La pregunta del acompañamiento en un ámbito en el que los jóvenes se mueven con más naturalidad que los adultos es cada vez más frecuente en los hogares, los centros de estudio y entre profesionales de diferentes ramas.
En el programa Hoy quiero hablarte, que se emite por Radio Oriental, el P. Fabián Rovere y Mariela Cigarán, dialogaron con la Lic. Mónica Franzia, que es asesora de empresas públicas y privadas en el ámbito digital, además de contar con una importante experiencia como docente que trabaja con jóvenes en la educación formal y no formal. Compartimos parte de esa entrevista.
Creo que podríamos empezar con la pregunta acerca de qué entendemos cuando hablamos del mundo virtual.
Es el mundo que no es el físico y al que nuestros hijos están acostumbrados desde que nacieron —son nativos digitales—, y en el que se mueven como peces en el agua: las redes sociales, WhatsApp, YouTube. Ellos se relacionan a través de ese mundo virtual.
¿Y qué es lo que hacen así, en ese mundo digital?
Nosotros teníamos algunas hipótesis, e hicimos una encuesta en un colegio donde íbamos a dar una charla. Les preguntamos qué hacían en ese mundo virtual, y las respuestas que nos daban es que estaban mucho en Instagram, en TikTok, en WhatsApp, en Telegram y en otras redes como Twitch (nr: una plataforma en la que se realizan transmisiones en vivo), BeReal (nr: una aplicación para compartir fotografías sin edición), o un montón de plataformas que no conocemos. Y no está mal que no conozcamos todas las plataformas, tal vez esto nos ayuda a fomentar el diálogo, y que nuestros hijos también nos cuenten, ¿no?
Cuando vos te enterás que tu hijo está en alguna red social y vos no tenés ni idea qué es, te puede dar inseguridad por lo menos, ¿no?
Claramente, sí. Pero es como cuando van a un lugar que nosotros no conocemos. Yo hago mucho ese paralelismo. Nosotros no vamos al colegio con ellos. No te sentás al lado, no vas a los cumpleaños de sus amigos. Tú le das las herramientas para estar ahí.
Conversar, buscar información, indagar qué es lo que hay ahí; pero no tenemos por qué estar directamente, sino dar las pautas de comportamiento. Ser respetuoso con los demás, tener determinados cuidados, allí es donde tenemos que estar. Mónica. El mundo virtual va tan rápido que no nos da el tiempo de conocer todas las redes o todos los lugares.
Ante esta realidad de que en muchos momentos no vamos a saber dónde están, por lo menos virtualmente, nuestros hijos ¿qué es lo que tenemos que hacer los padres?
Bueno, en las charlas yo digo a los padres que, además del diálogo, tenemos como aliados los controles parentales. Yo puse como ejemplo en una charla el Family Link, que es un control parental muy accesible y conocido, que se puede instalar para todas las plataformas. Además, las propias plataformas en sí tienen controles parentales que nos ayudan por lo menos como una pequeña barrera de contención.
Y otra cosa muy importante para los papás es empezar con estos hábitos con los más chiquitos, porque de este problema a veces nos desayunamos en la adolescencia, cuando ya han accedido a un montón de cosas. Es importante empezar desde más chiquito, no dándoles nuestros dispositivos, sin facilitarles que puedan acceder a contenidos que no sean apropiados para su edad. Tenemos nosotros que crearle una cuenta para que ellos naveguen sin mentir en la edad, porque de esa manera evitamos que accedan a cierto tipo de contenido.
¿Hay algún tipo de política de protección en Uruguay? ¿Cómo ves al Uruguay en este sentido?
En el tema de cuidados y de restricciones hay políticas de protección de datos que están funcionando desde el área de gobierno electrónico. Yo particularmente trabajo en una asociación sin fines de lucro que se llama Dama Uruguay, que se dedica al manejo de datos. Y se está tratando de profesionalizar este uso de datos, no solamente de los adolescentes, también de adultos y niños. Cada vez que hacemos algo en internet vamos dejando una huella digital, una marca. Y es bueno preguntarse qué hacen las empresas y cuánta responsabilidad tienen en el empleo de esos datos. Y sí, se está regularizando, se está trabajando, pero falta camino. El tema es que la mayoría de estas plataformas que estábamos nombrando no son uruguayas.
¿Nos podés contar un poquito más sobre esto que dijiste de la huella digital?
Todo lo que hacemos en internet va quedando registrado, y ahí hay temas éticos. Hay que considerar la conveniencia o no de determinados datos proporcionados. Los chiquilines a veces no son conscientes de que cuando comparten una foto no queda solamente en el celular, o si su amigo va a usarla para algo bueno o no. También hay que hablar de esto, y hacerlos conscientes de esa huella digital, que va a quedar de por vida en algún lado.
¿Cuánto de esto se les está informando a los jóvenes?
Me parece que poco, a mi gusto poco. Me parece que faltan esos ámbitos y faltan bastante, porque se dan cuenta después de que es tarde, cuando pasó algo.
¿Sentís preocupación o interés por parte de los padres en estos temas de la realidad digital en el contexto juvenil? ¿Hay un interés de los padres por tener elementos, por acompañar, por saber qué cosas hacer y qué no hacer?
Es un poco contradictorio, porque cuando se propone una charla hay asistencia de los padres, hay preguntas, pero después vas a un consultorio de pediatría y estás en la sala de espera y ves a chiquilines muy chicos con el celular de los padres para que no molesten, y los ves enchufados navegando en YouTube, buscando cualquier cosa.
Por otra parte, se trata de un mundo nuevo para nosotros, y carecemos de un manual. Vamos aprendiendo a medida que van sucediendo las cosas; recién entonces aprendemos.
¿Pero cómo ayudar a que aprovechen las cosas positivas de internet, que, en sí mismo, no es malo?
Tal cual, coincido plenamente. Mi hija maneja el aula virtual y gracias a lo cual accede a libros que nosotros no podríamos adquirir u obtener. Trabajan en equipo desde distintos lados. El trabajo colaborativo los está ayudando un montón. Tiene muchísimos beneficios y tenemos que ser conscientes de eso.
Hay temas que se pueden ir dialogando en familia: el respeto, el no compartir cosas que a ti no te gustarían, hablar sobre el concepto de huella digital. Hablar también de acciones para realizar: poner límites sanos, respetar la privacidad, educar desde el ejemplo; porque para nosotros también es un chiche nuevo y a veces decimos a los gurises que no estén todo el tiempo enchufados y nosotros lo estamos. En definitiva, generar esa confianza para que puedan hablar con nosotros.