Como es tradicional, los integrantes de la Asociación Rural de Jóvenes del Uruguay celebraron la misa el último domingo de la exposición agroindustrial más importante del país.
La Eucaristía comenzó pasado el mediodía en el Salón de Ventas del predio de la Rural del Prado, presidida por el padre Guillermo Porras, quien hace once años acompaña esta actividad.
Participaron más de cincuenta jóvenes de distintas localidades del país, socios y amigos de la gremial.
Año tras año preparan con dedicación todos los detalles de la celebración. Magdalena Clericci, socia y guía de la misa la define como “un momento clave para todos quienes integramos ARJU”.
El coro estuvo integrado por Pablo y Matías en voces y guitarras, junto a Silvina. Joaquín Gutiérrez, integrante de ARJU, fue el payador en el tradicional momento de las ofrendas.
El mejor partido
El Evangelio del domingo 19 de setiembre, correspondiente a San Marcos 9.30-37, relata las enseñanzas de Jesús en toda Galilea y anuncia su muerte.
En su homilía, el P. Porras destacó la actitud de Jesús de anunciar su muerte y resurrección; la vida vence sobre la muerte. “Hay que pasar por tormentas, sufrimientos y sinsabores, porque la vida siempre triunfa. Es la gran esperanza que tenemos todos, creyentes o no”, enfatizó el sacerdote.
El sacerdote afirmó que Jesús no es una ideología, sino una persona que venció la muerte y nos anima. “Jesús utilizó parábolas, muchas hacen referencia a la naturaleza. Él nos habla desde los aconteceres cotidianos. Dios nos habla, Su amor está lleno de signos”, remarcó.
El párroco de Nuestra Señora del Carmen del barrio La Aguada llamó a los jóvenes a estar atentos, a servir y a vivir la vida con actitud de agradecimiento. “El problema empieza cuando, en vez de servir a los demás me sirvo a mí mismo, para buscar los mejores puestos. Jesús nos invita a jugar el partido del servicio; ahí está la alegría”, destacó.

P. Guillermo Porras: «La fe nos hace descubrir que la vida va más allá de los placeres del mundo». Foto: Captura ICMtv
Entrega y servicio
Durante la reflexión del Evangelio, el P. Porras destacó la labor de estos jóvenes y su constancia: “Es un honor celebrar la misa el segundo domingo y acompañarlos; es muy importante, ellos preparan todo”.
También hizo referencia a la tradicional frase que pronuncia año tras año en esta celebración: “Si al campo le va bien, al país le va mejor. Hay mucha gente anónima rompiéndose el lomo. Si el país está como está, se lo debemos al campo. El campo se puso la situación al hombro”, afirmó.
Más adelante se dirigió una vez más a los jóvenes presentes y los instó a presentarle a Dios un corazón lleno de nombres, de sacrificio y entrega. “Ver a la gente feliz es lo más hermoso. La fe nos hace ver las cosas más allá de los placeres del mundo”, señaló.
A los adultos presentes les dijo: “Enseñemos a los gurises a amar a Dios, a amar a los demás y a llenar el corazón de servicio y no de cosas. Valoremos lo pequeño, es desde ahí donde Jesús nos enseña a transformar la historia”.
Piden con fe
En el momento de la oración de los fieles, los jóvenes rurales elevaron al cielo sus peticiones, entonando la frase “Tú amor es eterno y sin medida”.
La presentación de las ofrendas es un clásico. Magdalena Clericci, guía de la misa y representante de ARJU, leyó un mensaje preparado por la gremial para la tradicional instancia.
“Ofrecemos junto a nuestro entusiasmo juvenil, nuestro compromiso de trabajar para ser testigos creíbles de Jesús en lo cotidiano, en las pequeñas y grandes cosas”, dijo.
Los jóvenes acercaron al altar las banderas de la ARJU, como símbolo de pertenencia. Un poncho que representó el manto de la Virgen María. El mate y el termo, como signo de compañía. Un recado, que representa el descanso, y tres corderitos blancos, entre otros elementos típicos de nuestro país.
Antes de la bendición final, el celebrante invitó a rezarle a la Madre del Cielo y dejó varios mensajes. “No dudemos en ir a María y cubrirnos bajo su amparo”.
“Así como necesitamos enchufar y cargar el celular, también tenemos y necesitamos enchufarnos a Cristo, para estar siempre a full y funcionando. La contraseña para encontrarnos con Él es la oración. Agarrémonos fuerte de Jesús”, concluyó el sacerdote.