Se celebró la Misa de inicio del año lectivo 2019
El Santuario Nacional del Sagrado Corazón de Jesús, como viene ocurriendo en los últimos años, fue el lugar elegido para la Misa en la que cientos de niños, adolescentes, profesores, catequistas y directores, de más de 80 instituciones educativas católicas de Montevideo, celebraron el comienzo de otro año lectivo.
La Eucaristía fue presidida por el Card. Daniel Sturla, acompañado por el Obispo Auxiliar y nuevo Vicario de la Educación, Mons. Pablo Jourdan, así como varios sacerdotes que trabajan en distintas instituciones educativas de la Arquidiócesis.
Desde muy temprano fueron llegando al Santuario del Cerrito de la Victoria, desde todos los rincones de Montevideo, decenas de ómnibus y vehículos escolares que traían a los chicos que representaban a cada una de las instituciones de educación católica. De a poco el templo se fue colmando y a la hora de comienzo el lleno era total.
Mientras los catequistas y maestras procuraban ordenar a los chicos, el equipo del Ministerio de Música de la Arquidiócesis fue ensayando con los niños las distintas canciones de la celebración y también el himno de la misión “Casa de Todos”. Apenas pasadas las 9:30 horas comenzó la Misa.
Tras las huellas de Jacinto Vera
El Card. Daniel Sturla comenzó la homilía compartiendo su alegría por celebrar con los alumnos, directores, profesores y catequistas provenientes de las diferentes instituciones educativas de toda la Arquidiócesis.
Mencionó que si bien tuvo la posibilidad de viajar por diferentes lugares del mundo, existía una zona en nuestro país que no conocía, haciendo referencia al departamento de Artigas. Utilizando un tono didáctico preguntó a los niños “¿ustedes saben cómo se llamaba el primer obispo de Montevideo?”. Muchos respondieron Mons. Jacinto Vera, a lo que el Arzobispo agregó “además fue un santo obispo y un hombre extraordinario”.
Además, el Card. Daniel Sturla les comentó a los alumnos que Mons. Jacinto Vera dio 3 vueltas al Uruguay en su tarea evangelizadora y “lo hizo a caballo, en carreta, en diligencia o en volanta (una especie de carreta, pero más chica)”. Y añadió: “tras las huellas de Jacinto Vera me fui y allí estuve en la ciudad de Artigas, en Bella Unión, en un pueblo de Salto que se llama Belén (donde hay una Iglesia preciosa) y estuve en un pequeño poblado artiguense llamado Colonia Palma”.
El Arzobispo de Montevideo compartió que en Colonia Palma fue invitado a bendecir una imagen de la Virgen María que tiene una historia particular. Relató que “hace 3 o 4 años un hombre con su tractor estaba arando la tierra. Una tierra que había sido arada muchas veces. El arado va levantando los terrones y cuando este hombre pasó vio que un terrón tenía una forma rara, que no podía ser tierra”.
Y continuó: “entonces paró el tractor, se bajó y agarró el terrón; así descubrió que había algo de madera. Limpió y vio lo que parecía una estatua, una imagen, la llevó a su casa y le pidió a su madre que la limpiara mejor. Cuando la madre la limpió lo que observó fue una hermosa imagen de la Virgen María, de madera, que tenía todavía rastros de la pintura original. Y contemplándola se puede intuir que haya sido de las misiones jesuíticas, que hubo en el norte de lo que hoy es Uruguay, de las misiones orientales”.
Oración, amor al prójimo y ayuno
Partiendo de la imagen de la Virgen María pisando a la serpiente, el Card. Daniel Sturla compartió una enseñanza para este tiempo de Cuaresma. Para esto acudió nuevamente a la participación de los chicos y les preguntó por el significado de esta serpiente al pie de la Madre de Cristo. “Representa al mal” fue la respuesta de un niño. “Sin embargo, la Virgen no está asustada. Pero la Virgen no está pisando solamente a una viborita, sino la cabeza de un dragón y tiene en otras imágenes la luna a sus pies, como dice una lectura del Libro del Apocalipsis. La Virgen María, como la Iglesia de Dios, pisan el mal, el demonio, para que el bien pueda triunfar”, añadió el Arzobispo.
Seguidamente, a través de actitudes y gestos cotidianos, el Card. Daniel Sturla les presentó a los chicos tres formas de vencer al mal. Mostrando un Rosario dijo “nosotros, cristianos, sabemos que el primer modo de derrotar al mal es con la oración. Será con el Rosario, o en la oración que hacemos en la mañana o en la noche en forma personal, la que hacemos en el colegio cada día. Y sobre todo la Misa dominical, en la que ningún cristiano puede faltar porque es el día de la fiesta y el encuentro”.
Después, exhibiendo una pala, explicó: “cuando estaba en segundo de liceo integré un grupo de Castores que íbamos a trabajar a distintos lugares para ayudar a otros. Esta es la segunda forma que el Señor nos da para vencer al demonio: el amor al otro, el amor fraterno. No porque te quiero mucho, de boquilla, sino con el amor que se hace compromiso de ayuda concreta al otro”.
El Arzobispo de Montevideo mencionó una tercera vía para combatir el mal, sobre todo en este tiempo de Cuaresma: el ayuno. “Ayunar -explicó- es estar un tiempo sin hacer algo que nos guste. Es como estar entrenados para cuando el Señor necesite de nosotros; y ofrecérselo a Él. Porque ustedes saben, aunque unos sean más chicos que otros, que en la vida no todo está fantástico, fenómeno y lindo. Porque todas las mañanas nos tenemos que levantar tempranito y nos cuesta. Pero hay que levantarse como lo hacen papá y mamá para ir a trabajar”.
Culminando la homilía, el Card. Daniel Sturla instó a los chicos a poner los ojos en el ejemplo de María e invitó a todos a cantar la canción de la “Misión Casa de Todos”.
Reconocimientos y regalos
En en final de la celebración, el nuevo Vicario de la Educación, Mons. Pablo Jourdan, compartió con los presentes su satisfacción por ver la alegría que tenían los chicos que concurrieron a la Misa y dijo “se nota que viven a Jesús como un amigo muy cercano”. Luego quiso agradecer de modo especial a los docentes que se prepararon en un diplomado de educación escolar, que culminaron sobre final del año pasado.
También se les entregó a cada colegio, en forma de presente, 8 libros del P. Juan Andrés Verde, cinco con cuentos para experimentar la amistad con Jesús y tres con temática de valores, además de un pegotín de la misión “Casa de Todos» para cada uno de los niños y jóvenes presentes .