Con la santa misa se dio inicio a la celebración de los 200 años de la devoción a la Virgen de los Treinta y Tres.
Como cristianos, sabemos que la fiesta de la Asunción de la Virgen María, que celebramos en cada 15 de agosto, es una fecha por demás especial. Se trata de una solemnidad importante dentro de nuestro calendario litúrgico, y tiene una profunda relevancia teológica, espiritual y pastoral para nuestra Iglesia.
En este sentido, es especialmente significativo que nuestra arquidiócesis celebre, en el marco de su solemnidad, el inicio de una campaña muy especial dedicada a la llamada Virgencita de los Treinta y Tres, patrona del Uruguay.
Como era de esperarse, la Iglesia Matriz, Catedral Basílica Metropolitana, estaba colmada por cientos de fieles. La celebración de hoy estuvo presidida por el arzobispo de Montevideo, cardenal Daniel Sturla, y concelebrada por el nuncio apostólico, Mons. Gianfranco Gallone, junto con decenas de sacerdotes arquidiocesanos.
«La Virgen es nuestra auxiliadora»
«Hermanos, ¡qué lindo estar en un día de fiesta como hoy, de las más hermosas celebraciones de la Virgen. De todos los misterios del Rosario, la Asunción de María es el que más me gusta, porque uno contempla —como muchos artistas lo han plasmado en pinturas hermosísimas— la belleza de la Virgen que es llevada al cielo por los ángeles y recibida por su hijo», fueron las primeras palabras del cardenal Sturla durante su prédica, para posteriormente complementar: «Ahora ella está en el cielo, y al mirarla experimentamos la certeza en la fe que ella nos abrió el mismo camino que abrió su hijo resucitado y que después siguió María Santísima. Confiamos en que también estamos destinados a vivirlo, a partir de la bondad de Dios, por su misericordia».
En su homilía, el arzobispo de Montevideo también reflexionó sobre la tradición mariana en nuestro país: «La Virgen es nuestra auxiliadora, y ella también llegó a nuestra tierra. Hace doscientos años que la invocamos como Virgen de los Treinta y Tres, pero trescientos años antes —es decir, hace quinientos años— cuando Juan Díaz de Solís llegó a este territorio, lo primero que pone como nombre a un cabo es Cabo de Santa María. Así que desde 1516 el nombre de María está en nuestra historia».

El Card. Sturla destacó el rol de las misiones franciscanas y jesuíticas para su propagación, además de la existencia de distintos pueblos que, desde su denominación, aluden a advocaciones marianas. Pero se detuvo especialmente al hablar sobre el origen y el arraigo de la devoción a la Virgen de los Treinta y Tres:
«Cuando el 14 de junio de 1825, Lavalleja inaugura el gobierno provisorio de esta provincia oriental, llamada en esos momentos Cisplatina por los invasores, la tradición, que está unida también a la del 25 de agosto, es que los patriotas ponen la patria naciente bajo la protección de la Virgen y cantan a Dios la alabanza Te Deum, para dar gracias por ese territorio que se declaraba independiente. El pueblo de Florida, de un modo espontáneo, la fue llamando, uniendo los sucesos que habían ocurrido en la Villa de Florida con esta imagen elaborada por manos indias en cedro paraguayo, Virgencita de los Treinta y Tres. Y así este nombre fue creciendo en la conciencia de los uruguayos, hasta que en 1961, el obispo de Florida le pide al Papa Juan XXIII que proceda a la coronación pontificia. Ahí estaba el episcopado nacional con el cardenal Barbieri, pero también estaba el gobierno nacional del momento, presente en la figura del presidente de su consejo nacional», recordó el arzobispo ante los fieles presentes.
«La asunción de María comenzó en el sí de la anunciación. En cada sí que decimos a Jesucristo, a la voluntad de Dios, estamos ya viviendo lo que nos esperará en el futuro, cuando no habrá más dolor ni lágrimas, sino que sólo todo será alegría y paz en la gloria de Dios, en el don del Espíritu, en la belleza de contemplar el rostro de Cristo y de poder ver a aquella que se nos adelantó resucitada a la Asunta María, Madre de Dios y Madre Nuestra», concluyó.
Una campaña especial
Para este año bicentenario, la Iglesia en el Uruguay —“partera de la patria”, como nos recuerda frecuentemente el cardenal Sturla—, renueva su amor y devoción a la madre de Dios bajo el título de la Virgen de los Treinta y Tres, con diferentes acciones.
A partir de la celebración de hoy, la réplica exacta de la patrona del Uruguay pasará un día entero en cada comunidad parroquial. Serán ochenta y tres días de peregrinación, uno por cada parroquia en Montevideo. El recorrido, que inició en la Iglesia Matriz mediante la santa misa, continuará por las parroquias restantes de la zona pastoral San Mateo y el 23 de agosto llegará a la parroquia San Carlos Borromeo, para iniciar su peregrinación por la zona San Mateo Norte. La réplica de la Virgen llegará el 4 de setiembre a la zona San Lucas, el 17 de setiembre a San Lucas Este, el 28 de setiembre a San Marcos Este, el 7 de octubre a San Marcos, el 19 de octubre a San Juan y finalmente el 30 de octubre a San Juan Norte.

Además de recibir juntos la imagen de nuestra patrona, los fieles presentes en la Catedral de Montevideo pudieron acceder a folletos informativos sobre esta devoción histórica, adhesivos por los doscientos años de la Virgen de los Trienta y Tres, la oración del ángelus —otra de las iniciativas que nos invita a participar nuestra arquidiócesis— y a la llamada «Avemaría de la puerta» —una placa de metal que se puede colocar en nuestras casas, ya sea en las puertas o próximo a estas, como gesto mariano de protección de cada hogar. Estas láminas fueron bendecidas antes de finalizar la santa misa por el cardenal Sturla, y estarán disponibles conforme la imagen de la Virgen de los Treinta y Tres recorra las diferentes zonas pastorales
Historia de esta tradicional devoción
Hace doscientos años que el pueblo de Florida comenzó a llamar a la imagen de la Virgen que se veneraba en la parroquia de la Villa como «Virgencita de los Treinta y Tres». ¿El motivo? El 14 de junio de 1825 se había constituido en la Villa el gobierno provisorio y el 25 de agosto de ese año la sala de representantes, presidida por el Pbro. Larrobla, había proclamado la independencia de este territorio de todo poder extranjero. Era la consecuencia del desembarco, en la playa de la Agraciada, de los Treinta y Tres valientes que vinieron a liberar la patria y juraron libertad o muerte.
Una firme tradición asegura que tanto el gobierno provisorio como la sala de representantes pusieron sus anhelos de libertad bajo la protección de Dios y a los pies de la imagen de la Virgen. Así fue que la gente comenzó a llamarla espontáneamente Virgencita de los Treinta y Tres.
¡Sumate a la campaña!
En este 2025, Uruguay no solo celebra los doscientos años de su independencia. También conmemora dos siglos de una devoción sencilla y significativa, que comenzó cuando nuestros próceres inclinaron la bandera —de la, por aquel entonces, incipiente patria— ante una pequeña imagen de madera. Ni más ni menos que la Virgen del Pintado, a la que nuestro pueblo bautizó como la Virgencita de los Treinta y Tres.
Como cristianos, estamos invitados a vivir este año de una manera especial, a partir de distintas acciones que organiza nuestra arquidiócesis desde este 15 de agosto.
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