonados. Don Bosco y San José Benito Cottolengo (que fundó cottolengos donde se ofrecía un hogar digno y de amparo a enfermos catalogados como incurables y desprovistos de todo apoyo económico y sanitario) fueron sus grandes referentes para su obra. El 26 de octubre de 1980 el Papa Juan Pablo II lo beatificó y el 16 de mayo de 2004 lo proclamó santo, momento en el que afirmó: “Don Luis Orione se nos presenta como una maravillosa y genial expresión de la caridad cristiana (…) y es para todos ejemplo luminoso y consuelo de fe”.
2 Comments
es una obra social maravillosa .
es una obra social maravillosa a la que los gobiernos debian ayudar.