Unos 560 jóvenes uruguayos están formando parte de este encuentro
El martes 22 de enero comenzó, con una Misa de bienvenida en Campo Santa María la Antigua de Ciudad de Panamá, una nueva edición de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Este encuentro, que reúne a miles de jóvenes de todo el mundo con el Santo Padre, concluirá con una Misa el próximo domingo 27 de enero.
Hasta el día 22 de enero se llevaban inscriptos unos 100 mil peregrinos, de 156 países. Además se habían inscripto 480 obispos , de los cuales 380 se encargarán de las diferentes catequesis, en 137 puntos de la ciudad, en 25 idiomas diferentes. Además la JMJ cuenta con 20 mil voluntarios, de los cuales 2445 provienen del exterior. Además habrá durante estos 5 días unos 2500 periodistas acreditados.
“Panamá los recibe con el corazón y los brazos abiertos”
“Nuestro gozo es inmenso ante la presencia de todos ustedes. Panamá hoy los recibe con el corazón y los brazos abiertos”, con estas palabras Mons. José Domingo Ulloa Mendieta, O.S.A., Arzobispo Metropolitano de Panamá, comenzó la homilía de la Misa de bienvenida a los peregrinos llegados al istmo para la Jornada Mundial de la Juventud. Una celebración que contó con más de 75 mil participantes.
Y prosiguió el obispo dando gracias a los jóvenes “por aceptar el llamado de encontrarnos en este pequeño país, en el que la fe llegó de la mano de la Virgen María, bajo la advocación de Santa María la Antigua. Un país que ha hecho su mejor esfuerzo para que cada uno de ustedes tengan un encuentro con Jesucristo: Camino, Verdad y Vida”.
El Arzobispo recordó que Panamá fue la primera diócesis en tierra firme de las Américas y afirmó: “desde aquí se irradió el evangelio al resto del continente americano, siempre bajo el amparo de la Virgen María, la Madre”. Por ese motivo dio gracias a Dios por ser “la sede de la primera Jornada Mundial de la Juventud donde María -‘la estrella de la evangelización’- ha sido propuesta a ustedes como modelo de valentía y coraje, que estuvo disponible para cumplir con el proyecto de Dios, para el que le había elegido y cuya respuesta es el lema de este JMJ: ‘He aquí la sierva del Señor, hágase en mi según tu palabra’”.
Un bálsamo para muchos jóvenes
Mons. Ulloa también agradeció al Papa Francisco “por confiar y darnos la oportunidad de hacer una Jornada para la juventud de las periferias existenciales y geográficas”. Mostró su anhelo de que la Jornada “sea un bálsamo para la difícil situación con la que conviven sin esperanzas muchos de ellos, especialmente la juventud indígena y afrodescendiente, la juventud que migra por la casi nula respuesta de sus países de origen, que los lanzan a cifrar sus esperanzas en otros países, exponiéndolos al narcotráfico, la trata humana, la delincuencia y tantos otros males sociales”.
El Arzobispo panameño destacó que su pueblo “está preparado para recibirlos, para compartir sus tradiciones, la riqueza multiétnica y pluricultural, pero muy especialmente para compartir la alegría de la fe en un Dios, que está actuando entre nosotros, en nuestra historia personal y comunitaria”.
Los jóvenes son los verdaderos protagonistas de la JMJ
Más adelante, Mons. Ulloa alentó a los jóvenes, recordándoles que son “los verdaderos protagonistas para los cambios y las transformaciones que requiere la humanidad y la Iglesia”, porque estos cambios “están en sus manos, en sus capacidades, en su visión de un mundo mejor”.
Mencionó que para este “gran desafío deben prepararse en conciencia conociendo su historia personal, familiar, social y cultural, pero sobre todo su historia de fe”. Propuso a la Virgen María
como “un modelo confiable a seguir por su disponibilidad y servicio al plan de Dios. Es aquella joven que se atrevió a dar el Sí al proyecto de Dios, no temió, a pesar de lo que implicaba eso en medio los riesgos que esto significaba en esos momentos”.
La juventud indígenas y afrodescendientes
Otro punto que tocó el Arzobispo de Panamá fue la experiencia previa a JMJ que tuvieron jóvenes indígenas y afrodescendientes. Una maravillosa experiencia también se ha tenido con los jóvenes indígenas y afrodescendientes.
Por un lado, el Foro JMJ que describió como un espacio donde jóvenes afrodescendientes, “líderes juveniles de diversas religiones e ideologías han mostrado su capacidad generar juntos respuestas a su situación de discriminación y exclusión demandando políticas públicas en el marco de la justicia, la educación, el trabajo, y la reivindicación de la mujer desde su cultura y etnicidad, no solo en los espacios sociales sino también religiosos”.
Mons. Ulloa también hizo referencia a los jóvenes indígenas realizaron su Encuentro Mundial, “donde también enfocaron en la memoria viva de sus pueblos, en la lucha por mantener armonía con la Madre Tierra desde la riqueza de sus culturas a la luz de Laudato Si’ y, la importancia de su participación activa en la construcción de otro mundo posible. Para la juventud indígena ha sido alentador el mensaje del Papa Francisco”.
“Todos podemos vivir y llegar a la santidad”
Siguiendo con su alocución, el Arzobispo subrayó que “ser santo no es tener rostros de figuras de las estampitas que compramos por ahí. No, queridos hermanos y queridos jóvenes. Todos podemos ser santos: Aun cuando podamos pensar que nuestra existencia no tiene un gran valor por todos los pecados cometidos. Todos podemos vivir y llegar a la santidad”.
Mons. Ulloa recordó que el Santo Padre “nos dice que para ser santo hay que ir contracorriente; hay que saber llorar, es salir de la lógica ‘del pare de sufrir’, que nos hace gastar ‘muchas energías por escapar de las circunstancias donde se hace presente el sufrimiento’. El ser santo nos hace salir de la corrupción espiritual y material, de todo aquello que nos causa mal y ofende a Dios”.
Motivó a los jóvenes asegurando que “un santo defiende a los indefensos: al no nacido, pero también al nacido en miseria; defiende a los migrantes, busca la justicia; ora, vive y ama a la comunidad; es alegre y tiene sentido del humor; lucha siempre, sale de la mediocridad, vive la misericordia de Dios y la comparte con el prójimo”.
Además el Arzobispo panameño reafirmó que “ser santo no es un mito, es una realidad palpable” y llamó a observar los testimonios de los santos patronos de la JMJ: “San Martín de Porres, Santa Rosa de Lima, San Juan Diego, San José Sánchez del Río, San Juan Bosco, Beata Sor María Romero Meneses, San Óscar Romero, Juan Pablo II”. “Todos ellos nos muestran que es posible la vida de santidad, en todas las culturas y etnias, sin diferencia de sexo, ni de edad. La entrega generosa de sus vidas por Dios y el prójimo les hizo llegar a la santidad”, añadió.
De la mano de María
En el último tramo de la homilía, Mons. Ulloa llamó a los presentes a no tener miedo e insistió “tengan el coraje de ser santos en el mundo de hoy, con esto no renuncian a su juventud o su alegría; todo lo contrario, mostrarán al mundo que es posible ser felices con tan poco, porque Jesucristo, la razón de nuestra felicidad, ya nos ganó la vida eterna, con su Resurrección”.
Y sobre el final de de su mensaje dijo “Todo está preparado para vivir la fiesta del amor de Dios en medio de nosotros. Pero no olviden que quien nos va a llevar de su mano será María, y el papa Francisco como vicario de Jesucristo, nos afianzará y confirmará en la fe”.
Justamente, el Papa Francisco estará llegando el miércoles 23 de enero por la tarde a tierras panameñas para celebrar con los jóvenes esta nueva edición de la JMJ.